19 de agosto de 2025 - 19:29

Aconcagua Radio: el neumonólogo Juan Carlos Behler recuerda los días de Sandro en el Hospital Italiano

El médico habló en Aconcagua Radio de las dificultades de la cirugía y de la entereza con la que Sandro enfrentó su enfermedad.

El recuerdo de Sandro sigue vivo, no solo en su público, sino también en quienes lo atendieron en los últimos años de su vida. Uno de ellos es Juan Carlos Behler, médico neumonólogo que participó en el trasplante cardiopulmonar realizado en el Hospital Italiano de Mendoza, en diciembre de 2009 y que fue entrevistado por Aconcagua Radio.

“Él tenía una preexistencia como consecuencia del tabaco. Fumaba dos atados de cigarrillos por día y a veces más, según nos comentó en una charla con el doctor Burgos, el jefe de cirugía que lo operó. Sí, fue el cigarrillo”, afirma Behler sin rodeos.

El médico recuerda su primera impresión al conocerlo: “Era una persona súper agradable, muy simpática, muy sencilla. Reconocía absolutamente que su problema de salud estaba ligado al tabaco. Cuando le preguntábamos si tenía miedo a la cirugía, siempre nos decía que no”.

Una operación complicada

La operación no era sencilla: un trasplante cardiopulmonar en bloque, de altísima complejidad, y en un paciente de 64 años, con antecedentes coronarios y múltiples internaciones previas. “Él tenía plena conciencia de los riesgos. Sabía que los porcentajes de éxito eran bajos, pero nos decía que no quería seguir viviendo de esa manera, dependiendo del oxígeno y con falta de aire incluso al movilizarse. Para él, el riesgo valía la pena”, recuerda el especialista.

La elección de Mendoza como lugar de la intervención se tomó en conjunto con sus médicos de Buenos Aires y su familia. “Había muchas dudas porque estaba fuera de rango para ese tipo de cirugía. Sin embargo, finalmente se decidió que fuera aquí, en el Hospital Italiano, donde había experiencia en trasplantes en bloque”, explica Behler.

En lo técnico, la cirugía fue un éxito. “Participé en toda la operación y fue excelente desde el punto de vista quirúrgico. El doctor Burgos es un cirujano de enorme nivel”, dice. Sin embargo, el desenlace estuvo marcado por las infecciones que Sandro arrastraba desde antes. “Había tenido gérmenes multirresistentes. Eso complicó todo. Finalmente, fue una bacteria la que terminó con su vida”, señala el neumonólogo.

La dignidad de una despedida

Más allá de lo estrictamente médico, Behler confiesa la tristeza que le produjo la partida del artista. “En esta actividad se genera lo que algunos llaman ‘amistad médica’. No es ser amigo, sino un vínculo que da confianza y tranquilidad al paciente, y también fortalece al médico. Con Roberto se había dado eso. Era un hombre accesible, sencillo, muy querido por todo el equipo”, afirma con emoción.

Ese vínculo también se extendía a Olga Garaventa, la esposa de Sandro. “La relación con ella siempre fue excelente. Tenía una gran confianza en el equipo y nos acompañó de manera ejemplar”, recuerda.

A más de una década de aquella operación, Behler guarda la certeza de que Sandro eligió enfrentar su destino con valentía. “Él sabía lo que arriesgaba, pero no quería seguir viviendo atado al oxígeno. Tomó la decisión de intentarlo, y lo hizo con una dignidad admirable”.

Escucha la nota completa acá y podés escuchar la radio en vivo en www.aconcaguaradio.com

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