El fin de las dietas de verano: cómo adquirir nuevos hábitos saludables

“Mente sana en cuerpo sano” dice una famosa frase popular y, para alcanzar este bienestar, hay que trabajar diariamente para construir hábitos saludables simples que permitan mantenerlos a lo largo del tiempo.

(Foto: Freepik)
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El presente y, sobre todo, luego de lo que significó la pandemia, el sedentarismo y la inactividad física son grandes condicionantes que posicionaron a las enfermedades cardiovasculares como la principal causa de muerte en el mundo, según las cifras reveladas en el estudio epidemiológico observacional Global Burden of Disease Study (GBD).

Desde que nacemos incorporamos hábitos que forjan la personalidad y el carácter de cada persona y, en todo momento, somos los únicos responsables de nuestra salud. Sin embargo, las costumbres de los argentinos, en ocasiones, pueden impactar negativamente en su bienestar. Para cambiar esta realidad es recomendable mantenerse activo, realizar controles periódicos, no fumar, elegir alimentos saludables y estar hidratados.

En la Argentina 4 de 10 adultos son hipertensos, el 40% lo desconoce y sólo 1 de 4 pacientes tienen la presión controlada. La obesidad y el sobrepeso son considerados una epidemia a nivel mundial, llegando en algunos países a afectar al 50% de los adultos. Este problema empieza desde la infancia, ya que 3 de 4 padres no reconocen la obesidad o el sobrepeso de sus hijos. Por su parte, la diabetes es una enfermedad que afecta a 422 millones de adultos en el mundo, íntimamente relacionada con la obesidad, el sedentarismo y una mala alimentación.

Mantener un estilo de vida saludable puede mejorar nuestra capacidad para concentrarnos y tomar decisiones importantes; también nos permite tener una vida social activa y plena.

Cuando estamos saludables, tenemos más energía para realizar actividades sociales y disfrutar de nuestra familia y amigos. Todas las mañanas deberíamos preguntarnos qué estilo de vida queremos elegir para cuidarnos, sabiendo que con pequeñas acciones podemos generar un impacto positivo en nuestra salud, ya que ciertos factores influyen significativamente en las probabilidades de que una persona padezca una enfermedad cardiovascular, los llamados factores de riesgo.

Algunos no pueden ser modificados, tales como la edad y ciertas alteraciones genéticas, pero en su gran mayoría sí se pueden. Por eso es importante elegir comidas saludables y productos que contribuyan al bienestar del organismo y que permitan incorporar los nutrientes clave para mantener un estado óptimo de la salud. Si bien la cantidad y calidad de ingesta de nutrientes y vitaminas es acorde a cada persona según su biología, debemos preguntarnos qué estilo de vida queremos y es aquí donde se da el punto de encuentro entre los buenos y los malos hábitos.

Por su parte, el agua es esencial para la vida y para entender la importancia que tiene beber agua desde tiempos inmemorables circulan ciertos mitos en torno a su consumo. El agua no se almacena en nuestro cuerpo, por lo que es importante mantener un balance hídrico, la relación entre la ingesta y la pérdida de líquidos, equilibrado. En el mundo hay marcadas tendencias en cuanto a la hidratación y las personas se inclinan cada vez más por elegir productos que les ayuden a mejorar su bienestar como, por ejemplo, las aguas funcionales.

Variedad saludable en el plato: las familias que incluyen en su dieta el mayor número posible de tipos de verduras se abastecen mejor de nutrientes importantes. (DPA)
Variedad saludable en el plato: las familias que incluyen en su dieta el mayor número posible de tipos de verduras se abastecen mejor de nutrientes importantes. (DPA)

Éstas se caracterizan por ser libres de azúcar o edulcorantes artificiales y contar con aditivos naturales que aportan beneficios adicionales para la salud y bienestar con elevado poder de hidratación. Con su ingesta diaria, las vitaminas y minerales, como el Zinc y las B1, B3 y B6, estimulan el funcionamiento del sistema inmunológico, favorecen el crecimiento y su desarrollo normal mientras ayuda a las células y a los órganos a desempeñar sus respectivas funciones.

La salud es uno de los pilares fundamentales para llevar una vida plena y satisfactoria. Es claro que el hecho de ser y estar saludable no sólo remite a lo físico, sino que la buena salud tiene lugar cuando se mantiene un equilibrio también entre lo emocional y lo mental, mientras se complementan con hábitos que contribuyen a dicho balance. Las buenas relaciones interpersonales, una alimentación variada, el ejercicio físico con regularidad y el descanso son cruciales para el bienestar integral, pero para el corazón y el cerebro es necesaria la ingesta de vitaminas y minerales.

*El autor es cardiólogo MN 126909

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