Cuando las noches de calor extremo se vuelven insoportables, especialmente en provincias donde las temperaturas superan los 25 °C incluso de madrugada, muchos argentinos buscan soluciones simples para dormir bien sin aire acondicionado. Según las técnicas tradicionales del Antiguo Egipto, existe un método natural y sin consumo eléctrico que puede ayudarte a descansar mejor durante el verano.
El método egipcio que volvió a viralizarse para el verano
Conocido como el truco egipcio, este método consiste en humedecer una sábana liviana con agua para refrescar el cuerpo durante la noche.
Se volvió popular por su eficacia y bajo costo, ya que no requiere electricidad ni aparatos.
Solo necesitás una sábana de algodón o lino, materiales que absorben la humedad y facilitan la evaporación natural del agua, generando un efecto de enfriamiento progresivo.
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No se trata de empaparla, sino de humedecerla ligeramente con un rociador o vaporizador.
Podés dormir sobre la sábana húmeda o cubrirte con ella, dependiendo de lo que resulte más cómodo.
El enfriamiento progresivo ayuda a bajar la temperatura corporal y crear una sensación de frescura sin necesidad de aire artificial.
Trucos complementarios para reforzar el efecto
Para que el método funcione mejor, es importante favorecer la circulación del aire: abrir una ventana, generar corriente o usar un ventilador a baja potencia durante algunos minutos.
También podés aplicar el mismo principio con toallas húmedas en zonas estratégicas del cuerpo como el cuello, muñecas, tobillos o frente.
Esto ayuda a enfriar la sangre que circula cerca de la piel y a reducir la sensación térmica general.
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Evitar telas sintéticas, cenar liviano y mantener el ambiente oscuro durante la noche también potencia el efecto del método egipcio.
Una alternativa natural y sin consumo eléctrico
Mientras los aires acondicionados y ventiladores pueden incrementar el consumo en más de 150 kWh por mes, el truco egipcio no demanda energía, por lo que resulta ideal para quienes buscan ahorrar luz y evitar el impacto ambiental.
Además, evita los resfriados nocturnos y la sequedad del ambiente, dos efectos comunes del uso prolongado del aire acondicionado.
Por eso, cada verano más argentinos prueban este método ancestral como alternativa natural y sustentable.