Este pan casero en sartén es la solución ideal cuando querés algo recién hecho y no tenés horno o harina de trigo. Se prepara en minutos, con pocos ingredientes y queda suave por dentro y dorado por fuera. Es perfecto para el desayuno, la merienda o para armar un sándwich rápido sin complicaciones.
Batí el huevo con la sal en un bowl chico hasta que se integre bien y tome un poco de aire.
Agregá la maicena, la leche y el aceite, mezclando hasta lograr una preparación espesa, lisa y sin grumos.
Sumá el polvo de hornear al final, integrándolo suavemente para que el pan leve durante la cocción.
Calentá una sartén antiadherente a fuego mínimo, con apenas unas gotas de aceite para evitar que se pegue.
Volcá la mezcla en el centro de la sartén y extendela formando un disco parejo de un centímetro de espesor.
Cociná tapado entre 3 y 4 minutos, hasta que la base esté firme y la superficie empiece a secarse.
Dalo vuelta con cuidado y cociná el otro lado unos 2 minutos más, hasta que quede dorado y cocido por dentro.
El resultado es un pan flexible, liviano y muy versátil, ideal para usar tanto en versiones dulces como saladas.
Consejos para que salga perfecto
Usá siempre fuego bajo, porque la maicena se dora rápido y puede quemarse si el calor es fuerte.
Si lo querés más esponjoso, batí bien el huevo antes de incorporar los secos.
Para una versión salada, sumá queso rallado o semillas a la masa antes de cocinar.
Para una versión dulce, reemplazá la sal por una cucharadita de azúcar y agregá vainilla.
Cómo servirlo
Este pan casero en sartén queda riquísimo con queso crema, palta, mermelada, miel o jamón y queso. También puede usarse como base de tostadas rápidas o cortarse al medio para armar un sándwich liviano.