Aunque la freidora de aire es tendencia por su practicidad a la hora de cocinar, algunos alimentos pueden arruinarse por completo o dañar el equipo.
Saber qué alimentos son los adecuados para este aparato, cuida el electrodoméstico.
Foto:
WEBLa air fryer llegó para solucionar cualquier plato. Trabaja con circulación de aire caliente a alta velocidad, un sistema ideal para ciertos alimentos, pero totalmente inadecuado para otros. El error más común es pensar que cualquier comida puede adaptarse a este método de cocción sin consecuencias.
Conocer qué alimentos no deben prepararse en la freidora de aire no solo evita resultados negativos, sino que también protege el electrodoméstico y mejora la experiencia en la cocina. Estos son los 9 casos más frecuentes que conviene evitar.
Las freidoras de aire no están diseñadas para contener líquidos libres. Preparaciones como sopas, caldos, salsas o guisos directamente no pueden cocinarse en este tipo de aparato porque el sistema de cocción necesita circulación de aire seco. Al colocar un alimento muy húmedo, el líquido puede gotear hacia la resistencia, generar humo, malos olores e incluso riesgos eléctricos.
Verduras de hoja como lechuga, espinaca, rúcula o hierbas frescas no son aptas para la freidora de aire. Al ser extremadamente livianas, el flujo de aire caliente las levanta, las deshidrata en segundos y puede hacer que se peguen a la resistencia superior, quemándose o generando olor a quemado.
Carnes muy grasas, como panceta cruda, chorizos frescos o cortes con exceso de grasa, no son ideales para la air fryer. Aunque muchos piensan que la grasa “se drena”, en realidad el exceso puede gotear, producir humo intenso y generar olores persistentes difíciles de eliminar.
Preparaciones con rebozados húmedos, como milanesas frescas, pollo pasado por huevo y harina muy líquida o masas blandas, no funcionan bien en la freidora de aire. Al no haber aceite que selle rápidamente, el empanizado se escurre, se pega a la canasta y termina desarmándose.
El queso fresco, como mozzarella, cremoso o port salut, no debe colocarse solo en la freidora de aire. Al calentarse, se derrite rápidamente, gotea y se quema en el fondo del aparato, generando humo y un olor intenso difícil de quitar.
Si bien puede utilizarse como relleno dentro de otro alimento bien cerrado, nunca debe cocinarse suelto. El queso fresco no se dora, sino que se funde y pierde su forma, convirtiéndose en uno de los principales causantes de suciedad en la air fryer.
Preparaciones con glaseados dulces, miel, almíbar o azúcar en superficie no son recomendables. El azúcar se carameliza muy rápido con el aire caliente y termina quemándose antes de que el alimento esté cocido. Esto ocurre con carnes glaseadas, facturas o preparaciones con miel.
Cocinar huevos crudos directamente en la freidora de aire, sin recipiente, es un error frecuente. El huevo líquido se desparrama, se cocina de forma despareja y deja residuos difíciles de limpiar. Incluso al intentar hacer huevos fritos o revueltos, el resultado es poco controlable.
Cortes grandes de carne, como costillas enteras, un pollo completo o piezas muy gruesas, no son adecuados. La freidora de aire tiene un espacio limitado y una cocción rápida en superficie, lo que provoca que el exterior se dore demasiado mientras el interior queda crudo.
Aunque parezca tentador, el maíz pisingallo no funciona en la freidora de aire. Los granos necesitan calor uniforme y presión, algo que la circulación de aire no proporciona. La mayoría de los granos no explotan y algunos pueden salir disparados dentro del aparato.
Además, los granos sueltos pueden entrar en contacto con la resistencia, generando riesgo de quemado.
La freidora de aire es una herramienta versátil, pero no mágica. Saber qué alimentos no deben prepararse en ella evita accidentes, malos resultados y frustraciones en la cocina.