Renovar la decoración de los ambientes de tu casa no tiene por qué ser una tarea costosa o complicada.
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Decorar la cocina muchas veces parece depender del presupuesto disponible, pero reciclar con creatividad e ingenio ofrece soluciones accesibles que permiten darle un aire nuevo sin gastar demasiado. Uno de los recursos más versátiles y fáciles de conseguir son los frascos de vidrio, esos que suelen acumularse en casa después de usar conservas o dulces.
Este tipo de proyectos no solo ayudan a mantener el orden y sumar detalles estéticos, sino que también resultan una buena oportunidad para reutilizar materiales y fomentar la sustentabilidad en el hogar. Además, al tratarse de un trabajo sencillo, puede realizarse en familia, convirtiéndose en una actividad creativa para compartir con los más chicos.
- Frascos de vidrio limpios y secos (varios tamaños).
- Tela de algodón blanca.
- Tela estampada (para los corazones decorativos).
- Tijeras.
- Hilo de yute.
- Cordón de algodón.
- Pistola encoladora con barras de silicona.
- Preparación de los frascos: Lavá los frascos con agua caliente y detergente para eliminar cualquier resto de etiqueta o grasa. Secalos bien antes de comenzar para que el adhesivo se fije correctamente.
- Cubrir con tela de algodón: Cortá piezas de tela blanca del tamaño suficiente para rodear cada frasco. Aplicá adhesivo vinílico en la superficie del frasco y pegá la tela, asegurándote de que no queden arrugas. Dejá secar unos minutos.
- Agregar la decoración central: Recortá corazones de la tela estampada. Pegalos en el centro de cada frasco sobre la tela blanca. Con ayuda de la pistola encoladora, rodeá el borde del corazón con hilo de yute para darle un acabado prolijo.
- Incorporar puntilla y cordón: Pegá una tira de puntilla en la parte superior de la tela blanca, justo debajo de la boca del frasco. Con el cordón de algodón, cubrí el borde inferior del frasco y también la zona donde se enrosca la tapa.
- Presentación final: Una vez que todo esté seco, colocá los frascos sobre una bandeja, repisa o estante de tu cocina. Guardá dentro de ellos cucharas de madera, espátulas, batidores o cualquier utensilio de uso diario.