El limonero es uno de esos árboles que combinan belleza, aroma y frutos. Sin embargo, no siempre luce tan vigoroso como se espera, pero para recuperar su fuerza de forma natural, muchos aficionados a la jardinería recomiendan un método tan simple como efectivo, el de regarlo con agua de cáscaras de huevo.
El suelo empobrecido, los riegos irregulares o la falta de nutrientes pueden afectar su crecimiento y su producción. Pero las cáscaras de huevo son una fuente rica en calcio, magnesio y fósforo, minerales esenciales para la salud de las plantas, especialmente de los cítricos.
Al mezclarlas con agua, se obtiene una infusión ligera que nutre el suelo y fortalece las raíces del limonero sin recurrir a productos químicos.
El calcio es uno de los elementos más importantes para el desarrollo del limonero, ayuda a fortalecer las paredes celulares, mejora la resistencia del árbol frente a enfermedades y favorece la absorción de otros nutrientes presentes en la tierra.
Cuando un limonero carece de calcio, las hojas de este árbol suelen ponerse amarillas y los frutos pueden volverse más pequeños o deformes.
agua con cáscaras de huevo
Jardinería casera: cómo preparar la infusión paso a paso
- Reuní las cáscaras de huevo: lavalas bien para quitar cualquier resto de clara o yema, y dejalas secar al sol o en un lugar ventilado.
- Triturá las cáscaras: podés hacerlo con las manos, con un mortero o incluso en una procesadora. Cuanto más finas queden, mejor liberarán los minerales.
- Colocalas en un recipiente con agua: por cada litro de agua, usá las cáscaras de tres o cuatro huevos.
- Dejalas reposar durante 24 a 48 horas. Durante ese tiempo, los minerales se irán transfiriendo al agua.
- Colá la mezcla y usala para regar el limonero, directamente sobre la base del tronco o alrededor d sistema radicelular.
- El líquido restante puede conservarse hasta una semana en un frasco cerrado, siempre que se mantenga en un lugar fresco y alejado del sol.
Con qué frecuencia aplicar las cáscaras de huevo
No hace falta usarla en cada riego, lo ideal es aplicarla una vez cada dos semanas durante la primavera y el verano, cuando el limonero está en pleno crecimiento y necesita mayor cantidad de nutrientes. En los meses fríos, podés reducir la frecuencia a una vez al mes o suspenderla si el árbol entra en reposo vegetativo.
Para obtener mejores resultados, se puede alternar este riego con otros abonos naturales, como compost maduro o agua con cáscaras de banana, que aportan potasio y ayudan a estimular la floración y el desarrollo de los frutos.
Aunque se trata de un método natural, conviene evitar excesos. Si se usa en exceso o sin filtrar correctamente, el calcio puede acumularse en la superficie del suelo e impedir que el agua penetre bien. Por eso, es recomendable aplicar la mezcla siempre bien diluida y sobre tierra húmeda, nunca seca.