¿Cuál es la diferencia entre la limpieza con desinfectantes y sanitizantes y por qué no deben mezclarse?
Un error común en la limpieza del hogar es usar productos sin distinguirlos y, peor aún, combinarlos. Conocé la diferencia entre desinfectantes y sanitizantes.
Los desinfectantes y sanitizantes nunca deben mezclarse como productos de limpieza porque pueden generar sustancias peligrosas para la salud.
Utilizar desinfectantes y sanitizantes como si fueran lo mismo es un gran error, ya que cumplen funciones diferentes dentro de la limpieza diaria. Esta confusión puede llevar a una incorrecta desinfección de superficies o incluso a prácticas riesgosas si se mezclan sin conocimiento. Comprender qué hace cada uno y cuándo conviene aplicarlos mejora la higiene y evita problemas de salud.
Además existe una advertencia importante que pocos tienen en cuenta: la mezcla de ciertos productos de limpieza puede liberar gases irritantes o tóxicos, por lo que la elección y aplicación correcta no solo se trata de obtener buenos resultados, sino también de seguridad. Con información clara es posible mantener los ambientes limpios sin asumir riesgos innecesarios.
desinfectantes y sanitizantes
Los desinfectantes y sanitizantes nunca deben mezclarse como productos de limpieza porque pueden generar sustancias peligrosas para la salud.
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¿Qué diferencia a un desinfectante de un sanitizante?
Un sanitizante es un producto diseñado para reducir la cantidad de microorganismos en una superficie a niveles seguros, especialmente útil en la cocina o en lugares donde se manipulan alimentos. Su objetivo no es eliminar todos los microorganismos, sino disminuirlos para que no representen riesgo para la salud.
Por otro lado, un desinfectante está formulado para destruir virus, bacterias y hongos en un porcentaje muy elevado. Este tipo de producto se utiliza en superficies del baño, picaportes, celulares o áreas donde se necesita máxima higiene.
La confusión existe cuando se elige un sanitizante con la intención de eliminar completamente bacterias, lo cual puede no lograrse. De hecho, algunas etiquetas indican claramente si el producto es apto para eliminar virus y bacterias específicas, por lo que leer la información antes de utilizarlo es clave.
La elección depende del lugar y del uso
En áreas donde se preparan alimentos conviene usar sanitizantes porque dejan menos residuos.
En el baño o superficies de alto contacto los desinfectantes son la mejor opción por su capacidad para destruir microorganismos.
Por eso, entender esta diferencia ayuda a mantener higienizado el hogarsin desperdiciar producto ni aplicarlo de manera incorrecta.
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Los desinfectantes y sanitizantes nunca deben mezclarse como productos de limpieza porque pueden generar sustancias peligrosas para la salud.
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Por qué no se deben mezclar desinfectantes y sanitizantes ni otros productos de limpieza
El sitio de Control de Infecciones (CDC) de los Estados Unidos, advierte que uno de los errores más peligrosos en la limpieza del hogar es combinar productos creyendo que se potencia su efecto. Sin embargo, la mezcla de ciertos componentes puede generar reacciones químicas dañinas.
Mezclar lavandina con productos que contienen amoníaco puede liberar gases irritantes para las vías respiratorias. Lo mismo sucede si se mezcla lavandina con vinagre o limpiadores ácidos, que pueden producir vapores nocivos.
Estos gases afectan los ojos, la garganta y los pulmones y pueden causar mareos, tos intensa o dificultades para respirar. En ambientes cerrados el riesgo aumenta, especialmente si se trata de baños o cocinas sin ventilación adecuada.
Por eso, es fundamental no improvisar y nunca combinar productos sin conocer su composición. Las etiquetas suelen advertir este tipo de incompatibilidades, pero muchas veces pasan desapercibidas.
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Los desinfectantes y sanitizantes nunca deben mezclarse como productos de limpieza porque pueden generar sustancias peligrosas para la salud.
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Comprender la diferencia entre sanitizantes y desinfectantes permite elegir el producto correcto para cada situación y mantener la higiene sin riesgos. Mientras los sanitizantes reducen microorganismos a niveles seguros, los desinfectantes los eliminan en gran medida.