Si alguna vez pensaste que hacer un bizcochuelo sin harina, sin azúcar y sin horno era imposible, esta receta viene a demostrarte lo contrario.
Si alguna vez pensaste que hacer un bizcochuelo sin harina, sin azúcar y sin horno era imposible, esta receta viene a demostrarte lo contrario.
Con tan solo dos ingredientes, podés preparar un postre liviano, fácil y perfecto para el verano, ideal para quienes buscan opciones rápidas y saludables.
No esperes un bizcochuelo tradicional, porque esta preparación tiene su propia magia. La textura es aireada y cremosa, más cercana a un mousse que a un bizcochuelo esponjoso clásico.
Lo mejor es que podés personalizarla con tu fruta favorita. Aunque en esta receta se usa mango, también podés probar con manzana, durazno o ciruela.