Vacunación VIP: cómo se originó la peor crisis del gobierno del Frente de Todos

El Presidente pidió al ministro de Salud que renunciara y designó en su lugar a Carla Vizzotti. Amigos del poder fueron favorecidos.

González García se fue y Alberto Fernández designó a Vizzotti, que ganó protagonismo con la pandemia.
González García se fue y Alberto Fernández designó a Vizzotti, que ganó protagonismo con la pandemia.

Fue Horacio Verbitsky, un periodista muy cercano a Cristina Fernández de Kirchner, quien provocó, por torpeza o por decisión, la peor crisis interna del gobierno del Frente de Todos con la salida de uno de los funcionarios con rol protagónico, por la pandemia de coronavirus, en el equipo de Alberto Fernández: el ministro de Salud, Ginés González García.

La dimisión se la pidió el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, por orden del jefe de Estado, ayer a la tarde, en medio del revuelo nacional por las vacunaciones encubiertas para amigos del poder, que venía creciendo en los días previos como una bola de nieve.

El escándalo explotó cuando Verbitsky dedicó su columna de la radio El Destape a relatar cómo había conseguido aplicarse la primera dosis de la Sputnik V, la vacuna rusa: llamando por teléfono a su amigo -así lo definió- Ginés González García.

El ex periodista del diario Página/12 y autor del blog de política El Cohete a la Luna dijo, además, que estaba “muy contento” por haberse vacunado y que ya tenía asignado un turno para darse la segunda dosis el 12 de marzo.

Verbitsky logró vacunarse sin inscribirse previamente en ningún registro público, como lo hacen cientos de miles de personas en el país y cuando todavía deben inmunizarse miles de trabajadores de la salud, que son el primer grupo en el orden de prioridades de vacunación.

Tras la expulsión de Ginés, por la noche se informó que la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, asumirá hoy al frente del ministerio.

Las vacunas contra el Covid-19 llegan a la Argentina a cuentagotas: sobre una población vacunable de 27 millones de personas, el país recibió hasta el momento apenas 1.780.000 dosis; es decir, 890.000 esquemas de vacunación, porque tanto Sputnik V, del Instituto Gamaleya, como la de Oxford, requieren dos aplicaciones.

Según lo establecido por el Ministerio de Salud, el primer grupo en el orden de prioridad para recibir las vacunas es el personal de salud (763 mil trabajadores); el segundo, los adultos mayores de 70 años y quienes viven en establecimientos geriátricos, y el tercero, los adultos mayores de 60 años (7,3 millones de personas entre ambos grupos).

Después, el personal de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y de servicios penitenciarios (500 mil); los adultos de entre 18 y 59 años que presentan factores de riesgo (5,6 millones de personas), y los docentes y no docentes de nivel inicial, primaria y secundaria (1,3 millón).

No figuran los gobernadores, ni los diputados, ni los senadores, ni los intendentes, ni los concejales, ni sus familiares ni sus empleados, ni los periodistas, aunque sean amables con el Gobierno, como Verbitsky.

Frases memorables

“El total de personas que deberíamos vacunar entre enero y marzo es de 13 millones. Eso significa alrededor del 25% de los habitantes de la Argentina”, dijo González García el 1 de diciembre, al anunciar el plan de vacunación. La pauta difícilmente se cumpla el 31 de marzo.

Pero el ahora ex ministro también dijo durante su gestión otras frases memorables -o para el olvido- relacionadas con la pandemia.

Por ejemplo: “Me preocupa más el dengue que el coronavirus”, el 5 de febrero de 2020, un mes antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara pandemia al Covid19, o “No hay ninguna posibilidad de que exista coronavirus en Argentina”, el 23 de enero del año pasado.

Pero la salida de González García se produjo no por sus frases sino por haber permitido montar dentro del ministerio una suerte de vacunatorio paralelo y a discreción, para amigos.

Pero incluso en su salida tuvo otra frase llamativa: en el texto de renuncia acusa a su secretaria privada de haber citado a los vacunados VIP cuando él estaba en Entre Ríos.

El edificio de “Evita”

Verbitsky, según él mismo lo reveló, no se aplicó la dosis de la Sputnik en ningún hospital sino en la emblemática sede ministerial, ubicada en el medio de la avenida 9 de Julio.

En ese edificio, que adornan dos grandes murales de Eva Perón que se iluminan por la noche, recibieron la Sputnik V empleados y funcionarios públicos y hasta sus choferes, además de amigos del poder.

Por ejemplo, Lisandro Bonelli, sobrino de González García y su jefe de Gabinete en el ministerio, según informó el diario La Nación: tiene 44 años y se inoculó con las primeras dosis que llegaron a la Argentina.

González García, precisó Verbitsky, le dijo por teléfono que concurriera al bonaerense hospital Posadas a darse la vacuna. Pero después, contó, un secretario privado del ahora ex ministro se comunicó para rectificar tal indicación y señalarle que debía ir directamente al ministerio.

En ese vacunatorio paralelo también recibieron la Sputnik V el diputado Eduardo Valdés y el senador oficialista Jorge Taiana. Ambos tenían previsto viajar con el Presidente a México, pero a último momento fueron “bajados” del avión.

También se supo que fue vacunado el canciller, Felipe Solá, aunque lo habría hecho en el hospital Posadas, por ser residente de la provincia de Buenos Aires, donde comenzó la vacunación a mayores de 70 años. Él aseguró que había sacado turno.

También trascendió que lograron vacunarse el líder del sindicato de camioneros, Hugo Moyano, de 77 años, su esposa, Liliana Zulet, y uno de sus hijos, Jerónimo, de 20 años.

El escándalo, igualmente, había empezado días antes, cuando se supo que consiguieron vacunarse de manera indebida dos intendentes de ciudades de Santa Cruz, uno de los cuales inclusive hizo vacunar a familiares y empleados suyos, y el diputado nacional del Frente de Todos, Juan Benedicto Vázquez, que también es representante de esa provincia.

González García renunció con la Argentina en el puesto 26 en el mundo con 1.106 muertes por millón de habitantes y 50.857 personas fallecidas a causa del Covid-19.

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