Tres ex gobernadores acompañaron a Juan Carlos Jaliff en su despedida como legislador este martes. Roberto Iglesias, Julio Cobos y Alfredo Cornejo ocuparon lugares de invitados especiales en el hemiciclo que tuvo por última vez como protagonista al ex vicegobernador y ex funcionario de las gestiones radicales, quien marcó presencia en todos los gobiernos de ese color político desde el retorno de la democracia.
Rodeado al final de sus hijos y nietos, a quienes nunca involucró en política, según aclaró, el presidente provisional del Senado reconoció su emoción y habló de “las cosas del destino”: “Presidí la primera sesión cuando entré a la Legislatura como vicegobernador, pero nunca pensé que iba a presidir la última también”, señaló.
El viaje del gobernador a Israel provocó que, como el vicegobernador Mario Abed lo tenía que remplazar en la conducción de la provincia, la última sesión extraordinaria antes del recambio legislativo tuviera a Jaliff al frente.
Pero no fue la única vez que el también ex ministro de Gobierno mencionó al destino. “En noviembre del 83, veníamos a tomar posesión de la Legislatura con el vicegobernador electo José Genoud y conmigo venía un joven que recién cumplía la mayoría de edad para votar. Ahora es el vicegobernador cuando yo me voy. Esto nadie lo puede haber imaginado, Mario”.
El joven de aquel entonces era precisamente Abed, amigo personal de Jaliff desde aquellas épocas, quien, junto al presidente de la Cámara de Diputados, Andrés Lombardi, también participó de la despedida.
“Estoy luchando para mantener mi ego a raya, porque tener a tres ex gobernadores acá es como mucho”, reconoció en otro tramo del discurso final Jaliff
Y continuó, elevando la voz: “Siéntanse orgullosos, como yo, de pertenecer a la Legislatura de Mendoza, la que más trabaja en el país y la que sesiona todas las semanas. Yo me quería ir trabajando hasta el último momento y acabamos de sancionar una ley muy importante, la de conciliación civil obligatoria”.
La última ley de la era Jaliff (quien a Los Andes le contó que había tratado nada menos que 1.800 a lo largo de sus carrera) es la que establece una instancia de conciliación antes de iniciar juicios civiles, con el objetivo de descongestionar y agilizar ese fuero. Para la estadística quedará que el proyecto del gobierno de Suárez obtuvo 30 votos a favor, 1 abstención y ninguno en contra. Se trata de la ley 9.388.
Tras agradecer a su partido y a sus colegas oficialistas y opositores, llegaron las palabras finales: “Me voy contento, me voy feliz, esto era lo que yo quería para mi vida. Le puse toda la pasión a la actividad política, todo lo demás, viene después”, señaló.
EL “OSITO DE PELUCHE” Y EL “PEDAZO DE POLÍTICO”
La despedida de Jaliff se mezcló, en la etapa de homenajes de la sesión, con los “hasta luego” de los 19 senadores que este martes cerraron sus mandatos. Entre ellos, algunos de larga carrera, como Alejandro Abraham (PJ) y Gustavo Pinto (UCR).
“Se nos acabó una etapa presidente, que vengan otros que pueden ser mejores. Creo que usted ha sido un maestro de legisladores”, señaló precisamente Abraham;
Pero los “viejos” se mezclaron con los “nuevos” en las despedidas y agradecimientos. Entre los variados discursos, sorprendieron las referencias mutuas entre Jaliff y Silvina Camiolo, malargüina y senadora saliente por el cuarto distrito.
El radical señaló que una vez tuvo que tener en brazos a una hija de Camiolo que había nacida hacía menos de un mes para que pudiera hablar en el recinto, mientras que la justicialista lo describió en una forma muy curiosa. “Lo imaginaba mucho más alto, Cuando salía por televisión lo veía tan serio...pero en realidad es un osito de peluche”, señaló la joven legisladora.
También hubo algunos legisladores, como los senadores del Partido Verde, Marcelo Romano y Andrea Blandini, quienes fueron autorreferenciales o críticos con el estado de las cosas en la despedida.
Pero el cierre volvió a ser para el senador que se despedía en forma definitiva. “¡Qué pedazo de político que es usted, Juan Carlos Jaliff!”, fue la frase que exclamó el senador radical Alejandro Diumenjo, antes de que todos lo aplaudieran de pie.
