“Hace años que delegamos en la política los temas que nos cambian la vida, sin preocuparnos cómo los gestionan hasta que es demasiado tarde”

Hace tiempo que Mauricio Badaloni dejó la Dirección General del Grupo Andesmar para priorizar su tarea en el sector gremial-empresario, a través de la Unión Industrial de Mendoza (UIM) y la Unión Industrial Argentina (UIA), como una manera de aportar a algo mayor y ser parte de las soluciones a problemas de los que muchos se quejan.

Mauricio Badaloni.
Mauricio Badaloni.

“Cuando nos reunimos en las cámaras y asociaciones, todos discutimos, opinamos y nos creemos tener el manual de instrucciones perfecto para que nuestros gobernantes y legisladores nos resuelven los problemas. Sin embargo, cuando en las mismas mesas compartimos que nuestros hijos o familiares directos no le darán continuidad al trabajo o emprendimientos que nuestros padres y abuelos hicieron, porque prefieren irse del país, nos damos cuenta de que el problema no está en la política; está en nosotros, porque algo no hicimos a su debido tiempo”, reflexionó Mauricio Badaloni.

Badaloni es parte de un nutrido grupo de ciudadanos que no tienen experiencia ni participación en la política tradicional; son más de 50 que se presentan como precandidatos en distintos cargos electivos en toda la provincia. En su caso, como precandidato a diputado provincial por Cambia Ya (lista 503B) en el primer distrito electoral afirma: “Darnos cuenta de que cuando nuestros hijos, familiares o amigos deciden irse del país por las pésimas decisiones de la política tradicional, lo que perdemos no es solo dinero o progreso económico. Esto nos obliga a replantear cómo debemos incidir en las decisiones de la agenda pública”.

En este sentido, Badaloni agregó que no quiere quedarse en la mera opinión sin construcción debido a que sabe que las puertas no se abren solas, sino que “somos responsables por no interpelar a la política que se ha quedado corta con los desafíos económicos que tiene Mendoza”.

Agregó que el objetivo no es competir con la política tradicional, sino darle balance y equilibrio para romper la idea de que cuando al Estado le falta plata para sostener su expansión, inventa impuestos, sellos, contribuciones o tasas municipales para financiarse.

“Alcanza con mirar las estadísticas de los últimos 15 ó 20 años en Argentina y ver que los desajustes de la política siempre los pagamos los ciudadanos que producimos o damos trabajo”, observó Badaloni, al tiempo que agregó que cada vez somos menos porque crece la informalidad y “así somos un país y una provincia inviable”.

Contra la maraña burocrática

La campaña electoral posibilitó un diálogo mano a mano con una gran diversidad de ciudadanos que todos los días llevan adelante sus actividades económicas y productivas. Todos tienen un denominador común, sin importar el tamaño de sus emprendimientos: el costo fiscal (más de 167 impuestos nacionales, provinciales o municipales), burocracia y falta de incentivos para producir.

“Tenemos que volver a las prioridades del sentido común, las que cada uno de nosotros aplica en su hogares o emprendimientos, y exigirles a nuestros gobernantes que no gasten más de los ingresos que la economía genera. Un gobierno nacional o provincial no puede repartir lo que no genera. Si no cambiamos ya, seguiremos repartiendo emisión monetaria, inflación, y más pobreza”, agregó.

De este modo, Mauricio Badaloni llama a los ciudadanos independientes a que utilicen estas elecciones como la oportunidad de elegir gente que verdaderamente se les parezca. Hasta ahora, hemos tenido amplias mayorías de políticos profesionales que no tienen idea de lo que significa levantarse todas las mañanas para lidiar con los obstáculos que, en la actualidad, enfrentan pymes y comerciantes para seguir en pie y sostener el trabajo de miles de personas. “Tenemos que explicarles en el recinto lo que es abrir un negocio, pagar salarios, impuestos provinciales y nacionales, tasas y servicios, gestionar habilitaciones comerciales o peregrinar por bancos para conseguir financiamiento, entre tantas otras dificultades, para que sus decisiones en la economía sean más acertadas”, señaló Badaloni.

Para finalizar remarcó: “Si nuestros hijos deciden irse no es solo por un tema de bienestar económico, es también porque no hacemos lo suficiente para que tengan un contexto de reglas claras, con el fin de que su futuro sea mejor que el presente de sus padres o abuelos”.

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