El primer análisis de Alfredo Cornejo y el oficialismo provincial apuntó a bajarle la espuma al “batacazo” de La Libertad Avanza en Capital Federal. Con toda la carne en la parrilla, Javier Milei y compañía sacaron 30 puntos, en una elección anémica, con bajísima participación ciudadana: apenas votó el 53% del padrón.
¿Significa esto que Cambia Mendoza ahora evalúa no aliarse con Milei para los comicios de octubre? Para nada. La número dos del Gobierno provincial, Hebe Casado, es la principal militante del Presidente en Mendoza. Y hay un condicionamiento para Alfredo Cornejo que se reflejó en un gesto: el abrazo intenso de Milei con Luis Petri, figura del radicalismo mendocino, anoche, en el búnker de la victoria violeta.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/luispetri/status/1924257921782706594&partner=&hide_thread=false
Manuel Adorni aprovechó su centralidad para abrir las puertas de La Libertad Avanza y pedir que todos se sumen al proyecto del Presidente. Petri aplaudió a rabiar, porque es uno de los grandes promotores de la alianza nacional, pero Cornejo seguramente se pondrá a meditar ahora las características de la fusión y fundamentalmente la “letra chica”. Es decir, los nombres de los candidatos, tanto para el Congreso como para la Legislatura.
Por eso, esta madrugada, lejos de exaltar el triunfo libertario, la lectura del oficialismo local tendía más bien a relativizarlo. Y volvía a dejar para más adelante la confirmación de una alianza con la Casa Rosada. Levantar al adversario antes de que arranque la negociación más importante no es conveniente.
Cornejo se tomará más tiempo
Cornejo ya avisó que se tomará todo el tiempo que legalmente tiene para resolver si unifica o no las elecciones provinciales con las nacionales: hasta cerca del 18 de julio. El resultado de este domingo, con todos sus bemoles, no parece haber modificado ese criterio.
La unificación electoral sería la prueba de la alianza, que todavía se tiene que seguir cocinando. Seguramente Cornejo armará ahora una carpeta de antecedentes que recopilará todas las elecciones provinciales, los test previos en las urnas de las provincias que ya votaron, y esperará el momento en que comience verdaderamente la conversación de las candidaturas con Karina Milei y sus secretarios.
El dato más importante para Cornejo en este contexto es que, de seis elecciones provinciales ya realizadas, la de ayer fue la única que perdió un oficialismo local. Los radicales mendocinos no se cansan de repetir que La Libertad Avanza no tiene músculo para enfrentar a quienes gobiernan en el interior.
Convencer de la importancia de este factor a Milei, para quien asoman algunos problemas evidentes de construcción política en Mendoza debido al enfrentamiento de sus seguidores locales, será la gran misión del gobernador en las próximas semanas.
Otro dato que se pondrá sobre la mesa es que toda la artillería de una elección en Capital Federal que la Libertad Avanza consiguió nacionalizar derivó en apenas 30 por ciento de los votos totales. Sólo 3 puntos más que el kirchnerismo, que también perdió sufragios respecto del comicio anterior. “Todo eso es mucho menos que lo que venden”, decían algunos radicales en la noche del domingo, marcando un contraste entre el resultado concreto en las urnas y el festejo desaforado en el bunker mileísta.
La respuesta lógica de Cornejo y los suyos ahora es tratar de evitar que se lo lleve puesta la ola violeta, que arrase con el oficialismo local un fenómeno al que se tiene que unir, pero ante el cual no puede entregarse.
El análisis posterior a la elección de este domingo fue también que era “al cuete” adelantar elecciones en Capital Federal para tratar los asuntos de CABA y que eso terminó perjudicando a Macri, porque se nacionalizó toda la discusión.
Anabólicos para Milei
En Mendoza el oficialismo cree, de todos modos, que al Gobierno nacional lo apoya más del 30 por ciento de Capital Federal. O sea, tensar la cuerda no equivale a romper y seguir el viaje separados.
Separarse significaría, por ejemplo, fortalecer su identidad radical, cuando el radicalismo directamente no existió, ni figuró siquiera, en las elecciones de CABA.
Eso sí, todavía hoy, y tal vez más que nunca, se impone en el oficialismo mendocino la convicción de que para ganar en las provincias más importantes, Milei todavía necesita un “anabólico” potente, ese que le ofrecen con condiciones los gobernadores que comulgan con él.