1 de noviembre de 2025 - 12:55

"¡Sacá el arma y disparame!": así fue el crimen del joven guardia y el oscuro pasado del asesino prófugo

El joven que trabajaba en el Hospital Perrupato recibió tres tiros en el pecho por parte de un ex policía que aún está prófugo

La Justicia y la Policía continúan buscando a Gonzalo Emanuel Ferreyra, un hombre que supo ser policía, fue echado de la fuerza y desde la noche de este viernes está siendo buscado por matar a un hombre de tres disparos en el pecho.

El victimario

Ferreyra cumplirá 40 años el próximo domingo 9 de noviembre. Tiene cuatro hijos, el menor de un año, y su actual pareja, que también es policía, cumple funciones en el edificio de Tribunales de la Tercera Circunscripción Judicial y ayer, cuando ocurrió el crimen, estaba de guardia.

Ferreyra es oriundo de Tres Porteñas pero vive en Chapanay, donde cometió el homicidio. Fue policía, pero fue exonerado hace ya varios años por alguna causa vinculada con estupefacientes, aunque todavía no hay muchas precisiones porque todavía no se ha investigado detenidamente su historial.

La víctima

Rodrigo Federico Salafia tenía 25 años y vivía en Chapanay, muy cerca de donde lo mataron.

Trabajaba para una agencia de seguridad, que cubre ese servicio en el Hospital Alfredo Ítalo Perrupato, de San Martín.

Según cuentan en el Perrupato, Salafia se había ganado el aprecio de compañeros y pacientes, por su espíritu solidario y atento, por lo que su muerte y la manera en que se produjo, causó una gran conmoción.

El hecho, en detalle

A las 19.38 del viernes, Rodrigo Salafia caminaba junto a su hermano por las calles de Chapanay. Mientras avanzaban por la San Juan, casi llegando al cruce con Bonano, se encontraron con Gonzalo Ferreyra, que vive allí.

Por algún motivo que aún no consta en el expediente, se generó una discusión entre Salafia y Ferreyra. Dicen que el intercambio respondió a “problemas de vieja data”. Esa frase hecha, que define una causa ignorada o que aún nadie se arriesga a contar formalmente, está clara en el relato de los vecinos de Chapanay, que conocen a los protagonistas desde siempre.

Por testimonio del hermano de la víctima, se supo que Salafia, en determinado momento y cuando la discusión ya era caliente, le dijo a Ferreyra: “¡Si decís que me vas a matar, sacá el arma y disparame!” y sacó pecho. El expolicía sacó un arma de entre sus ropas, posiblemente un revólver ya que no se encontraron cápsulas servidas en el lugar, y efectuó tres disparos apuntándole al pecho. Todos los disparos dieron en el blanco.

Mientras arribaba un móvil policial al lugar después de una alerta al 911 y una ambulancia del centro de salud de Tres Porteñas, debido a que el Servicio de Emergencias Coordinado tenía una demora significativa, trasladaba al mal herido al Perrupato, el agresor ingresó a su casa, cargó a sus hijos en su auto y salió por la parte de atrás del domicilio.

Al mismo tiempo que Salafia llegaba moribundo a la guardia del Hospital Perrupato, Ferreyra se dirigía a la casa de su padre, dejaba a sus hijos allí y se daba a la fuga, sin que aún se tenga indicios de su paradero.

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