Un hombre de 36 años fue controlado por efectivos de la policía mediante el uso de la pistola Taser, luego de permanecer atrincherado en su vivienda en Rivadavia.
El operativo duró más de 90 minutos, donde los agentes intentaron mediar con diálogo y luego activaron el protocolo de emergencia.
Un hombre de 36 años fue controlado por efectivos de la policía mediante el uso de la pistola Taser, luego de permanecer atrincherado en su vivienda en Rivadavia.
El hecho se produjo en el barrio Brandsen, cuando el individuo se encontraba en un presunto estado de delirio místico o religioso. Allí comenzó a arrojarse agua sobre el cuerpo en un entorno con cableado precario, elevando considerablemente el riesgo eléctrico de cualquier acercamiento.
Durante aproximadamente una hora y media, los efectivos del Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS) y del Grupo Especial de Seguridad (GES) intentaron mediar mediante el diálogo, sin lograr resultados positivos.
Ante el incremento de la agresividad y los destrozos provocados dentro de la vivienda, los efectivos activaron el protocolo de emergencia.
La intervención táctica incluyó la utilización de una granada sonoro-lumínica y el uso de la pistola Taser, medidas necesarias tanto por la complexión física del hombre como por la violencia con la que se resistía.
Una vez reducido, personal médico del Servicio de Emergencias Coordinado lo asistió en el lugar y diagnosticó un cuadro de excitación psicomotriz. Posteriormente, fue trasladado con custodia al Hospital Saporiti y, tras ser evaluado, derivado al hospital neuropsiquiátrico El Sauce para su contención y tratamiento.
Las autoridades destacaron que, pese a la gravedad del episodio, no se registraron heridos entre los intervinientes ni entre los vecinos del lugar.