La Justicia de Mar del Plata rechazó este martes los pedidos de libertad condicional presentados por Ricardo Anselmini y Oscar Echenique, dos de los policías bonaerenses condenados a prisión perpetua por el secuestro, tortura, violación y asesinato de Natalia Melmann en Miramar, el 4 de febrero de 2001.
La familia de la víctima confirmó la decisión a través de un comunicado: “Con agrado informamos que el Juez Ricardo Perdichizzi negó hoy el acceso al beneficio de la libertad condicional a dos de los femicidas de Nati”. Ambos participaron de la audiencia virtual desde el penal de Batán.
El Juzgado de Ejecución Penal N°1 resolvió el rechazo en horas de la mañana. No es la primera vez que los condenados solicitan el beneficio y se les deniega. Según la familia, la defensa de Anselmini y Echenique ya apeló la decisión y la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata deberá resolver.
“Por amor seguiremos luchando. Busquen al quinto femicida. 24 años de lucha, amor y dolor”, cierra el mensaje difundido por los padres de Natalia.
Natalia Melmann
Laura y Gustavo, los padres de Natalia Melmann
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Los beneficios de los asesinos
En los últimos años, ambos expolicías recibieron beneficios judiciales. Echenique obtuvo salidas transitorias en 2024, que le permiten circular los primeros domingos de cada mes entre las 8 y las 20. Anselmini tuvo un régimen similar hasta octubre de 2023, cuando fue revocado luego de que vecinos lo filmaran caminando por una plaza rumbo a un almacén.
La madre de Natalia, Laura Calampuca, reclamó además que la Justicia aún no fijó fecha para las extracciones de sangre a otros tres policías, Osvaldo Alfredo Sissi, José Luis Morillo y Ángel Custodio Sánchez, con el fin de cotejar su ADN con el perfil genético hallado en el cuerpo de la adolescente. La medida busca identificar al quinto autor del femicidio.
Natalia Melmann
Ricardo Anselmini y Oscar Echenique.
Un crimen que conmovió al país
El 4 de febrero de 2001, Natalia, de 15 años, regresaba a su casa tras ir a bailar cuando fue interceptada por un grupo de policías. La llevaron a una vivienda precaria del barrio Copacabana, donde fue torturada, violada y estrangulada con el cordón de su propia zapatilla.
Su desaparición se prolongó durante cuatro días, hasta que el 8 de febrero su cuerpo fue hallado enterrado bajo hojas secas en el vivero “Florentino Ameghino”. El caso reveló la participación policial en el crimen y provocó una fuerte conmoción social en todo el país.