Los estudios médicos detectaron seis plomos dentro de la cabeza de Juan V. el hombre de 48 años que sobre el mediodía de ayer se disparó en la cabeza en medio de una audiencia de medicación que mantenía con su ex mujer y una auxiliar de la Justicia, en Rivadavia.
Una tomografía detectó claramente los seis plomos, que no dañaron la masa encefálica, por lo que Juan V. se encuentra en buen estado general, aunque permanece internado.
Las versiones habían hablado de dos, tres y hasta cuatro disparos. Lo que nadie se había arriesgado a contra, porque parecía disparatado, es que habían sido seis disparos y que el hombre que se intentó suicidar, no lo consiguió pese a que los seis plomos quedaron alojados en su cabeza, tal cual lo confirmaron los médicos del Hospital Central, en donde permanece internado el paciente, y también los peritos forenses.
La secuencia completa del hombre que se disparó seis veces en la cabeza y sobrevivio
El martes 28 al mediodía, una pareja llegó a las oficinas del cuerpo de mediadores del Poder Judicial, en la sede que funciona en el Juzgado de Familia de Rivadavia, en un edificio ubicado junto al histórico Cine Ducal, en la calle Lavalle.
La pareja estaba convocada allí para mantener su segunda audiencia de medicación (la primera había sido hacía un tiempo atrás) después de separarse.
Esta mediación era para resolver la cuota alimentaria y el régimen de comunicación. La pareja es conocida y apreciada en Rivadavia.
El hombre tiene 48 años, es comerciante y ha tenido participación en el ambiente del básquet del departamento.
Los involucrados tienen hijos grandes, adolescentes menores, y parecía que la separación sería en buenos términos. A la mediación solo concurren parejas que pueden resolver sus diferencias acordando algunas cuestiones básicas, para después refrendarlas ante el juez de Familia, pero no concurren allí las parejas en donde hay denuncias de malos tratos, violencia de género o cualquier situación de riesgo. Por eso, nadie imaginaba que iba a ocurrió lo que pasó.
La pareja se reunió en la oficina con la mediadora y comenzaron a conversar. Allí no hay colocadas cámaras de seguridad porque es una situación de carácter privado, que merece intimidad.
Después de algunos minutos, la mediadora se dio cuenta que no habría forma de llegar a un acuerdo, que debería intervenir formalmente el Juzgado de Familia y dio por fracasada la audiencia.
Fue en ese momento cuando el hombre sacó un revólver calibro 22 corto de entre sus ropas, lo apoyó en su cabeza y se disparó. El hombre cayó al suelo, se levantó ensangrentado casi instantáneamente y, parado frente a su ex mujer y la mediadora, se volvió a disparar en la cabeza y volvió a caer.
Allí las mujeres gritaron y salieron corriendo de la oficina.
Algunas personas que estaban en el edificio, dijeron haber escuchado más disparos: tres, cuatro y hasta seis. Pero parecía una exageración, porque el hombre quedó tirado en el suelo de la oficina, pero vivo.
Después llegó la Policía y una ambulancia, que trasladó al hombre hasta el Hospital Saporiti, donde se decidió que fuera trasladado de urgencia al Hospital Central.
El paciente fue internado en terapia intensiva y allí se lo sometió a una serie de estudios para evaluar su estado y decidir qué pasos seguir.
Así se detectó que Juan V. tenía seis plomos en su cabeza y que ninguno de ellos había llegado a dañar la masa encefálica y su vida no estaba en riesgo.
Aun así, los médicos analizar la forma de extraerle los proyectiles, para evitar riesgos futuros.
La Fiscalía interviene en el caso debido a que, más allá del milagroso resultado, el hombre fue armado a la audiencia, lo que hace suponer que ya tenía planeado usar ese revólver y allí habría alguna premeditación de un hecho doloso.