Comenzó el juicio por las muertes Juan Manuel Viudez (62) y su hija María Laura (39), quienes perdieron la vida en un accidente vial en Guaymallén, en 2013, y cuyo acusado -el ciudadano boliviano Adrián Ocampo Cazón (52)- estuvo prófugo de la justicia mendocina, ocultándose durante 12 años en un pueblito perdido de la amazonia boliviana.
Previo al debate, la fiscal de Homicidios Claudia Ríos y el abogado defensor Sergio Carreño acordaron no discutir el hecho y convinieron la prueba, por lo que ayer ambas partes expusieron sus alegatos.
Así los jueces Anibal Crivelli, Nancy Lecek y Carmen Magro escucharon la acusación sostenida por el fiscal Javier Pascua (jefe de la fiscalía de Delitos Económicos) y la fiscal Ríos, quienes solicitaron al tribunal que Ocampo sea juzgado por el delito de homicidio con dolo eventual.
Indicaron que el acusado se encontraba en estado de ebriedad, conducía en contramano por el Acceso Este a pesar de que en una estación de servicio una persona le había dado instrucciones para salir de la zona, indicándole que no fuera en contramano e, incluso, un conductor que venía en sentido contrario le hizo cambio de luces a modo de advertencia.
Tras indicar que conducía con desprecio por la vida humana, la fiscalía solicitó a los jueces una pena de prisión de 16 años.
Luego, el abogado Sergio Carreño, sostuvo que su cliente al ser extranjero no conocía la zona y fue por ello que se detuvo para pedir instrucciones en una estación de servicio.
Además, que esas instrucciones no fueron interpretadas correctamente ni por el conductor, no por las dos personas que iban de acompañantes.
Para el letrado se trató de un caso de imprudencia y que, en ningún momento Ocampo tuvo intención de matar. En cuanto al alcohol, los dos acompañantes declararon que habían consumido bebidas alcohólicas, pero, tras el accidente, no se hicieron pruebas de alcoholemia.
Cerrando el alegado Carreño solicitó al tribunal un cambio de calificación legal: de homicidio doloso a homicidio culposo y, en ese caso, que se dicte la prescripción de la causa: el homicidio culposo prescribe a los 6 años de ocurrido el caso y Ocampo estuvo 12 años prófugo.
El tribunal, analizará las dos posiciones y dictará sentencia el 11 de noviembre próximo.
Detenido en la selva boliviana
Ocampo Cazón fue detenido en febrero pasado por Interpol, cumpliendo así con un pedido de captura nacional e internacional que había sido emitido por la justicia mendocina.
El hombre fue capturado mientras caminaba por el municipio de Rurrenabaque, una ciudad de la provincia de Beni, ubicada al Norte de Bolivia, a 400 kilómetros de La Paz y que limita con Brasil.
Allí, en plena amazonia boliviana, donde había nacido su esposa, el hombre había montado un pequeño taller de reparación de electrodomésticos que era la base de su subsistencia. Cuando su hija comenzó a estudiar en Santa Cruz de la Sierra, los investigadores lograron establecer su residencia y detenerlo para luego extraditarlo a Argentina.
Inicialmente, la fiscal Claudia Ríos había imputado a Ocampo por homicidio con dolo eventual y lo mandó a prisión. Luego, la Justicia de Garantías consideró que se trataba de un homicidio culposo y lo otorgó domiciliaria, pero la Cámara de Apelaciones mantuvo la carátula de dolo eventual y ordenó la libertad.
En diciembre de 2014, el caso quedó paralizado porque Ocampo desapareció de los lugares que frecuentaba: su casa y su trabajo en una conocida bodega de Luján.
En septiembre de 2023, casi diez años después del accidente, el Ministerio de Seguridad de Mendoza ofreció una recompensa una recompensa de $ 1.350.000 para quien aportara datos sobre Ocampo, de nacionalidad boliviana, pero con residencia en Mendoza. El extranjero tenía un pedido de captura nacional e internacional porque se creía que estaba en su país, algo que así finalmente se comprobó.
Un choque frontal
Juan Manuel Viudez y su hija María Laura fueron víctimas de un accidente fatal ocurrido en la madrugada del 11 de febrero de 2013, cuando Ocampo Cazón, a bordo de un Renault 19 en el que viajaban dos amigos, entró a una estación de servicios de Rodeo de la Cruz y preguntó cuál era el camino más corto para llegar al barrio 25 de Mayo. Pero al salir comenzó a circular por el Acceso Este a contramano.
Anduvo entre 500 y 700 metros, siempre en dirección contraria, y unos metros antes de llegar al cruce con la ruta 50 protagonizó el primer percance con un Peugeot 504 al que afortunadamente logró esquivar.
Pero detrás venía un Peugeot 405 en el que viajaban Juan Manuel Viudez y su hija María Laura. El conductor no vio o no pudo esquivar al Renault 19. Los autos chocaron de frente. El conductor del Peugeot quedó atrapado en el habitáculo y murió horas más tarde en el hospital Central. Su hija fue despedida del auto por el choque y falleció en el lugar.
Valeria Gutiérrez venía detrás, a bordo de un Fiat 147, y logró esquivar a los autos siniestrados, rozó a uno y se detuvo al costado del camino.
La mujer trató de hacer señas a los vehículos que circulaban hacia el oeste, pero Camilo Pacífico, conductor de una camioneta Nissan Frontier, no la vio o no pudo esquivar a los vehículos y terminó impactando en un costado del Peugeot 405.
En junio de 2014 los jueces de la Tercera Cámara del Crimen, en un juicio abreviado, condenaron a Pacífico a dos años de prisión en suspenso por el delito de lesiones graves culposas. Los jueces, tras el acuerdo entre el fiscal y el defensor, ordenaron también que el conductor quedara inhabilitado para conducir por los próximos tres años y medio, por lo que se le retuvo la licencia de conducir.