Juicio por el crimen de Paula Toledo: un policía declaró que vio al imputado junto a la chica

El testigo era menor de edad cuando observó a Marcos Graín, el único juzgado hoy en San Rafael, con la joven momentos antes del asesinato. El relato coincide con el de otros testigos.

Marcos Graín, el imputado, vive actualmente en El Bolsón y es artesano. / Prensa Poder Judicial
Marcos Graín, el imputado, vive actualmente en El Bolsón y es artesano. / Prensa Poder Judicial

Un testigo que hoy es policía y que tenía 14 años cuando asesinaron a Paula Toledo (20), declaró que vio a Marcos Graín (32) –el artesano que está siendo juzgado por el hecho- junto a la chica y otro joven que estuvo imputado en el caso, comprando cerveza antes de que la joven fuera asesinada.

En la última jornada del debate se presentó a declarar un policía de apellido Quiroz, que cuando asesinaron a Paula era menor, y por ese entonces dijo no haber visto nada. Pero ahora el hombre sostuvo que en la noche del 30 de octubre de 2003 estaba en la casa de un vecino, frente a la suya, y vio al imputado, a Víctor Echegaray, alias “Poroto”, y a una chica que luego, por los diarios de la época, se dio cuenta de que era Paula. Los tres fueron al quiosco que estaba junto a la casa de Quiroz y, luego de golpear, él volvió a entrar en la casa de su vecino.

Con el transcurso de los días se dio cuenta de que la chica que iba con Graín y Echegaray era Paula. En ese momento no dijo nada a nadie por miedo pero hoy ofreció una detallada declaración y luego pidió que la Justicia le dé protección a su casa, donde también vive su madre.

La declaración de este policía fue apuntalada por otra testigo que, si bien dijo no haber visto nada, afirmó que una vecina de apellido Martínez le contó haber visto a Paula con Graín y Echegaray comprando cervezas en un quiosco.

Tanto el policía como esta mujer apuntalaron la versión del fiscal Pablo Peñasco para quien la noche del crimen Graín la fue a buscar a su casa y luego fueron a comprar cerveza y las llevaron a la casa abandonada del barrio El Sosneado, donde finalmente la joven fue abusada, torturada y asesinada.

Esta hipótesis fue negada por el propio Graín, quien durante la primera audiencia aseguró ser inocente, afirmando que la noche del crimen no estuvo con Paula ya que estaba en su casa. También declaró hoy una médica que al momento en que se realizó la polémica necropsia era pasante. La mujer sostuvo que las quemaduras de cigarrillo que el cuerpo de Toledo tenía en las manos y en el pecho eran signos de tortura y que las marcas en el cuello parecían haber sido hechas por manos que la tomaron desde atrás.

Para esta profesional, la causa de la muerte fue asfixia, que se produjo por la tierra que aspiró cuando fue atacada.

El violento crimen

El 30 de octubre de 2003 Paula Toledo terminó de hacer unas tareas que debía entregar al día siguiente en la Escuela Polivante de Arte, cuando alguien golpeó la puerta y la invitó a salir. La chica dejó la puerta entreabierta, en señal de que volvería rápidamente.

Al día siguiente su cuerpo apareció en una acequia de la calle Victorino de la Plaza, a 400 metros de avenida Balloffet, en el barrio El Sosneado. Estaba semidesnuda, boca abajo, rodeada de basura y bolsas de plástico.

En un primer momento fue muy difícil identificarla. Según la información policial, los jóvenes fueron vistos ingresando a una casa abandonada que se encontraba en Los Filtros y Jacarandá, donde los chicos del barrio se juntaban a tomar cerveza y, algunos, a fumar marihuana.

En ese lugar fue torturada, abusada sexualmente por varias personas y luego asesinada. Su cuerpo presentaba golpes en la cabeza, producidos por una botella de cerveza, y cortes en el rostro. También mostraba quemaduras.

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