Indemnizarán a dos vecinos de Ciudad golpeados y baleados por un policía “exaltado”

Los jóvenes estaban escuchando música en el barrio Champagnat y, luego de mostrar sus documentos, recibieron una dura golpiza: el uniformado rompió la culata de una escopeta mientras los golpeaba. Serán indemnizados por el Estado provincial con $1,5 millón.

Imagen ilustrativa - José Gutiérrez / Los Andes
Imagen ilustrativa - José Gutiérrez / Los Andes

El Estado provincial deberá pagarle $1.500.000 a dos vecinos del barrio Champagnat, de Ciudad, que estaban escuchando música en la calle y recibieron una violenta golpiza de parte de un policía que estaba “notablemente exaltado”. El uniformado les pegó con la escopeta hasta romper la culata de madera en la espalda de una de las víctimas y luego le disparó balines de goma a corta distancia.

Según la sentencia del Tribunal de Gestión Asociada Cuarto, de la investigación penal del caso no surge que los jóvenes hayan cometido algún delito ni estaban en situación sospechosa, menos aún arrojando piedras.

En tanto que de la versión de los uniformados “no surge de manera clara la razón por la cual un operativo que debía tender a disuadir a un grupo de personas para que dejaran de afectar la tranquilidad del lugar con ruidos molestos, termina con personas detenidas y heridas con impactos de bala”.

El juez consideró que un joven identificado con las iniciales M. C. debe recibir por daños y perjuicios la suma de $791.200, en tanto que F.Y. debe percibir $391.200, lo que hace un total de $ 1.500.000 si se suman los intereses correspondientes.

“Si la actividad desarrollada por el agente policial en relación de dependencia con la Provincia de Mendoza, aun cuando se la considerara inspirada en propósitos de interés colectivo, es causa de un perjuicio para un detenido provocándole daños, estos deben ser resarcidos, inclusive en el campo de la responsabilidad del Estado por su obrar lícito”, sostiene la sentencia citando un fallo.

Un procedimiento muy violento

Según la demanda, en la madrugada del sábado 19 de mayo de 2018 las víctimas se encontraban junto con siete personas escuchando música de un auto y conversando en la rotonda que se encuentra al pie del tanque de agua del barrio Champagnat, cerca del monoblock B1, a 20 metros de la casa de M. C. En eso llegaron en un móvil de la Policía los oficiales Mario Molina, Jonathan Bracamonte y Gisel Torres.

Se bajaron de la patrulla, les pidieron documentos y luego que se pusieran con las manos sobre la camioneta. Todos notaron que Bracamonte estaba “notablemente exaltado” cuando les hacía la requisa corporal. Después buscó si había algo por el piso y luego intentó abrir el auto, pero estaba con llave.

El dueño del vehículo preguntó si tenía una orden judicial y el uniformado le dijo que no pero que de todos modos le abriera, a lo que el joven accedió.

Después le pidió a M. C. que se sacara la campera y, tras revisarla, la tiró al piso. Entonces le indicó que se sacara la remera, pero el joven le dijo que le parecía un abuso de autoridad. Fue cuando Bracamonte le pidió a su compañero la escopeta y lo golpeó en la cara. M. C. trató de defenderse y recibió otros dos culatazos en el rostro.

La víctima salió corriendo para su casa, el policía lo siguió y se armó una trifulca en la que Bracamonte terminó disparándole balas de goma a L .M. y a M, C. Luego el efectivo disparó contra la casa del segundo.

Como adentro estaban su mujer y su hija, decidió salir para calmar la situación. Para ese entonces ya habían llegado al lugar refuerzos de la Unidad Especial de Patrullajes de Capital, de la Unidad Policial Parque y el jefe nocturno, oficial principal Gutiérrez, que derribaron al dueño de casa, situación que fue aprovechada por Bracamonte para golpearlo en la espalda hasta romper la culata de la escopeta.

Frente a la protesta de todos los presentes, el uniformado le disparó a quemarropa en las piernas. Horas más tarde, cuando M. C. fue denunciar la golpiza en la Unidad Fiscal de Homicidios y Violencia Institucional se constató que presentaba “en la pierna izquierda, de la rodilla hacia abajo, 11 heridas superficiales de forma circular de un centímetro de diámetro; en la pierna derecha, a la altura del gemelo, dos heridas superficiales; una herida suturada de unos siete centímetros de largo sobre el muslo izquierdo; un vendaje sobre su cabeza y manchas hemáticas sobre el cuello de la campera”. “La víctima refiere dolor de nuca, espalda y cuello”, suma el informe.

F. M. le preguntó a Bracamonte por qué los golpeaba y el oficial le respondió: “Vos me amenazaste” y le dio un golpe de puño en el cuello. Finalmente, todos fueron llevados a la comisaría Sexta, previo paso por la guardia del hospital Lagomaggiore.

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