Femicidio en Papagayos: un matrimonio de años, una búsqueda familiar y la confesión más escalofriante

María Oliva (52) era buscada por sus hijos desde el martes, cuando uno de ellos la vio por última vez. Ayer el ex marido confesó el crimen y dijo dónde había enterrado el cuerpo.

Los restos de la empleada doméstica estaban en el piedemonte, a unos kilómetros de La Favorita, donde vivía. Foto:José Gutierrez / Los Andes
Los restos de la empleada doméstica estaban en el piedemonte, a unos kilómetros de La Favorita, donde vivía. Foto:José Gutierrez / Los Andes

María Aida Oliva (52) llevaba dos días desaparecida cuando su cuerpo fue hallado sin vida en las inmediaciones de un descampado en Papagayos, enel piedemonte mendocino. “La Negrita”, como la llamaban sus seres queridos, llevaba poco más de un año separada de su ex marido, quien ante la presencia de los investigadores, confesó haberla matado.

Por el hecho, Mario Daniel Castro Herrera, de 55 años, ex pareja de la víctima y padre de sus seis hijos, quedó detenido en una dependencia policial hasta que la fiscal de Homicidios Claudia Ríos Ortíz, quien quedó a cargo del caso, defina su situación. Se trata del primer femicidio ocurrido durante el año en Mendoza.

Mario Castro y María Oliva.
Mario Castro y María Oliva.

Desaparición y búsqueda

Ricardo, uno de sus hijos, había ido a almorzar con María el martes pasado a su casa del barrio Cipolletti, en La Favorita. Alrededor de las 14 el joven debió marcharse y se despidió de su madre, a quien le dijo que la llamaría más tarde. Pero con el correr de las horas, una situación comenzó a inquietar al muchacho, quien derivó su preocupación hacia su hermana Luana: su mamá no atendía el teléfono.

María se desempeñaba como empleada doméstica, era muy activa en las redes sociales y vivía sola, luego de separarse de Mario, con quien forjó un matrimonio de décadas al que ella le puso fin hace un año y tres meses. Cuando se separaron, ella tomó sus cosas y se fue a comenzar una vida nueva. Él, en cambio, quedó sumido en una depresión.

Por la situación, los hijos se inclinaron más hacía su papá para poder ayudarlo a salir adelante. Situación que María en más de una ocasión había expresado que la hacía sentir “medio sola”. Su relación con la hija era bastante tensa, contrario a la que tenía con los varones, con quienes siempre estaba en contacto. Ella detalló que estaba disgustada con su mamá tras una pelea que habían tenido meses atrás.

Sin embargo, fue esa misma hija quien se presentó el miércoles en la Oficina Fiscal 2 a pedir por el paradero de su madre. En su declaración, la joven alegó que junto a sus hermanos estaban preocupados porque María no les atendía el teléfono, no se conectaba y que además habían ido hasta su casa -ya que uno de ellos tenía una copia de la llave- y que lo único que faltaba era la riñonera que utilizaba diariamente. El resto de sus pertenencias estaban todas allí.

Las horas pasaban, María no aparecía y su celular daba apagado. La preocupación era incesante.

Crimen y confesión

Este jueves por la mañana un dato inesperado cambió todo. Castro le contó a su hija que el martes en la tarde se había reunido con “La Negrita” para hablar, pero que habían terminado discutiendo. Atormentada en sus propios pensamientos, Luana se fue directamente a la fiscalía para ampliarles la información a los investigadores.

Alrededor del mediodía, personal de la Fiscalía de Homicidios junto a la propia fiscal Ríos Ortiz se dirigieron a la casa de Castro. Al verse expuesto ante la mirada sospechosa de los presentes, el hombre se quebró y confesó dónde yacía el cuerpo de María.

Rápidamente agentes de Búsqueda de Personas, en conjunto con personal de Homicidios, se desplazaron a la zona de Papagayos tras la escalofriante confesión ya que el ex marido de la mujer dio el lugar exacto donde había descartado el cuerpo.

Foto: José Gutierrez / Los Andes
Foto: José Gutierrez / Los Andes

Los efectivos dieron con los restos de Oliva y en un primer informe personal de Científica e Investigaciones revelaron que el cuerpo presentaba signos de violencia. “Atentos a diferentes situaciones íbamos a citarlo, pero nos constituimos en el domicilio con orden de allanamiento y se procedió a la detención de Mario Castro. En ese momento me hizo manifestaciones a mí, pero le dije que esperara y que hablara con la defensa, pero dijo que había sido él y que (el cuerpo) estaba en Papagayos”, aseguró la fiscal en una rueda de prensa brindada desde el sitio donde hallaron los restos de la mujer asesinada.

El cadáver fue trasladado al Cuerpo Médico Forense, donde los peritos llevarán adelante las pruebas correspondientes que ayuden a determinar la causa de muerte.

Madre y abuela, María era descrita como una persona que no tenía problemas con nadie. Luego de su divorcio llevaba una vida corriente como la de cualquier persona que vuelve a empezar. Alquilaba un departamento cerca de donde había vivido con su familia, solía salir al casino con amigas, los fines de semana se reunía a comer con sus primas y algunos familiares.

No obstante, la desdicha de un desamor y una fuerte discusión la llevaron a que quedara en las manos del hombre con quien había compartido más de la mitad de su vida y de quien había buscado alejarse.

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