Un exempleado judicial, que fue condenado por abuso sexual agravado en 2022 y que cumplía prisión domiciliaria por razones de salud, intentó quitarse la vida en el domicilio donde está cumpliendo la medida.
El exempleado judicial fue condenado a 6 años de prisión por abuso sexual en 2022 y desde noviembre de 2023 cumplía con prisión domiciliaria.
Un exempleado judicial, que fue condenado por abuso sexual agravado en 2022 y que cumplía prisión domiciliaria por razones de salud, intentó quitarse la vida en el domicilio donde está cumpliendo la medida.
Leandro Llaver, miembro de una familia reconocida de San Martín e hijo de un dirigente político, se realizó cortes en los brazos y después se tiró por la ventana, desde un segundo piso, en una de las viviendas del Quinto Barrio Empleados de Comercio, en el sector este de la ciudad de San Martín. Llaver fue atendido en primera instancia por una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado y trasladado a la Guardia de Hospital Perrupato, donde recibió las curaciones de rigor y se constató que su vida estaba fuera de peligro.
Llaver fue condenado a 6 años de prisión después de reconocer la responsabilidad en el hecho que se le imputaba y acordar la pena en un juicio abreviado, dictada en abril de 2022.
En noviembre de 2023 el condenado había recibido el beneficio de la prisión domiciliaria, debido a que se certificó que tiene un cuadro de insuficiencia renal, complejo de atender en la cárcel. Llaver tuvo que fijar domicilio seguro, lugar en donde sucedió ayer este episodio.
El 28 de agosto de 2021, por la noche, Llaver fue detenido y trasladado a la comisaría 12 de San Martín. Esa mañana una mujer denunció que su hija, de 12 años, le había contado que había sido abusada sexualmente por el entonces empleado judicial.
Desde hacía ya algunas semanas la nena y Llaver mantenían contactos a través de las redes sociales. Un día antes, el viernes 27 de agosto, Llaver y la niña se habían encontrado en el Aeroclub de San Martín.
Desde allí se dirigieron a Palmira a tomar algo y luego volvieron a San Martín, donde se quedaron en la casa de Llaver. Allí ocurrió la agresión sexual. Originalmente también se investigó una posible privación de la libertad, ya que cuando la víctima habría querido irse, el hombre no se lo habría permitido.
Recién durante la mañana del día siguiente la menor logró escapar de la casa del imputado y regresar a su hogar. Su madre, en tanto, ya había realizado una denuncia por averiguación de paradero de la niña.
Llaver, al momento del hecho, era empleado judicial y se encontraba en uso de licencia por estar bajo tratamiento por insuficiencia renal, razón que también le permitió luego obtener el beneficio de la prisión domiciliaria.