Un video inédito de la infancia del joven peruano conocido como “Pequeño J” (20) volvió a instalar preguntas sobre su identidad y el derrotero que lo vinculó con la violencia narco y los crímenes de Morena Verdi (20), Brenda del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15).
Qué pasa en el video inédito de "Pequeño J"
Se trata de imágenes registradas en Nueva Jersey, cuando Tony Janzen Valverde Victoriano apenas tenía 13 años, en las que aparece acompañado por su padre —ya fallecido— y donde se escucha la frase que hoy cobra un peso siniestro: “Toda la vida de bandido”.
El material fue difundido este domingo a la noche por LN+, durante un programa en el que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, participaba de una entrevista con Luis Majul. Allí se proyectó el clip que, según fuentes del caso, circulaba de manera restringida en ámbitos judiciales y policiales.
El registro no sólo muestra la vida familiar de quien luego sería señalado como líder de una estructura criminal en el conurbano bonaerense, sino también el germen de una promesa de venganza.
Tras el asesinato de su padre, el adolescente publicó en redes sociales un mensaje dirigido a uno de sus amigos —que se hacía llamar “Pablo Escobar Gaviria”— en el que advertía: “Te prometo que esto no va a quedar así. Porque si nadie hace nada, yo mismo lo hago con pana y elegancia. Te necesito, papá”.
Identificaron el cerebro del triple crimen de Varela: quién es el "Pequeño J"
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Ese juramento marcaría una línea que explica su posterior inserción en el circuito narco. No hay precisión sobre el momento exacto en que "Pequeño J" llegó a la Argentina, aunque se estima que se radicó en el país hace alrededor de siete años, tiempo en el que habría comenzado a tejer vínculos en el sur del conurbano desde niveles muy bajos, hasta ser identificado hoy como el presunto autor material e intelectual del triple crimen de Morena Verdi (20), Brenda del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15).
La difusión de este video se produce en medio de una causa rodeada de dudas sobre su verdadera identidad, los documentos adulterados que circularon y la hipótesis de si un joven de apenas 20 años pudo haber liderado una organización con semejante nivel de violencia.
Mientras tanto, la Justicia mantiene vigente el pedido de captura internacional contra “Pequeño J”, aunque las propias familias de las víctimas ponen en cuestión la veracidad del apodo y lo que consideran una construcción en torno a su figura, además de detectarse dudas con los datos del pasaporte divulgado.