El femicidio de Florencia Romano podría cerrarse rápido con un juicio abreviado para descomprimir

Frente a las presiones políticas y sociales, se empieza a barajar una posible confesión de Pablo Arancibia y la condena a perpetua. La pareja del acusado fue liberada.

La marcha del viernes pasado en las calles céntricas pidiendo justicia por el crimen de la adolescente, a horas del hallazgo de su cadáver / Nicolás Ríos
La marcha del viernes pasado en las calles céntricas pidiendo justicia por el crimen de la adolescente, a horas del hallazgo de su cadáver / Nicolás Ríos

La altísima “temperatura” que está tomado el femicidio de Florencia Romano (14) - en el plano social, político y judicial, por no hablar del rebote mediático a nivel nacional- podría descomprimirse en las próximas semanas cuando el caso quede “cerrado” con una condena para Pablo Arancibia (33) y la confirmación de la libertad de su pareja, Micaela Méndez (27). La mujer ayer ya salió del penal.

Con las pruebas que ya tiene en el expediente, algunos observadores del caso sostienen que podría cerrarse con celeridad en un juicio abreviado, en el cual el acusado, Arancibia, reconozca la autoría del crimen y reciba una condena a perpetua, la única que admite la ley para un femicidio.

Existen antecedentes similares: en noviembre pasado, en un abreviado el locutor Edgardo Montivero (53) recibió la máxima sentencia por los asesinatos de sus suegros, Francisco Rodríguez (69) y Raquel Gómez (72), ocurridos en junio del año pasado, en Chacras de Coria.

Otro: en diciembre de 2018, Roberto Luis Audano (70) se sometió a este tipo de procesos por el femicidio de la ciudadana chilena Concepción “Conchy” Arregui (59) y también tuvo perpetua por este crimen conocido en febrero de ese mismo año.

En el caso Florencia –dada la altísima exposición del hecho- todo se terminaría mucho más rápido y solo atentaría contra el plan la próxima feria judicial de enero próximo.

Arancibia no tiene nada que perder: tendría perpetua ahora y, si se somete a un juicio por jurado dentro de un año o más, le darían la misma pena de ser encontrado culpable.

Hoy las pruebas en su contra serían suficientes para una condena: conocía la víctima luego de contactarla por Instagram; la fue a buscar a la parada de colectivos; el último contacto vía WhatsApp que hizo la adolescente con una amiga fue desde la casa del acusado; el vecino que llamó –sin éxito- al ineficiente 911 escuchó gritos, y declaró el primo del imputado que llevó en su auto el cadáver, creyendo que era un perro. Esas son, entre otras, los principales elementos que ha recolectado la fiscalía de Homicidios.

Libertad para la mujer

Parte de este plan para descomprimir la situación se cumplió ayer cuando Micaela Méndez –la pareja del presunto autor material del homicidio de Florencia- fue dejada en libertad a pedido de su defensor.

Si bien la novia de Pablo Arancibia nunca declaró, existen una serie de testimonios y otras pruebas que confirman que la mujer no estuvo ni antes, ni durante, ni después de asesinato, en la casa donde la joven perdió la vida.

La familia de Florencia vio a la chica última vez el sábado 12 al mediodía y se estima que fue ultimada minutos antes de las 19,17. Horas más tarde Arancibia llamó a su primo y lo convenció para que lo llevara a tirar un perro que había sido atropellado y que, en verdad era el cuerpo de Romano cubierto por unas mantas.

Pues bien, en la mañana del mismo día Méndez se había ido de la casa ubicada en pasaje Berra y Padre Vázquez para visitar a una familia amiga que vive en Las Heras. En ese lugar almorzó y por la tarde fue de compras al centro. Luego volvió a Las Heras y se quedó a dormir, regresando a su hogar recién el domingo 13.

Ese itinerario ha quedado plasmado en el expediente judicial a través de diversos testimonios pero, a la vez puede ser cotejado mirando la geolocalización de su celular y algunas fotos que ella misma tomó con su teléfono.

La estrategia del defensor oficial Rafael Manzur, quien asiste a Méndez y a Arancibia, van en este sentido: no hizo declarar a la sospechosa para que no aportara ningún dato que pueda ir contra su pareja y dejó que las pruebas “hablen” por sí misma a favor de su defendida.

Así, Manzur envió a la fiscalía un pedido para que la joven recuperara la libertad o bien se le diera el beneficio de prisión domiciliaria con una fianza. La contestación se dio ayer por la tarde, otorgándole la libertad y manteniendo la imputación.

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