En los próximos días Adrián Ocampo Cazón (52) -un ciudadano boliviano que estuvo prófugo durante 12 años, viviendo en un pueblito perdido de la amazonia boliviana- será juzgado en Mendoza por la muerte de un hombre y a su hija, víctimas de un accidente fatal ocurrido en el Acceso Este, Guaymallén, en 2013.
Ocampo Cazón está imputado por el delito de homicidio con dolo eventual y el debate se realizará el próximo 22 de octubre en el Polo Judicial, según se estableció en una audiencia donde se discutieron cuestiones incidentales.
Allí, entre la Fiscal de Homicidios Claudia Ríos y el abogado defensor Sergio Carreño se acordó no discutir el hecho; es decir que el accidente se produjo tal y como figura en el expediente, en el que se detalla las muertes de Juan Manuel Viudez (62) y su hija María Laura (39), ocurridas en un choque frontal en febrero de 2013, cuando el acusado iba en contramano y en estado de ebriedad.
Pero el defensor informó que en el debate solicitará que su cliente sea juzgado por homicidio culposo, una figura penal que en alguna parte de la investigación fue considerada.
Tras permanecer 12 años prófugo, Ocampo Cazón fue detenido en febrero pasado por Interpol, cumpliendo así con un pedido de captura nacional e internacional que había sido emitido por la justicia mendocina.
El hombre fue capturado mientras caminaba por una calle del municipio de Rurrenabaque, una ciudad de la provincia de Beni, ubicada al Norte de Bolivia, a 400 kilómetros de La Paz y que limita con Brasil.
Allí, en plena amazonia boliviana, donde había nacido su esposa, el hombre había montado un pequeño taller de reparación de electrodomésticos que era la base de su subsistencia. Cuando su hija comenzó a estudiar en Santa Cruz de la Sierra, los investigadores lograron establecer su residencia y detenerlo para luego extraditarlo a Argentina.
Inicialmente, la fiscal Claudia Ríos había imputado a Ocampo por homicidio con dolo eventual y lo mandó a prisión. Luego, la Justicia de Garantías consideró que se trataba de un homicidio culposo y lo otorgó domiciliaria, pero la Cámara de Apelaciones mantuvo la carátula de dolo eventual y ordenó la libertad.
En diciembre de 2014, el caso quedó paralizado porque Ocampo desapareció de los lugares que frecuentaba: su casa y su trabajo en una bodega.
En contramano y ebrio
En septiembre de 2023, casi diez años después, el Ministerio de Seguridad de Mendoza ofreció una recompensa una recompensa de $ 1.350.000 para quien aportara datos sobre Ocampo, de nacionalidad boliviana, pero con residencia en Mendoza. El extranjero tenía un pedido de captura nacional e internacional porque se creía que estaba en su país, algo que así finalmente se comprobó.
Juan Manuel Viudez y su hija María Laura fueron víctimas de un accidente fatal ocurrido en la madrugada del 11 de febrero de 2013, cuando Adrián Ocampo Cazón, a bordo de un Renault 19 en el que viajaban dos amigos, entró a una estación de servicios de Rodeo de la Cruz y preguntó cuál era el camino más corto para llegar al barrio 25 de Mayo. Pero al salir comenzó a circular por el Acceso Este a contramano.
Anduvo entre 500 y 700 metros, siempre en dirección contraria, y unos metros antes de llegar al cruce con la ruta 50 protagonizó el primer percance con un Peugeot 504 al que afortunadamente logró esquivar.
Pero detrás venía un Peugeot 405 en el que viajaban Juan Manuel Viudez y su hija María Laura. El conductor no vio o no pudo esquivar al Renault 19.
Los autos chocaron frontalmente. El conductor del Peugeot quedó atrapado en el habitáculo y murió horas más tarde en el hospital Central. Su hija fue despedida del auto por el choque y falleció en el lugar.
Valeria Gutiérrez venía detrás, a bordo de un Fiat 147, y logró esquivar a los autos siniestrados, rozó a uno y se detuvo al costado del camino.
La mujer trató de hacer señas a los vehículos que circulaban hacia el oeste, pero Camilo Pacífico, conductor de una camioneta Nissan Frontier, no la vio o no pudo esquivar a los vehículos y terminó impactando en un costado del Peugeot 405.
En junio de 2014 los jueces de la Tercera Cámara del Crimen, en un juicio abreviado, condenaron a Pacífico a dos años de prisión en suspenso por el delito de lesiones graves culposas. Los jueces, tras el acuerdo entre el fiscal y el defensor, ordenaron también que el conductor quedara inhabilitado para conducir por los próximos tres años y medio, por lo que se le retuvo la licencia de conducir.