Diez años después, condenaron a un ingeniero de YPF acusado de abusar de su hija en Guaymallén

El hombre fue condenado a 4 años de prisión por abuso sexual simple y absuelto por corrupción de menores.

El juicio se realizó en el edificio del nuevo Polo Judicial. 

Foto: Orlando Pelichotti
El juicio se realizó en el edificio del nuevo Polo Judicial. Foto: Orlando Pelichotti

Tras un larguísimo camino, la justicia finalmente condenó a 4 años de prisión a un ingeniero de YPF de 50 años por haber abusado en su casa de Guaymallén de su hija de 14 años, cuando la menor tenía 5 años.

Ayer, los jueces Eduardo Martearena, Horacio Cadile y Jorge Del Popolo, encontraron culpable al profesional -cuyo nombre se reserva para preservar para preservar la identidad de la víctima- por el delito de “abuso sexual simple agravado por el vínculo” en dos hechos. Pero por mayoría decidieron absolverlo por el delito de “corrupción de menores” por el cual también estaba acusado.

La pena impuesta -4 años- supera en uno a la mínima que tiene el abuso sexual simple que tiene castigos que van de los 3 a los 10 años de cárcel. El condenado seguirá en libertad ya que llegó al juicio de esta forma. Por lo tanto la pena deberá cumplirla en el caso que la pena quede firme.

En diciembre pasado Darío Tagua, jefe de la Fiscalía de Tránsito había solicitado a los jueces 11 años de cárcel por los delitos de corrupción de menores en concurso real con abuso sexual agravado por el vínculo, delitos que tienen una pena que va de los 10 a los 15 años de prisión.

 fiscal Darío Tagua (sentado, en el centro), había solicitado 11 años de cárcel por dos delitos. / Archivo.
fiscal Darío Tagua (sentado, en el centro), había solicitado 11 años de cárcel por dos delitos. / Archivo.

La misma pena había sido solicitada por la querellante oficial Claudia Vélez. Durante los alegatos también se refirió al caso en la misma sintonía la asesora de menores.

Una larga investigación

Los hechos fueron denunciados en 2012 por la madre de la víctima y se registraron en una casa de un barrio privado de Guaymallén, donde la pequeña vivía con sus padres, hoy separados.

Según la acusación, en ausencia de la progenitora, el ingeniero le realizó algunos tocamientos a la nena, mientras le habría mostrado películas pornográficas. Situaciones similares se habrían registrado en otro barrio privado de Luján de Cuyo y con otros protagonistas no identificados.

Según los psicólogos que la trataron, estas situaciones determinaron que la niña comenzara a tener comportamientos no habituales para su edad, lo que alertó a su mamá de que algo extraño estaba pasando, por lo que decidió consultar con especialistas y luego denunciar al marido.

La menor explicó en cámara Gesell haber sido inducida a practicar “juegos” de tipo sexual y también sostuvo la habría llevado a “un doctor” que le sacó fotografías. El relato, según os psicólogos del CAI resultó creíble, ya que pudo diferenciar claramente contenidos pornográficos de otros.

Pero increíblemente la grabación del registro de la cámara Gesell presentó fallas técnicas insalvables. Frente al problema, se ordenó que ese registro se reparara casi totalmente y permitió que fuera utilizado en el juicio.

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