La Policía de la Ciudad detuvo a Tamara P., una mujer de 35 años conocida en redes sociales como “The Armenian Girl” y, en el mundo de los espectáculos, como “la reina de la reventa”. Se la acusa de integrar una organización dedicada a la venta ilegal de entradas para eventos masivos, y otros servicios como venta de telefonos y bikinis, a través de su cuenta de Instagram.
El procedimiento se realizó tras un allanamiento en su domicilio del barrio porteño de Villa Santa Rita. En el lugar, los agentes secuestraron 5.018.000 pesos, 3455 dólares, siete teléfonos celulares, una notebook y un revólver calibre 32 con seis municiones. Además, se incautó documentación y múltiples tickets de espectáculos, entre ellos, para el partido de las Eliminatorias del Mundial 2026 entre la Selección Argentina y Venezuela, lo que sería el último oficial de Lionel Messi en el país.
Reventa ilegal en redes sociales
Con más de 70 mil seguidores en su perfil de Instagram, Tamara promocionaba su negocio de forma abierta, publicitando todo tipo de boletos difíciles de conseguir. Vendía entradas para ver a la Selección Argentina y para recitales como Lollapalooza, Quilmes Rock, shows en el Movistar Arena y otros partidos de fútbol.
Según los investigadores, la mujer no solo vendía los tickets, sino que también intentaba diferenciarse de otros vendedores falsos para generar confianza. En una de sus historias de Instagram, advertía: “¡Difundan, no permitamos que las ratas estafen a nadie!”. Y agregaba: “Las entradas pueden ser muy similares. Esto (sic) grones las imprimen con una máquina láser, pero jamás pueden quedar igual. No se dejen engañar por la emoción de ir al partido. ¡No quiero ver gente llorando!”.
Bajo su marca “The Armenian Girl”, Tamara P. diversificaba sus servicios con una amplia variedad de ofertas que incluían desde “quitas de infracciones” hasta la venta de iPhones. Este modelo de negocio le permitió generar un importante flujo de dinero que finalmente quedó expuesto tras el allanamiento y su detención.
En sus redes, no solo operaba el negocio, sino que también construía una imagen aspiracional. Solía promocionar la venta de bikinis y se mostraba con frases como: “Tengo lo que quiero y lucho por lo que me falta”. De esta manera, su fachada de influencer y empresaria de éxito en las redes sociales contrastaba con la realidad de un negocio ilegal que terminó con su arresto.