Cada vez más estudios señalan el rol clave que juega la microbiota intestinal en la salud general. Este conjunto de millones de bacterias que habitan especialmente en el intestino grueso no solo cumple funciones digestivas, sino que también regula procesos inmunológicos, metabólicos y emocionales. Así lo explicó la gastroenteróloga Patricia Alcaraz en diálogo con Aconcagua Radio, quien definió a la microbiota como “un conjunto de bacterias y microorganismos que participan en la salud digestiva y en el bienestar del cuerpo en general”.
“La microbiota está absolutamente conectada con el cerebro. Por eso se habla del intestino como nuestro segundo cerebro”, señaló Alcaraz. “Situaciones emocionales como el estrés, la ansiedad o incluso una simple entrevista laboral, suelen manifestarse con síntomas digestivos: náuseas, diarrea, hinchazón o dolor abdominal”.
Alimentos que ayudan (y algunos que no tanto)
La especialista remarcó que una de las principales maneras de cuidar la microbiota es a través de la alimentación. “Hay alimentos que contienen probióticos y prebióticos, que fortalecen la flora intestinal y mejoran su actividad”, explicó. Entre ellos mencionó algunos productos fermentados, como el kéfir, aunque aclaró que “si bien es beneficioso, no se sabe con exactitud qué cepas de bacterias contiene”.
En ese sentido, recomendó optar por probióticos con cepas identificadas —como el Lactobacillus casei o el Bifidobacterium lactis—, que pueden adquirirse en farmacias o dietéticas. “En la Argentina no hay tanta variedad como en otros países, pero hay algunos productos de venta libre, incluso algunos nuevos en el mercado, que contienen múltiples cepas”, señaló.
La doctora destacó que estos suplementos no "aportan flora nueva", sino que “mejoran el trabajo de la flora propia”, especialmente en casos de desequilibrios que generan gases, inflamación o síntomas sistémicos como fatiga y dolores musculares.
¿Todas las harinas hinchan?
Consultada sobre la creciente creencia de que la harina siempre produce hinchazón y que eso podría estar asociado a la celiaquía, Alcaraz fue contundente: “No todo síntoma digestivo relacionado con las harinas implica celiaquía. Muchas veces hay intolerancias causadas por desequilibrios en la microbiota, especialmente frente a hidratos de carbono”.
“El intestino inflama cuando no hay un buen equilibrio microbiano. Eso produce gases y malestar, y muchas veces las personas eliminan ciertos alimentos cuando en realidad podrían tratar el origen del problema”, advirtió.
Probióticos para cada caso
Los probióticos también pueden ser herramientas valiosas en tratamientos personalizados. Alcaraz mencionó que suele indicarlos a pacientes con distensión abdominal crónica, trastornos funcionales digestivos o patologías asociadas como fibromialgia. “Dependiendo del síntoma —estreñimiento, diarrea o dolor— elijo qué tipo de probiótico recomendar. No todos sirven para lo mismo”, dijo.
Respecto al estreñimiento, un síntoma frecuente sobre todo en mujeres, explicó que hay múltiples factores que lo agravan, especialmente los hormonales. “Las mujeres tienen más predisposición por una cuestión anatómica y por los cambios hormonales, sobre todo durante la menstruación, la peri menopausia y la menopausia”, señaló.
Volver a lo natural
Por último, Alcaraz alentó a “volver a una alimentación más saludable, menos procesada, con menos conservantes y más productos orgánicos”. Y destacó el rol preventivo del equilibrio microbiano: “Mantener una microbiota sana no solo mejora la calidad de vida diaria, sino que también ayuda a prevenir enfermedades crónicas. Es un trabajo de todos los días”.
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