Todo estaba preparado para que Javier Milei perdiera los comicios o ganara por muy escaso margen. Así lo veían los politólogos y analistas. Sus insultos y agravios a la oposición, innecesarios porque el peor castigo para el peronismo kirchnerista y populismo es perder, con su soberbia ultrajada en las urnas. José Luis Espert, pedante insoportable, que mientras se mostraba como ejemplo de pureza, fariseo que significaba puro en la era de Cristo y “el profesor” para Javier, recibía dinero y viajes en avión del narcotráfico; Karina y Santiago Caputo, no agradables para muchos de los propios; la fuerte derrota electoral de setiembre en la Provincia de Buenos Aires, en suma, errores personales y políticos. Sí, estaba más para perder que para ganar. ¡Y ganó en el país con gran sorpresa para todos!
¿Entonces qué pasó?
Que, por segunda vez, 2023 y 2025, los argentinos no votamos por un político ni un partido. ¡Votamos por una idea fuerza! Durante un siglo el populismo obligó a las mayorías a elegir a corruptos que querían ganar elecciones no para mejorar la vida de la gente que es el fin superior de la Política, sino para enriquecerse en el poder a costa de esa misma gente. Desde 1946 hasta 2023 sufrimos frustraciones permanentes. Peronismo de distintas formas, radicalismo no corrupto pero incapaz para gobernar, militarismo autoritario y al final, kirchnerismo sin vergüenza, que ya no disimulaba su anhelo de tomar el poder para estafar, defraudar y quedarse con los fondos del Estado, patrimonio de todos y con la mayoría de sus dirigentes presos, con todavía procesos pendientes, en especial Cristina, el sumun de la delincuencia política y posible condenada por traición a la Patria (causa memorándum de entendimiento con Irán), con todos estos antecedentes dijimos basta. Y así votamos.
En 2023 un outsider, desconocido y sin antecedentes, economista destacado, libertario y anarcocapitalista, exaltando ideas de honestidad y libertad y propiciando un futuro gobierno diferente en todo al populismo que sufrimos durante ocho décadas, ganó las elecciones y es nuestro actual presidente.
En estos dos años, con todos sus errores humanos y políticos y en caída libre según los opinólogos, vuelve a ser votado en las elecciones de medio término. ¡Oh sorpresa!
Es más, como dice Carlos la Rosa en este Los Andes, en 2024 invitó a formar alianzas muy positivas, pero en 2025, comenzando a creerse superman y agrego, con una incipiente soberbia no apropiada a su campaña electoral de 2023, se desliga de todos quienes lo apoyaban en la seguridad de que no necesitaba a nadie y que con su sola presencia iba a llenar el Congreso de LLA. Pero en la derrota de setiembre de 2025 entiende que debe retomar la senda del apoyo de Macri, los gobernadores y de quienes, aunque no militantes de LLA, pueden apoyarlo en el Congreso y ayudarlo a tener éxito en la nueva Argentina que pregonaba antes de las elecciones presidenciales.
La idea fuerza
De nuevo se equivocaría Milei si creyera que en estas últimas elecciones los argentinos lo votamos a él, solo por ser él. Esto se acabó y espero sinceramente para siempre. No queremos más mesías, solo a Cristo. No queremos más corruptos y ladrones en la Casa Rosada. No queremos más traidores a la Patria. No queremos más a presidentes y gobernantes presos. Queremos a nuestra verdadera Patria que nunca debió dejar de serlo: la Patria de nuestro glorioso General San Martín.
Entonces ¿a quién votamos en octubre de 2025?: a las luminosas ideas de Murray Rothbard (1926-1995), principal exponente y referente de la Escuela Austríaca de Economía. Donald Trump puede haber ayudado mucho financieramente al país, pero esto es circunstancial. No podemos permitirnos creernos tan superficiales que una ayuda en dólares pudiera modificar el rumbo de nuestra Patria. ¡Qué poca cosa seríamos, mendigos de dinero! ¡Yo no lo acepto, ni tan solo como hipótesis!
Milei dijo que pasó veinte años leyendo economía formando una biblioteca que tuvo que tirar (figuradamente) cuando leyó a Rothbard y su Escuela Austríaca. Son estas las ideas que explicó en su campaña electoral de 2023. Y son estas las ideas y principios que sustentan los países más desarrollados del mundo.
Alemania fue destruida por las bombas inglesas y Japón por las dos bombas atómicas de la segunda guerra mundial. Visité Alemania en 1977 y comprobé personalmente el “milagro alemán”. Y Japón, con la guerra, terremotos y tsunamis, posee hoy un tren bala computarizado que circula a 320 kms por hora con una Tokio de vidrio y metal. Ambas fueron segundas economías mundiales y Alemania, artífice de los tratados de Roma 1957 y Maastricht Países Bajos 1992, de la Comunidad Económica Europea, Unión Europea y Euro ¡y que en 1945 una caja de fósforos costaba un millón de marcos! El euro de hoy está basado en el marco alemán!
Tanto Alemania como Japón sustentan la Política Económica de la Escuela Austríaca de Rothbard, la idea fuerza de Milei que fue votada en 2023 y 2025.
¡Estamos en la buena senda que nos retrotraerá a la Patria de San Martín!
* El autor es doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales.