La vida silvestre y su riqueza

La jornada a la que nos referimos posibilita poner en relieve la belleza y la variedad de la flora y la fauna salvajes, así como crear conciencia acerca de los múltiples beneficios que la conservación de estas formas de vida tiene para la humanidad. Todo esto adquiere importancia en Mendoza por la variedad de sus ambientes y sus animales autóctonos.

Imagen ilustrativa / Archivo.
Imagen ilustrativa / Archivo.

Recientemente se celebró el Día Mundial de la Vida Silvestre, cuya evocación es importante en Mendoza por la variedad de lugares que tiene para proteger y promover y por su rica fauna. Los animales no domesticados y las plantas silvestres, además de su valor intrínseco, contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales y estéticos del bienestar humano y el desarrollo sostenible.

La jornada posibilita poner en relieve la belleza y la variedad de la flora y la fauna salvajes, así como crear conciencia acerca de los múltiples beneficios que la conservación de estas formas de vida tiene para la humanidad. La celebración nos recuerda la necesidad urgente de combatir los delitos contra el medio ambiente y la disminución de especies causada por la actividad humana, que acarrean consecuencias negativas de gran alcance. Éste es el motivo por el cual el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 15 se centra en detener la pérdida de biodiversidad.

El tema del Día Mundial de la Vida Silvestre 2021 ha sido “Los bosques y los medios de subsistencia: sustentar a las personas y preservar el planeta”. Tuvo y tiene la pretensión de examinar los vínculos entre el estado de los bosques y terrenos boscosos de nuestro planeta y la preservación de los millones de medios de subsistencia que dependen directamente de ellos, prestando particular atención a los conocimientos tradicionales de las comunidades que han gestionado los ecosistemas forestales y su vida silvestre durante siglos.

Aquí en Mendoza, guardaparques, investigadores y amantes de la naturaleza, tratan de preservar en su mejor forma las expresiones de la biodiversidad, como los parques, los humedales, las reservas y otros lugares.

Respecto de los ejemplos de las estructuras que se tienen como prioritarias, se encuentra nuestro icónico Parque General San Martín y su maravillosa colección de árboles, sobre el cual entidades de matriz ambientalista sostienen que no está cuidado ni regado como debiera.

Otras áreas que interesa vigilar en nuestro territorio son, entre otras, los parques provinciales Aconcagua y Tupungato; Caverna de las Brujas, las reservas de la Payunia, Llancanelo, Divisadero Largo, Laguna del Diamante (en San Carlos) y Manzano Histórico (en Tunuyán).

Según encuestas oficiales, 40% de los turistas visita un área natural mendocina y, de ellos, 70% elige principalmente Aconcagua, Caverna de las Brujas o Laguna del Diamante. La mayoría de los viajeros observa y cuida, y otra porción, lamentablemente, depreda, como ha ocurrido en el parque El Tunduqueral (Uspallata) y sus valiosos grabados (petroglifos).

Otro aspecto a considerar es el comercio ilegal de vida natural o salvaje, que representa un peligro para la biodiversidad y para la salud, ya que una serie de enfermedades emergentes provienen de productos animales. También la tenencia de animales silvestres en cautiverio, como con frecuencia ha ocurrido con cóndores, ñandúes, aves de los más variados tipos y hasta iguanas y guanacos.

La propuesta es advertir el valor de estos espacios silvestres, conocer las especies animales y vegetales que contienen, sus características y hábitats, las amenazas a las que se enfrentan y contribuir a la conservación del medio físico y de los habitantes no humanos que allí se desarrollan.

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