2 de noviembre de 2025 - 00:10

Euforias y sinsabores luego de la elección

Lo que muchos en el ambiente político seguramente van a seguir con atención a medida que transcurran los meses es la relación entre el Gobernador y Luis Petri, el electo diputado nacional. El camino de ambos hacia 2027 puede encontrar, por qué no, algún obstáculo.

Después de los festejos por el notable triunfo, Alfredo Cornejo se permitió encarar una misión en el exterior que, de paso, lo aleja durante varios días de la tensión todavía latente.

Y por ese viaje debió delegar en su vice, Hebe Casado, la representación de su gobierno en la reunión del presidente Milei con la mayoría de los gobernadores. Nada que no conozca Casado, cercana a figuras del poder central.

¿Fue justa la cita a 20 de los 24 gobernadores? Tal vez no del todo, pero para la lógica del titular del Ejecutivo, sí. “Son a los que la suma de 2 más 2 les da 4” dijo Milei en algunas entrevistas que concedió cuando, justamente, le consultaron por el llamado a no todas las gobernaciones. Una de sus habituales chanzas, a pesar de haber entrado en una etapa de su gestión más apegada a los modos republicanos.

Volviendo al mendocino Cornejo, no estuvo en la Casa Rosada, pero pudo partir tranquilo, en primer lugar, porque el notable resultado del domingo lo acreditó totalmente ante el gobierno nacional y por otra parte porque al ser el miembro del Consejo de Mayo en nombre de todos sus pares del país sabía bien de qué se trataba el encuentro y qué iban a pedir Milei y sus principales ministros.

Las reformas de fondo en carpeta requieren de un apoyo concreto que se refleje en las bancas ya no con tanto esfuerzo como se requirió para la Ley Bases. Si los diputados y senadores que responden a los gobernantes de las provincias representadas el jueves levantan la mano en apoyo al Gobierno, habrá reformas seguras.

Como el chaqueño Zdero, que tampoco estuvo por asuntos de gestión, y el entrerriano Frigerio, Cornejo demostró que acertó con su apoyo al gobierno nacional y el armado de una alianza que tuvo amplio respaldo ciudadano. Y se ampara en una serie de obras y servicios públicos para ocupar gran parte de la segunda etapa de su gestión al frente de la provincia.

En cambio, con su convocatoria el presidente sentó a su mesa a varios que no tuvieron la misma suerte electoral que Cornejo y sus pares de Chaco y Entre Ríos. Provincias Unidas, que tuvo en Llaryora, Pullaro y Torres a sus principales espadas, realizó una muy discreta elección y sus gobernadores quedaron en cierto modo golpeados. Y dejaron al espacio formado, al menos por ahora, no como una clara alternativa de poder sino como prenda de diálogo para negociar apoyo al gobierno central en las fuertes reformas que vienen.

Sus espacios, además, no garantizan mucho. El Pro de Torres tendrá que reacomodarse, más allá de que Macri haya dicho que en 2027 su partido tendrá candidato presidencial propio. El peronismo cordobesista, por su parte, deberá cambiar su trato con los “pituquitos de Recoleta”, como decía en campaña antes de ser electo gobernador, mientras que Pullaro, que aparecía como uno de los emblemas jóvenes del radicalismo dentro de lo que fue Juntos por el Cambio, soportó el domingo una derrota para reflexionar tras haber conseguido en elecciones adelantadas hasta la reforma de la Constitución santafesina que impulsó.

El comando en Mendoza

Volviendo a nuestra provincia, lo que muchos en el ambiente político seguramente van a seguir con atención a medida que transcurran los meses es la relación entre el Gobernador y Luis Petri, el electo diputado nacional. El camino de ambos hacia 2027 puede encontrar, por qué no, algún obstáculo. Tal vez la sucesión al frente del gobierno sea lo más intrigante para muchos.

Mientras tanto radicales y libertarios prefieren seguir saboreando lo que dejó el festejo del domingo pasado, unos y otros con sus cánticos y alusiones. Y también repercuten los elogios que intercambiaron ambos referentes. No fue menor el reconocimiento que Petri le hizo a Cornejo por su función como titular de la provincia. Buen gesto de quien sorprendió hace dos años como contendiente en la interna radical porque la provincia estaba “en pausa” y ahora es respetado por la confianza que inspiró como ministro de la Nación.

En estos momentos cuesta pensar en diferencias políticas dentro del oficialismo en el tiempo que viene. A partir de mayo la Legislatura tendrá una clara y cómoda mayoría del eje Cambia Mendoza-La Libertad Avanza. Habrá un interbloque, según ya anticiparon los líderes de uno y otro partido, pero en la misma dirección. Y dentro de ese interbloque también convivirán los radicales petristas, surgidos de la minoría en la selección de candidatos de la UCR; dejan trascender que seguirán siendo radicales a pesar del salto que dio Petri a la Libertad Avanza poco antes de las elecciones.

Por el lado de la oposición, en mayor o menor medida todos los espacios que compitieron el 26 terminaron bastante golpeados. El peronismo, que se conformó con volver a ser cómoda segunda fuerza en la provincia, no pudo ocultar su decepción, especialmente contagiado del fracaso partidario a nivel nacional. Y por la sorpresa que significó la caída de los Félix en su propio terruño.

El PJ a nivel nacional es un hervidero en estos momentos por el enojo público de Cristina Kirchner con Kicillof por el desdoblamiento en Buenos Aires, que ella siempre objetó. Asunto discutible; el gobernador bonaerense se aseguró en setiembre una conformación legislativa provincial que le permitirá gobernar los dos años que restan de su mandato con buen respaldo en las bancas.

Mientras tanto, a los intendentes peronistas que desdoblaron en nuestra provincia (dos de ellos lograron que el peronismo ganara en sus departamentos) les queda la oportunidad de reacomodarse e intentar competir con más éxito en las elecciones municipales de febrero, cuando se renovarán los últimos seis concejos deliberantes.

Al resto de la oposición, que quedó rezagada en el reparto de bancas, le corresponde de ahora en más reordenarse según objetivos y expectativas, tal vez más a derecha que a izquierda. No será fácil, porque la polarización se dio en todo el país.

La dirigencia, en general, debería comprender el sentido del voto a favor del gobierno de Milei: el deseo mayoritario de que la alternativa no signifique volver al pasado reciente. Al extremo de aceptar la ayuda llegada del Norte. Aspectos que no deberá obviar el oficialismo.

Principalmente, tarea para el kirchnerismo, llamado luego de la reciente elección a reconocer que en política las etapas también se superan. Si no, obsérvese qué orientación interna tienen los gobernadores del PJ sentados a la mesa del presidente.

* El autor es periodista. [email protected]

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