Estudiar afuera gratis es posible

Busco compartir la información que fui recolectando en este tiempo con muchas personas para mostrar que es real, alcanzable y no es para “genios o millonarios”, sino que a veces las barreras nos las ponemos nosotros mismos.

Julieta Cabezón Cruz es mendocina y cuenta su experiencia de estudiar en el exterior.
Julieta Cabezón Cruz es mendocina y cuenta su experiencia de estudiar en el exterior.

El título suena atractivo y parece mentira, pero es real. Mi nombre es Julieta Cabezón, soy de Mendoza y me gradué de una maestría en Harvard en la escuela de Gobierno en mayo de este año. Mi idea es compartir la información que fui recolectando en este tiempo con muchas personas para mostrar que es real, alcanzable y no es para “genios o millonarios”, sino que a veces las barreras nos las ponemos nosotros mismos.

Como sé que la parte financiera — sobretodo para quienes vivimos y trabajamos en Argentina — es muchas veces la más difícil de imaginar o proyectar, quiero empezar con este tema. De hecho, había sido aceptada primero a universidades en Europa, pero no pude ir porque no sabía cómo pagarlas, pero luego, cuando apliqué a EEUU — algo que me parecía imposible de solo ver los costos — aparecieron muchos recursos que no tenía idea que existían.

Hay al menos 4 tipos de recursos financieros que nos pueden ayudar a estudiar afuera:

1-En primer lugar, las becas. Existen distintos tipos de becas, algunas brindadas por gobiernos, otras por “donantes” a la universidad, y otras “externas”. Aunque parezca tedioso el tema de aplicar a una beca, lo que aprendí después de aplicar a más de 15, es que casi siempre te piden lo mismo. Todo suele ser muy parecido a lo que uno prepara para entrar a la universidad, como una carta contando tu camino, tus estudios, intereses y objetivos. ¡Voy a nombrar algunas acá, pero hay muchas más! En Harvard, por ejemplo, está la beca Fortabat, becas externas para mujeres (beca PEO y AUUW) y becas del gobierno (Fulbright y Chevening son de las más conocidas).

2- En segundo lugar tenemos los “préstamos estudiantiles”. Siendo de Argentina pensar en “endeudarse” en dólares parece una locura, sobre todo si no tenemos ni idea como podríamos pagar eso en el futuro, cuanto va a salir el dólar, o nadie que nos pueda ayudar en caso de que al recibirnos no consigamos trabajo para pagar. O si queremos volver a argentina y pensamos que nunca vamos a ganar un salario suficiente para pagar estas deudas.

¡En mi experiencia, este recurso fue muy importante! Porque, aunque tenía algo de beca, necesité pedir préstamos para llegar a pagar la maestría y aprendí que estos préstamos estudiantiles están armados para que realmente podamos pagarlos. Muchas veces la misma universidad tiene su banco y ellos son los que lo otorgan. Luego, están armados “para empezar a pagar el 3er año después de recibirse” o en cuotas a 30 años, pensando que alguien que se endeudó 20.000 USD quizás tiene que pagar 150 USD por mes, contando un interés fijo. No solo eso, sino que muchas universidades tienen algo llamado “perdón de deuda”. Si trabajas en temas de desarrollo — si volvemos a trabajar en la Argentina o cualquier otro país en donde nuestro salario sea menor que un determinado monto en USD, que casi siempre lo es — la universidad “paga” la mitad del crédito. Después también hay ciertos trabajos, como consultoría, a los que podemos acceder por estar en una maestría, que también ofrecen pagar el préstamo que tomamos como alumno.

3 - En tercer lugar, tenemos la “ayuda en la matrícula” que da la misma universidad a la que aplicamos. Esto es algo también bastante desconocido, en donde lo que ocurre es que luego de aplicar a varias universidades, entre ellas “se pelean” por ofrecerte ayuda económica para que elijas su universidad. Muchas universidades buscan diversidad en los estudiantes para que todos aprendan de las distintas experiencias y ahí creo es adonde creo está el fuerte de postular ya que probablemente no tengamos un perfil parecido a nadie. Las universidades más conocidas son las que menos dan, pero igual pueden becarte hasta el 100% de la matrícula. Y solo por el hecho de ser aceptado en estas universidades otras “no tan conocidas” (¡que igual son universidades increíbles!) te pueden dar el 100% de la matrícula gratis. Esto implica que solo queda pagar el costo de vida ese año o dos años de estudio.

4 - Otro recurso, mucho menos conocido, es trabajar mientras estudiamos. Aunque en muchas universidades digan que esto “no se recomienda”, si ya hemos sobrevivido en la Argentina creo que somos más que capaces de encontrar algún trabajo que nos permita ir generando un ingreso mientras estudiamos. Estas opciones van desde trabajar en la biblioteca, ser ayudante en una clase presencial u online, hasta dar clases iniciales en la universidad. En mi caso en el segundo año fui ayudante de una clase online, otros dieron clases de Economía inicial para primer año de universidad, y ganábamos lo mismo que podríamos haber obtenido en una beca.

Mi idea de compartir toda esta información es motivar a aquellos que tengan dudas de estudiar afuera a aplicar y luego muchos de estos recursos, información, posibilidades, van apareciendo en el camino. La gente que ya lo hizo quiere compartir su experiencia, porque ya estuvieron en ese lugar de incertidumbre, miedos, incógnitas y millones de dudas, por lo que tampoco hay que dudar en escribirle a personas por Instagram o LinkedIn.

Hay muchos más temas que podría abordar, pero creo que sacarse de la cabeza el “es imposible” es el primer paso.

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