El impulso a la reforma de la Constitución

El debate que el oficialismo motoriza en estos días adquiere gran responsabilidad institucional por la trascendencia histórica que contiene. El prestigio de nuestra Constitución trasciende la provincia. No se trata de una simple enmienda; se propicia una reforma amplia.

Imagen ilustrativa / Archivo.
Imagen ilustrativa / Archivo.

El gobernador Suárez acaba de otorgarle nuevo impulso a su proyecto para la reforma de la Constitución provincial, presentada en la Legislatura en agosto de 2020. La iniciativa es muy ambiciosa por incluir cambios sustanciales, justamente, en la estructura del Poder Legislativo.  El debate que el oficialismo motoriza en estos días adquiere gran responsabilidad institucional por la trascendencia histórica que contiene. El prestigio de nuestra Constitución trasciende la provincia. No se trata de una simple enmienda; se propicia una reforma amplia.

La vocación reformista fue uno de los pilares de la campaña electoral de Rodolfo Suárez. Esa intención fue confirmada por el titular del Poder Ejecutivo al inaugurar el período anual de sesiones legislativas del año pasado. Por lo tanto, diputados y senadores, que deberán abocarse al proyecto de ley declarando la necesidad de reforma, pasan a ser protagonistas de una discusión esencial.

Si bien la propuesta inicial incluía la posibilidad de una sola reelección para el gobernador, equiparando al Ejecutivo con el régimen ahora imperante para los intendentes, posteriormente Suárez aclaró que esa cláusula había sido eliminada por entenderse que la polémica por la inclusión de un nuevo mandato posible siempre había hecho fracasar todo intento de avanzar con una reforma como la que ahora se propone.

Otro de los puntos trascendentes del proyecto es la supresión de una de las cámaras de la Legislatura, por considerarse que de ese modo se tenderá a un sustancial ahorro en el gasto público sin que la calidad de debate y legislación se vean afectadas. Si bien es certero que, en general, ambas cámaras “hacen lo mismo”, no es menor la importancia de la revisión de los proyectos de ley entre ambos cuerpos como mecanismo para mejorar el contenido de una norma si fuese necesario. Ese posiblemente sea el planteo de muchos de los que ponen reparos a la unicameralidad, postura que es muy comprensible. Por lo tanto, deberán extremarse las condiciones para que lo que se apruebe en una única cámara pueda admitir algún tipo de replanteo en caso de ser necesario.

También en el plano institucional merecerá una importante consideración la propuesta de que las elecciones de medio término (sólo legislativas) se supriman y que, por lo tanto, la Legislatura renueve sus bancas cada cuatro años, en coincidencia con la elección de gobernador y vice. Esta idea también se enmarca en el ahorro del costo de la política que se busca con la reforma del Legislativo. Es discutible, no obstante, el posible “arrastre” al que pueda inducir el voto a gobernador en la conformación de la Legislatura unicameral. No es una observación menor.

Otros objetivos de la iniciativa del Ejecutivo merecen atención, como, por ejemplo, lo relacionado con las autonomías municipales, debate innecesariamente diferido a través de los años en nuestra provincia. Los mejores controles en el manejo del sector público y el equilibrio fiscal son propuestas que generan un serio abordaje, puesto que bien implementadas apuestan a un Estado más previsible en cuanto a sus objetivos en el mediano y largo plazo.

Y también es adaptada a la actualidad la intención de consagrar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el ámbito público y privado.

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