Bienvenido, señor

No pretendamos que el advenimiento del 2021 cambie las normas de juego porque simplemente no va a ocurrir. La llegada del 2021 no es un bálsamo milagroso que trastoque las cosas de una manera notoria.

Algo cambia con la llegada de un año nuevo. Cambia la esperanza. Es como si por arte de magia la renovaran y nos sentimos distintos aunque nada sea distinto.
Algo cambia con la llegada de un año nuevo. Cambia la esperanza. Es como si por arte de magia la renovaran y nos sentimos distintos aunque nada sea distinto.

¿Qué podemos esperar de este 2021 que comenzamos a atravesar? Bueno sólo hemos saltado una línea de tiempo y eso no significa mucho en la realidad del mundo. El salto no trae consecuencias como para que las cosas cambien en unos minutos. No cambia nada, absolutamente nada. Seguiremos viviendo como venimos viniendo del 2020, con las mismas sensaciones y bajo las mismas circunstancias.

No pretendamos que el advenimiento del 2021 cambie las normas de juego porque simplemente no va a ocurrir. La llegada del 2021 no es un bálsamo milagroso que trastoque las cosas de una manera notoria.

Es más en los primeros tiempos no se ha de notar diferencia alguna con el que pasó, seguiremos usando tapabocas, seguiremos guardando la distancia social, seguiremos saludándonos a las trompadas.

Sin embargo, algo cambia con la llegada de un año nuevo. Cambia la esperanza. Es como si por arte de magia la renovaran y nos sentimos distintos aunque nada sea distinto. Por eso el brindis de fin de año, porque entramos en un tiempo nuevo y la esperanza está depositada en él.

Vendrán los días con su eterna actitud de 24 horas, vendrán los nuevos acontecimientos familiares, vendrá la remanida situación del trabajo, vendrán los nuevos cumpleaños y vendrán las ganas de estar mejor de sentirnos mejor.

Comenzamos con una noticia buena, la vacunación. Pero hasta que pueda hacerse efectiva en gran parte de los argentinos ha de pasar bastante tiempo de este 2021. Pero bueno, hasta entonces las restricciones seguirán estando y en eso no habrá mucha variación. ¿Será el 2021 el año en el que derrotemos al bichito? Ojalá que así sea, ojalá volvamos al abrazo reparador y a mirarnos la cara totalmente, sin impedimentos.

Ya hemos brindado por el que llegó; ahora vamos a vivirlo, que es la parte más difícil de la cuestión. Otra vez a ponerle todas las ganas para que tengamos un tiempo de paz y armonía en el que podamos crecer porque hace ya varios años que venimos siendo enanos.

El 2021 está con nosotros, esperemos de él lo que no hemos esperado de otros años, que el mal que nos aqueja sea derrotado.

Cada cual a lo que ha que hacer. A nosotros nos toca la responsabilidad de no doblegarnos frente al virus y seguir siendo consientes de que de nosotros depende, que no hay un fluido milagroso que pueda hacer cambiar las cosas de un santiamén.

Ojalá nos den buenas noticias en torno a le economía, porque ése es otro flagelo que hemos sufrido con creces en el año que pasó.

Ojalá vuelvan las clases presenciales, y ojalá vuelvan a llenarse las tribunas de las canchas. Ojalá que el virus pase a ser un mal recuerdo y volvamos a las libertades perdidas.

Al principio no esperemos cambio, puede que a mediados del año que comienza tornemos a ser los que éramos, pero no ha de ocurrir antes. Eso sí no perdamos la esperanza, un cachito más de esperanza no nos va a hacer nada mal.

Bienvenido 2021, siéntase como en su casa, nosotros estamos felices de tener un inquilino nuevo y tan prometedor.

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