9 de noviembre de 2025 - 00:15

Al final, ¿de quién fue el triunfo?

Los dichos de Luis Petri acerca de quién fue el principal responsable del triunfo electoral en Mendoza, quedarán como una anécdota complicada y prematura, aunque tal vez demostrativa de que la alianza tan claramente triunfante necesitará de mucho esmero para no dañar su frágil envoltorio.

No parecen gestos que dejen a la vista desinteligencias o adelantos de un posible distanciamiento. Tal vez lo ocurrido haya sido consecuencia, por qué no, de la tirantez existente en el seno del poder nacional entre dos de los componentes del llamado “Triángulo de Hierro” que apuntala las políticas del gobierno libertario. Y de jugar a favor de uno de los lados de esa figura ideada por Milei.

Lo cierto es que, en la semana, dichos polémicos del diputado electo Luis Petri generaron zozobra puertas adentro de la coalición exitosa formada aquí por La Libertad Avanza y Cambia Mendoza.

El mendocino dijo en un programa periodístico de TV que Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia y hermana del titular del Ejecutivo, fue la gran armadora y responsable del triunfo electoral en esta provincia. “Votaron a Javier Milei, pero la responsable de que eso ocurriera fue ella”, sostuvo el mendocino a su entrevistador señalando una foto de la hermana del presidente que acompañaba la escena.

Ante la sorpresa y los murmullos que se sintieron entre radicales cornejistas, poco después Petri habló en otro canal y sumó a la rueda del éxito al gobernador Cornejo. “Lo que quise decir es que en el armado electoral de todo el país la gran responsable fue Karina Milei, también en Mendoza. Eso no significa negar la responsabilidad y participación que tuvo en el resultado electoral el gobernador de la provincia”, sostuvo el mendocino buscando salir del atolladero. Aparentemente lo logró, pero la tropa cornejista ya estaba en alerta.

Es lógico, por otra parte, que el mendocino haya sido invitado al programa donde generó polémica, porque fue en su carácter de hombre de confianza extrema del presidente y de su hermana, dos partes del “triángulo”, cuando arreciaban los rumores sobre fuertes desinteligencias entre Karina y el asesor principal, Santiago Caputo, en especial luego de la abrupta salida del Gobierno de Guillermo Francos.

No hay dudas de que Petri es uno de los que consideran que el aporte de Karina Milei sustenta mucho más que otros dirigentes en estos momentos la estructura del Gobierno en lo que se refiere a inserción territorial. Que La Libertad Avanza se haya constituido en los 24 distritos electorales del país fue un gran logro, sin ninguna duda.

De todos modos, la tensión local se generó y no faltó para ello una opinión a destiempo de la vicegobernadora Hebe Casado cuando ya la inesperada polémica se estaba atemperando. Que se lo viera mucho o poco a Petri en campaña, como señaló Casado, muy poco importaba en una provincia en la que el radicalismo puso lo suyo y La Libertad Avanza también. Además, el ahora diputado nacional electo en ningún momento dejó su cargo de ministro y resultaba obvio que tuviese que repartir sus tiempos entre la función pública y la campaña.

Puede entrar en análisis si realmente a Petri le dieron mayor o menor protagonismo teniendo en cuenta que su candidatura era la más importante aquí. En primer lugar, el todavía ministro de Defensa es lo suficientemente experimentado en cuestiones partidarias como para advertir si lo marginan o no de la escena. Si vino poco fue porque así lo quiso. Pero, por otro lado, el fenómeno electoral del presidente Milei fue de tal magnitud que terminó ocurriendo en Mendoza lo que muchos imaginaban: la lista para el Congreso barrió lo que tuvo a su alcance y puso a esta provincia en la cima de los distritos ganadores.

Además, se puede reconocer que el Gobernador “se puso la campaña al hombro”, como dicen sus allegados. Cornejo recorrió gran parte de la provincia, no abundó en actos políticos sino en reuniones públicas vinculadas con su gobierno. De esa manera tuvo una clara presencia y se constituyó, sí, en el principal referente a favor de su propia gestión y, por ende, de sus candidatos a la Legislatura. Daba por descontado, además, que el respaldo a la lista nacional se encontraba garantizado.

Lo que queda claro es que Cornejo no puede permitirse una pelea con Petri y con el mileísmo. Pueden existir, seguramente, diferencias que sutilmente se disimulen, más que nada cuando se comience a transitar el siempre sinuoso camino hacia la sucesión en la provincia. Los dichos de Petri quedarán como una anécdota complicada y prematura, aunque tal vez demostrativa de que la alianza tan claramente triunfante necesitará de mucho esmero para no dañar su frágil envoltorio.

La oposición

En cuanto al peronismo mendocino, están los que sostienen que la expectativa de crecimiento electoral luego del gran fracaso de 2023 se cumplió largamente con el porcentaje obtenido. Y más habiendo quedado no muy lejos de pelear una segunda banca, especialmente a raíz de la bajísima puntuación del resto de los competidores. Expectativa cumplida, pero de inútil demostración pública en medio del “huracán” electoral del mileísmo.

En ese cuadro, las voces bajas y las caras largas vistas en el ámbito montado por el PJ mendocino para esperar los resultados aquella tarde/noche del 26 de octubre tal vez también hayan demostrado que muchos sintieron que los tiempos competitivos van decayendo. Y que posiblemente se acerquen planteos para recambios necesarios.

Aunque para que realmente se produzca una postergada renovación, un debate serio y comprometido deberá instalarse en las filas del justicialismo. Es el gran paso que no pocos anhelan a nivel nacional en el octogenario movimiento fundado por Perón.

El resto de los espacios locales parece querer reaccionar en etapas. Vale reiterar que posiblemente el golpe más duro haya sido el recibido por el colectivo de Provincias Unidas, como pasó en todos los lugares del país donde compitió. Como se ha dicho, demostración clara de la intuición que sigue guiando a Cornejo en los pasos que da.

Muchos observadores coinciden en que la mayor autocrítica probablemente le corresponda a la dirigencia local del Pro, que se sumó a último momento a ese espacio, aquí liderado por Jorge Difonso. Quedaron muy lejos de muchas expectativas de renovación de bancas legislativas o en concejos departamentales.

Si la polarización vista en estas elecciones se mantiene o profundiza hacia 2027, como parece que será, es posible que en esos espacios ahora tan relegados varios se vean obligados a encolumnarse en alguna de las dos grandes opciones. Es verdad que falta mucho por recorrer, pero en Argentina los tiempos electorales parecen devorarse a los que no resuelven con rapidez.

* El autor es periodista. [email protected]

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