La región de Piamonte, en Italia, se vio sacudida por una dolorosa noticia el pasado fin de semana: el trágico fallecimiento de Matteo Balzano, un joven sacerdote de 35 años que fue hallado sin vida el sábado 5 de julio en la localidad de Cannobio.
Matteo Balzano, de 35 años, no se presentó a la misa matutina, por lo que generó preocupación. Sus colaboradores lo encontraron en su casa sin signos vitales.
La región de Piamonte, en Italia, se vio sacudida por una dolorosa noticia el pasado fin de semana: el trágico fallecimiento de Matteo Balzano, un joven sacerdote de 35 años que fue hallado sin vida el sábado 5 de julio en la localidad de Cannobio.
La confirmación de que se trató de un suicidio conmocionó profundamente a la comunidad, que aún intenta asimilar lo ocurrido y encontrar respuestas a su repentina partida. “Nunca notamos algún signo de malestar”, declaró Gian Maria Minazzi, alcalde de la localidad, aturdido por la situación.
El alerta se encendió cuando Balzano no se presentó a la misa matutina. Preocupados por su ausencia, sus colaboradores se dirigieron a su casa, ubicada junto al templo del pueblo, y allí lo encontraron sin signos vitales. La diócesis de Novara luego confirmó oficialmente que se trató de un suicidio.
El padre Balzano había nacido en 1990 en Grignasco, provincia de Novara. Ingresó al seminario en 2010 y fue ordenado sacerdote en junio de 2017. A lo largo de su ministerio, prestó servicio en parroquias de Borgosesia, Trecate y en el Centro de Diocesano de Vocaciones.
Más tarde pasó por el Santuario de Re y finalmente llegó a Cannobio, donde se desempeñó hasta su fallecimiento.
El alcalde del municipio expresó la conmoción colectiva por la pérdida: "La noticia de la muerte de Don Matteo dejó a toda la comunidad sin palabras y con dolor”. Según explicó, el sacerdote no mostraba signos de malestar emocional y había logrado generar un fuerte lazo con los jóvenes de la parroquia.
Incluso, acababa de organizar el tradicional Grest, un campamento de verano para niños. Minazzi agregó que Balzano era “muy querido por todos” y que nadie había notado señales que anticiparan una situación tan dramática. “Realmente no sabemos qué sucedió”, resumió.
Miles de personas se acercaron al templo para despedirlo en un clima de silencio, lágrimas y desconcierto.