Los ciudadanos de Groenlandia acudieron este martes a las urnas para elegir a los nuevos miembros de su Parlamento. En un contexto político marcado por el debate sobre su independencia de Dinamarca, la votación genera gran expectativa sobre el futuro del territorio ártico.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo un papel indirecto en la campaña de votación luego de haber expresado su intención de comprar Groenlandia, una propuesta que fue rechazada con firmeza por las autoridades de Nuuk y Copenhague: “El territorio no está a la venta”.
Las declaraciones de Donald Trump
Durante su discurso el 4 de marzo sobre el Estado de la Unión ante el Congreso, Trump volvió a referirse al territorio estratégico, describiendo a su "población muy pequeña", que vive en "un trozo de tierra muy, muy grande", como "un pueblo increíble", según analizó el sitio Newsweek.
"Estados Unidos apoya firmemente el derecho de Groenlandia a determinar su futuro", comentó Trump. Añadió que, si así lo desea, su gobierno le "da la bienvenida" a las "cumbres". Pero más allá de los dichos, los debates electorales se centraron en la sanidad, la educación y la relación con Dinamarca.
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Funcionarios electorales muestran las urnas en un colegio electoral en Nuuk. EFE/EPA/Mads Claus Rasmussen
Relación de Groenlandia con Dinamarca
Los habitantes se sienten a menudo tratados como ciudadanos de segunda fila por la antigua potencia colonial, de la que todos los principales partidos quieren independizarse, según indicaron. Claro que no todos los competidores en la elección están de acuerdo en cuándo deberían declararse independientes.
La principal formación de la oposición, los nacionalistas del Naleraq, la desean rápidamente. Los integrantes de la coalición del gobierno local saliente, la izquierda ecologista Inuit Ataqatigiit (IA), literalmente Comunidad Inuit, y los socialdemócratas de Siumut, la condicionan al progreso económico.
Actualmente, el territorio depende económicamente de la pesca, que representa casi todas sus exportaciones, y de la ayuda anual de unos 530 millones de euros (575 millones de dólares) suministrada por Copenhague, lo que supone un 20% del PIB local, anotó finalmente el sitio alemán.