El cometa 3I/Atlas, el tercer objeto interestelar identificado en ingresar al Sistema Solar, continúa sorprendiendo a la comunidad científica por su inusual comportamiento orbital.
Tras su paso por el perihelio el 30 de octubre de 2025, el cometa fue registrado por telescopios internacionales.
El cometa 3I/Atlas, el tercer objeto interestelar identificado en ingresar al Sistema Solar, continúa sorprendiendo a la comunidad científica por su inusual comportamiento orbital.
Con una velocidad de 57 kilómetros por segundo y desplazándose en una marcada trayectoria hiperbólica, el cuerpo celeste mantiene una energía cinética superior a la atracción gravitatoria del Sol, lo que descarta cualquier posibilidad de captura.
El fenómeno fue observado con precisión tras su perihelio del 30 de octubre de 2025 y sus características están siendo registradas por los telescopios Hubble y James Webb de la NASA. De acuerdo con los modelos orbitales, el cometa utiliza el campo gravitacional solar apenas como un efecto "resortera" que le permite acelerar aún más antes de abandonar definitivamente el Sistema Solar.
La trayectoria hiperbólica es una señal inequívoca: el cometa supera la velocidad de escape local y no establece una órbita cerrada. Entra al Sistema Solar, se desvía por la influencia solar y continúa su viaje interestelar sin quedar retenido por la estrella.
En paralelo a estas observaciones, un estudio difundido el lunes 24 de noviembre analizó patrones de llegada de objetos interestelares en caso de un eventual impacto con la Tierra. Aunque la probabilidad es extremadamente baja, la investigación determinó patrones claros basados en combinaciones de factores gravitacionales y el movimiento relativo de estos cuerpos.
Los modelos de simulación proyectan que, en un escenario hipotético de colisión, 3I/ATLAS podría alcanzar velocidades promedio de 72 km/s, superando ampliamente la velocidad de la mayoría de los meteoroides originados dentro del Sistema Solar.
Para elaborar estas estimaciones, los especialistas generaron 26 mil millones de objetos sintéticos a partir del movimiento de estrellas enanas, reproduciendo el flujo interestelar conocido y aplicando perturbaciones gravitacionales del Sol. Las simulaciones trazaron exclusivamente la distribución espacial y temporal esperada de los impactos, sin calcular la frecuencia de que ocurran.
Los investigadores utilizaron millones de trayectorias virtuales para identificar regiones, direcciones y ventanas temporales donde la llegada de objetos de este tipo sería estadísticamente más probable. Aunque 3I/ATLAS no representa amenaza alguna, su paso ofrece una rara oportunidad para estudiar dinámicas que solo pueden observarse en visitantes del espacio profundo.