Un violento temporal de lluvias desató una de las peores tragedias climáticas recientes en el sudeste asiático, con al menos 1.114 personas fallecidas y miles de damnificados en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia. Así lo confirmaron las autoridades meteorológicas locales y organismos de gestión de desastres.
La Agencia Nacional para la Gestión de Desastres (BNPB) de Indonesia detalló que el fenómeno dejó 2.600 heridos y provocó la evacuación de unas 570.000 personas. Los equipos de emergencia advirtieron que el número de víctimas podría aumentar en las próximas horas, a medida que avanzan las tareas de búsqueda en las zonas más afectadas.
Las lluvias extremas generaron desbordamiento de ríos, deslizamientos de tierra y daños generalizados en áreas donde residen cerca de 1,5 millones de personas entre Indonesia y Tailandia. En este último país, las autoridades continúan evaluando el impacto mientras crece la presión para declarar la emergencia nacional.
La situación en Sri Lanka también es crítica: el Centro de Gestión de Desastres (DMC) confirmó 334 fallecidos, 337 desaparecidos y casi un millón de afectados. Alrededor de 150.000 personas debieron abandonar sus hogares, y se habilitaron cientos de centros de refugio en los distintos distritos azotados por el temporal.
Frente al escenario devastador, gobiernos locales, comunidades y organizaciones humanitarias pidieron que se declare desastre nacional, ante la magnitud del evento y la necesidad urgente de recursos para enfrentar la emergencia.
La severidad del temporal vuelve a exponer la fragilidad de la región ante los fenómenos meteorológicos extremos, una problemática que autoridades y especialistas vienen advirtiendo desde hace años y que hoy se refleja en una crisis humanitaria de gran escala.