En una historia que parece sacada de una película, Hayley Black, madre de dos hijos y ex operadora de emergencias, sufrió un grave accidente cuando un simple bostezo la llevó a romperse el cuello. Este hecho ocurrió en Reino Unido durante la madrugada, cuando Hayley estaba atendiendo a su hija recién nacida. Lo que parecía un gesto involuntario se convirtió en una tragedia que casi le cuesta la vida.
La mañana comenzó como cualquier otra, cuando a las 5 a.m. Hayley, al igual que su hija, sintió la necesidad de bostezar. Sin embargo, este bostezo fue diferente: "Sentí como una descarga eléctrica que me recorrió el cuerpo", comentó en un video de TikTok. Al instante, su brazo derecho quedó inmóvil y un intenso dolor la recorrió, dejándola en estado de shock. Sabía que algo muy grave había ocurrido.
"Fue un choque inmediato, algo no estaba bien", recordó. En ese preciso momento, Hayley se dio cuenta de que su vida había cambiado por completo.
Daño cervical severo
Tras el incidente, Hayley fue trasladada al hospital por su esposo. Aunque las primeras pruebas no mostraron ninguna lesión grave, el dolor persistió y su movilidad se vio severamente afectada.
Unas pruebas posteriores revelaron que el bostezo había desplazado dos de sus vértebras cervicales, la C6 y C7, lo que comprimió los nervios responsables del control de los movimientos en sus extremidades superiores.
cuello
Hayley Black, madre de dos hijos, vivió un accidente insólito cuando un bostezo fuerte le rompió el cuello, dejándola con secuelas permanentes y una cirugía urgente.
Captura video
Una cirugía arriesgada para salvar su vida y secuelas
Los médicos de urgencia advirtieron a la familia que había un 50% de probabilidad de que Hayley no sobreviviera a la cirugía. Afortunadamente, la intervención quirúrgica fue exitosa y logró evitar una parálisis permanente, aunque no sin consecuencias. Durante su recuperación, Hayley pasó seis meses en silla de ruedas y tuvo que someterse a un arduo proceso de rehabilitación para poder caminar nuevamente.
A pesar de su recuperación inicial, Hayley continúa enfrentando secuelas crónicas. Desarrolló fibromialgia, una condición que le provoca dolor constante y espasmos musculares en diversas partes de su cuerpo. "A menudo siento fuertes espasmos en mis brazos, cuello y cabeza", explicó.
Además, el simple acto de bostezar le genera pánico y ansiedad, pues teme que el mismo efecto se repita.Aunque su vida nunca será igual, Hayley usa su historia para advertir a los demás sobre la importancia de no subestimar ningún movimiento, por más cotidiano que parezca. "Hoy sigo luchando con el daño nervioso, pero lo que me mantiene en pie es el apoyo de mi familia y mi determinación de superar esto", concluyó.