Australia marcó un precedente a nivel global al anunciar la prohibición de acceso a menores de 16 años en las redes sociales, una medida que apunta a frenar el deterioro de la salud mental, los vicios y los discursos de odio.
La decisión del gobierno marca un precedente global en la protección de los más chicos, afectados por estrés, discursos de odio y vicios al conectarse a la web.
Australia marcó un precedente a nivel global al anunciar la prohibición de acceso a menores de 16 años en las redes sociales, una medida que apunta a frenar el deterioro de la salud mental, los vicios y los discursos de odio.
El gobierno local espera que más de un millón de cuentas de adolescentes australianos se desactiven el 10 de diciembre, fecha indicada para el inicio del baneo.
Ese día, plataformas como Facebook, Instagram, TikTok, Snapchat, X, Twitch, Roblox, Discord, Reddit, Threads, Kick y YouTube deberán impedir que menores tengan cuentas o enfrentar multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos (unos 32 millones de dólares estadounidenses).
En cambio, servicios educativos o de mensajería, como YouTube Kids, Google Classroom, WhatsApp y LinkedIn, quedan fuera de la restricción, lo mismo que Pinterest.
El gobierno de Australia sostiene que la medida apunta a frenar el deterioro de la salud mental juvenil asociado al uso intensivo de las redes. La enmienda a la Ley de Seguridad en Línea de 2021, aprobada en noviembre de 2024 y conocida como Proyecto de Ley de Enmienda de Seguridad en Línea (Edad Mínima para Redes Sociales), establece la prohibición y fija obligaciones para las empresas tecnológicas.
Tras un período de adaptación de 12 meses, la Sección 63D entra en vigencia este 10 de diciembre y obliga a las plataformas a adoptar “medidas razonables” para verificar la edad, aunque la ley aclara que exigir documentos oficiales no puede ser el único método permitido.
El trasfondo de la medida surge de años de advertencias. Estudios citados por el gobierno, como es el publicado por The Lancet, muestran que el 27% de los adolescentes que usan redes con frecuencia reporta altos niveles de estrés psicológico, mientras que quienes pasan más de siete horas diarias conectados duplican la probabilidad de ser diagnosticados con depresión.
En paralelo, las autoridades alertan que Instagram y otras plataformas funcionan como puertas de acceso a contenido sexualizado, ofertas ilegales de fármacos y espacios donde proliferan el acoso y los discursos de odio, particularmente hacia personas del colectivo LGBTQI+.
Las compañías tecnológicas ya empezaron a delinear su respuesta. Meta, responsable de Facebook, Instagram y Threads, comunicó que desde el 4 de diciembre comenzó a retirar de sus plataformas a usuarios menores de 16 años y recomendó que descarguen sus contenidos antes de perder el acceso.
En Australia se estiman unas 350.000 cuentas de Instagram y 150.000 de Facebook pertenecientes a adolescentes de 13 a 15 años.
Snapchat anunció que permitirá desactivar perfiles por tres años —o hasta cumplir 16— y utilizará mecanismos de verificación que incluyen cuentas bancarias, documentos con foto o selfies para estimar la edad del usuario. TikTok, que concentra más de 200.000 usuarios de entre 13 y 15 años en el país, informó al Parlamento que trabaja en un botón para reportar cuentas sospechadas de pertenecer a menores.
Plataformas de juegos como Roblox y Discord avanzaron con controles de edad para evitar quedar alcanzadas por la prohibición; otras, como YouTube Kids o Google Classroom, seguirán operando con normalidad por su uso educativo o infantil supervisado.
El gobierno subraya que la prohibición no penaliza a los jóvenes ni a sus familias, sino a las empresas que no cumplan la norma.