Una imponente casa en forma de L que integra el paisaje

Una vivienda unifamiliar en esquina pensada para compartir espacios pero también para conservar la intimidad. Cuenta con una orientación privilegiada y se adapta a diferentes situaciones.

Fotos: Luis Guiñazú Fader. Contactalo aquí.

Casa B-V es la obra de la arquitecta Laura Pierandrei. Un proyecto que desde su gestación representó un desafío, como cada vez que surge un encargo de vivienda unifamiliar. Es así como esta familia compuesta por un matrimonio con hijos preadolescentes tenía la necesidad de responder de cara a la evolución que ya estaba transitando. Por un lado, “darles espacios” a los chicos para crecer y que siguieran compartiendo la complicidad hermano-hermana; por otro, las posibles visitas del exterior que acostumbra recibir la familia durante algunos periodos de tiempo. Además, el trabajo temporal desde casa hizo que decantara en una planta alta destinada a estos usos. En contraposición, la Planta Baja nuclea la vida diurna de la familia y la habitación de los adultos “separada de todo”, pues la vivienda está pensada para ser el espacio definitivo donde habitar.

Las premisas de diseño estuvieron desde un principio muy definidas. Estéticamente busca líneas geométricas puras y limpias, pero tamizadas por la calidez de los materiales y el uso de recursos como canteros y vegetación.

El terreno cuenta con una orientación privilegiada en cuanto a las vistas, ya que la Cordillera de los Andes se puede apreciar imponente y escenográfica. Por otro lado, desde lo funcional, lograr espacios que se puedan adaptar a distintas situaciones, que se integren o por el contrario, logren privacidad, y disponer de espacios de reunión para todas las épocas del año.

La luz solar y los ambientes con ventilación natural fueron objetivos claros desde los primeros trazos del anteproyecto. El desafío fue contar con un amplio programa de necesidades en un terreno que, por ser en esquina, se percibía afectado por retiros en todos sus lados. Ante todas estas premisas, la casa tiene su huella en forma de “L”, buscando desde su fachada acompañar la esquina delimitada por el terreno, con volúmenes más cerrados hacia el sur y dos pieles de vidrio en esquina, de doble altura que traen las vistas de la cordillera al interior de los espacios comunes, tales como el hall de entrada y la escalera. Lugares desde los cuales se pierde el límite entre el adentro y el afuera.

Para regular el impacto de esta envolvente, se revistieron las fachadas sur y oeste con espuma de poliuretano proyectado, logrando así una aislación térmica de toda la fachada en sus caras más desfavorables. Por otro lado, las fachadas este y norte son las que conectan al jardín con los espacios interiores de la vivienda, logrando así que el sol del invierno bañe con calidez los ambientes y reduciendo considerablemente el consumo de energía tanto para calefaccionar en invierno, como para refrigerar en verano. La pérgola de la terraza acompaña este criterio y termina siendo el elemento que logra aportar la regulación del sol según las necesidades en cada época del año.

La planta baja cuenta con una cochera doble que sirve a la vez de quincho cerrado, y es por eso que disfruta de un amplio ventanal hacia el jardín. La familia acostumbra a reunirse en este amplio espacio que cuenta con acceso directo a la cocina y a la terraza en donde está la churrasquera y el horno, lo que le aporta gran funcionalidad.

La cocina con isla se integra al comedor diario y forman un ambiente acogedor, donde compartir los momentos típicos de la rutina diaria. Una doble puerta corrediza une el comedor diario con el estar comedor principal, logrando así la ductilidad de estos ambientes de acuerdo a las actividades que se estén desarrollando.

Ambos ambientes disfrutan de la vista al jardín a través de grandes paños de vidrio y terminan componiendo un excelente espacio diurno integrado.

Subiendo por la escalera, y gracias a la piel de vidrio en esquina, se disfruta de vistas limpias hacia la cordillera que invaden todo el hall de planta alta y el playroom que se amoldó a un cómodo espacio de home office, en respuesta a la nueva modalidad de trabajo que se impuso con la pandemia que estamos atravesando.

El trabajo en esta área se llena de luz natural y un paisaje extraordinario.

Los dormitorios de los hijos comparten una entrada privada que conecta a ambos espacios con el gran antebaño compartido, que sirve a su vez de antesala al baño zonificado. De esta manera un solo núcleo húmedo puede ser totalmente funcional a los dos adolescentes.

Ambos dormitorios tienen su propio balcón dominado por un cantero lineal que termina de llenar de naturaleza a los espacios interiores.

La esencia del proyecto paisajístico de la fachada exterior, consistió en generar canteros curvos que aporten movimiento y contengan una combinación de especies variadas en colores y texturas. Los dibujos de piedra a nivel de piso generan cortes visualmente agradables, que facilitan el mantenimiento diario y reducen la superficie de riego con el objetivo de consumir la menor cantidad de agua posible.

Ficha Técnica

Proyecto y Dirección Técnica: Arq. Laura Pierandrei

Cálculo y dirección de estructuras: Abax S.R.L. -Ings. Carosio, Manresa, Martín-

Paisajismo: Arq. Elisa Uano

Proyecto de instalaciones: Ing. Héctor Zalazar

Ubicación: Barrio La Barrca, Guaymallén. Mendoza.

Sup. Terreno: 446.68m2

Sup. Cubierta Total: 312.30m2

Año: 2016

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