Una verdadera revolución silenciosa se está gestando en el INTA de La Consulta.
Una verdadera revolución silenciosa se está gestando en el INTA de La Consulta.
Allí, desde 2015, la mejora genética de la lechuga está tomando un matiz propio. Inmersa en un proceso de innovación y hallazgos, la doctora en Ciencias Biológicas de la EEA del INTA de La Consulta, Melisa Lanza Volpe, sabe que junto a sus colaboradores está estableciendo nuevos parámetros productivos para el cultivo.
Entre muchas bondades, más resistente a plagas y posibilidad de reproducirse en forma rápida a bajo costo, ya que la científica está trabajando sobre las moléculas que luego darán la forma de una semilla.
-¿De qué se trata el programa de mejoramiento integral de la lechuga?
-Lo que estamos planteando desde el equipo de trabajo del INTA La Consulta es realizar la caracterización de los diferentes materiales que hay disponibles a nivel comercial y a nivel agronómico en distintas regiones agroclimáticas del país. A partir de esos materiales estamos evaluando su composición y su perfil nutracéutico, es decir, la calidad de su nivel nutricional de los distintos cultivares de lechuga que hay. Ésa sería la base para hacer el proceso de selección de los materiales de élite para re iniciar el programa de mejoramiento de la lechuga.
-¿En qué consiste el proceso de selección?
-Lo que estamos evaluando es la genética disponible. Hoy por hoy al no existir un programa de mejoramiento a nivel nacional, la mayoría de los materiales comerciales son provenientes de genética del exterior. Son materiales muy tradicionales bastante antiguos de variedades criollas que han sido seleccionadas en nuestro país o los materiales más nuevos son provenientes de semillas importadas, con el costo que eso implica. De todos modos muchos de esos materiales tienen ciertas ventajas como tolerancia a ciertas enfermedades. Algunos tienen resistencia a la floración temprana de las lechugas que es un carácter poco deseado. Muchos de los productores los han adoptado porque también les rinde a nivel de cultivo. La idea de nosotros es seleccionar y conocer esos materiales y tratar de hacer una selección de los que mejor se comporten para empezar a hacer un desarrollo de variedades que sean de origen nacional y que estén adaptadas a nuestras condiciones agroclimáticas.
-¿Qué buscan?
-Básicamente materiales de buena performance agronómica. La idea es ver si podemos acompañarlos con el valor agregado de darle una categorización de composición nutricional y qué propiedades nos podrían aportar a nosotros como consumidores esos materiales.
-¿Cuánto puede aumentar la productividad de la lechuga?
-La idea es que si uno hace una buena selección de esos parentales, al estar mejor adaptados a las condiciones locales, van a tener a nivel genético una mejor adaptación a los suelos que tenemos y en ese sentido deberían ser más productivos. No nos olvidemos de que hay un manejo asociado a todo esto. No es sólo la parte genética sino el manejo agronómico que le da el productor. Muchas veces en la lechuga no se nota en comparación con otras hortalizas el impacto a nivel productividad porque mucha de la productividad se maneja por el precio.
-¿Por ejemplo?
-A diferencia de otras hortalizas como el tomate (que hay un punto de maduración ahí se tiene que cosechar), en la lechuga tiene como un margen más amplio de cosecha. Entonces se puede trabajar dependiendo del precio, que es mucho de lo que hacen los productores. Si el producto vale se cosecha y van al mercado porque aunque no tengas mucho rendimiento por kilo, justo se puede enganchar un buen momento que es cuando normalmente falta la lechuga.
-Trabajar genéticamente la lechuga ¿tiene un impacto benéfico para la salud humana?
-Sí. Digamos que en los últimos años hay una tendencia por parte de los consumidores a seleccionar alimentos que tengan algún beneficio para la salud. Hay mucha promoción en distintos alimentos con respecto a las propiedades antioxidantes que tienen y el aporte de vitaminas. La idea es ver si con la lechuga podemos darle ese plus de un valor agregado y también tratar de seleccionar si vemos que hay variabilidad entre los parentales. Tenemos parentales que tienen mejores perfiles y nos pueden aportar compuestos antioxidantes que nos den beneficios para la salud. Estamos desarrollando semillas de lechuga más nutritivas y con mejor producción.
Estamos viendo si podemos trabajar sobre esos para incorporar las dos características que buscamos: una lechuga que sea manejable a nivel productivo que sea competitiva a nivel agronómico.
Perfil
Melisa Lanza Volpe (36) es soltera y madre de una pequeña de tres años. Es licenciada en Biología Molecular egresada de la Universidad Nacional de San Luis.
Hizo su doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Cuyo en el INTA de Mendoza en Luján de Cuyo.
Su trabajo estuvo enfocado en las enfermedades virales en vid y luego concursó cuando se abrió una convocatoria en el INTA de La Consulta.
En su tiempo libre le gusta leer y disfrutar de las actividades al aire libre. "Y obviamente disfrutar con mi hija que se lleva gran parte de mi tiempo libre", finaliza entre sonrisas, que surgen a diario.