Mateo Peñaloza Manzano tiene 14 años, vive en Tunuyán, ama el vóley y sueña con llegar a la Selección Nacional. Integra la Selección Mendocina Sub 14 y se encuentra compitiendo el Torneo Nacional que se está disputando en Bariloche. Pero su historia no se resume al deporte, desde los 8 años convive con diabetes tipo 1. Esta condición se convirtió en una motivación para superarse día a día.
“Mi sueño es jugar en la selección argentina, como soñé estar en la mendocina”, dice Mateo en un video difundido por las redes sociales de Osep. Su camino se allana con solidez bajo la certeza de que todo es cuestión de animarse.
La competencia de alto rendimiento reúne a 20 delegaciones de distintas provincias y se disputa entre el 2 y el 7 de junio. Mateo integra el equipo masculino Sub14 de Mendoza, que ya clasificó a cuartos de final y pelea por un lugar entre los mejores del país. Lo acompaña su compañero y amigo Ramiro Pechemiel, también oriundo de Tunuyán. Ambos integran desde hace años el equipo de vóley de la Municipalidad de Tunuyán, donde forjaron una dupla sólida y confiada, de esas que solo se construyen con años de juego compartido. La alegría local suma a una tercera integrante, Victoria Bergamin también fue seleccionada por la federación para ser parte del cuerpo técnico.
Tanto Mateo como Ramiro y Victoria forman parte del equipo de vóley de la Municipalidad de Tunuyán. El respaldo institucional, tanto en lo económico como en lo humano, ha sido clave para que estos jóvenes puedan proyectarse más allá de las fronteras del departamento y representar a Mendoza en una competencia nacional.
Mateo Peñaloza
La selección mendocina Sub 14 de vóley ya compite en el Torneo Nacional en Bariloche.
Un regalo de cumpleaños anticipado
Mateo cumplió 14 años el pasado 31 de mayo. La confirmación oficial de su convocatoria llegó justo ese día, como un regalo anticipado que llenó de emoción a toda la familia. Para llegar al plantel final, Mateo participó de una serie de entrenamientos organizados por la Federación, junto a otros 30 jóvenes de toda la provincia, quedando finalmente convocados 14 jóvenes.
“Mateo estaba feliz, justo ese día le entregaron la indumentaria y le dijeron que estaba adentro. Fue uno de los mejores cumpleaños que pudo tener”, recuerda Darío Peñaloza, su papá, que lo acompaña en Bariloche.
Desde los 11 años, Mateo entrena vóley de manera federada. En 2024 fue convocado por primera vez a la selección, pero por cuestiones de distancia no pudo sumarse. Este año combinó los entrenamientos con las horas de clase y con su rutina de salud, que lleva con disciplina.
Un partido silencioso
A los siete años, un dolor de estómago derivó en una consulta médica que le cambiaría la vida. Ese día, Mateo fue diagnosticado con diabetes tipo 1. Su páncreas había dejado de funcionar y debía empezar a inyectarse insulina. “Fue un día como cualquier otro. Fui al hospital y me dijeron que tenía diabetes”, recuerda el joven, con la naturalidad de quien ha hecho de esa realidad parte de su identidad.
Desde entonces, cada comida implica calcular carbohidratos, controlar niveles de glucemia y aplicar la dosis de insulina correspondiente. Mateo se atiende regularmente con su diabetóloga y su nutricionista de OSEP, donde también fue entrevistado antes del viaje. “Estamos un rato acá, haciéndome unos controles para poder viajar tranquilo”, contó en un video difundido por la obra social.
“Hay muchas personas con diabetes que no se animan a hacer muchas cosas, máximo salir a caminar. Yo quiero representar otra cosa: pertenecer a una selección, ir a Bariloche, enfrentar esos miedos. Si yo puedo controlarme bien, puedo llegar a donde quiera”, expresó con convicción en ese mismo audiovisual.
Para el papá, la comparación es clara: “Ser deportista con diabetes es un partido que se juega al mismo tiempo”. Mateo conoce su condición y aprendió a gestionarla con madurez. Sabe lo que puede y no puede comer, y qué ajustes debe hacer cuando entrena o compite. En los partidos más exigentes, regula sus comidas, consume frutas o colaciones antes de jugar y ajusta la medicación con precisión.
Mateo Peñaloza
Mateo Peñaloza Manzano, jugador de Tunuyán, integra la selección mendocina Sub 14 y convive con diabetes tipo 1 desde los siete años.
Un mensaje que trasciende el deporte
Mateo cursa segundo año del Colegio Niño Jesús de Tunuyán. A pesar de los viajes y los entrenamientos, mantiene sus compromisos escolares y proyecta su futuro profesional ligado a lo que más lo apasiona: el deporte y la salud. “Le gusta la educación física, la nutrición, la kinesiología. Todo lo que tenga que ver con el cuerpo y lo natural lo atrae”, cuenta Darío, su papá.
La familia Peñaloza ha hecho un cambio de vida desde el diagnóstico. “Nos cambió la forma de comer, de festejar cumpleaños, de hacer las compras. Hoy leemos etiquetas, buscamos yogures descremados, cuidamos los excesos de azúcar. Es un aprendizaje que nos transformó a todos”, reflexiona Darío. Y agrega: “Si todos tuviéramos un régimen como el de un diabético, tal vez viviríamos mejor. Aprendes a alimentarte con calidad y a pensar en el largo plazo”.