El fútbol argentino, acorralado por las lesiones ligamentarias

Fútbol. En lo que va de este año, 20 jugadores de 14 equipos de Primera fueron diagnosticados con rotura de ligamentos cruzados. El contraste con Europa es enorme. Las causas de la situación.

El defensor de Boca Juniors, Lucas Blondel, es otro que deberá estar más de seis meses alejados de los terrenos de juego.
El defensor de Boca Juniors, Lucas Blondel, es otro que deberá estar más de seis meses alejados de los terrenos de juego.

La rotura de ligamentos cruzados se volvió un dolor de cabeza para el fútbol argentino en general y para la AFA, en particular. En lo que va del año, 20 jugadores de 14 equipos de la Copa de la Liga sufrieron una de las peores lesiones para un deportista. Una complicación para los clubes.

La rotura de ligamentos de la rodilla es una de las lesiones más graves a las que se expone un deportista y su recuperación demanda entre seis y ocho meses (en algunos casos demora un año). Desde el 14 de enero, cuando el mendocino Gonzalo Martínez se despidió de la temporada tras un amistoso de River Plate en plena pretemporada en los Estados Unidos, hasta la confirmación de la baja de Lucas Passerini, el pasado martes 2 de abril, casi la mitad de los equipos que intervienen en la Primera División sufrieron alguna baja.

El mendocino Gonzalo Martínez inició el derrotero de graves lesiones en el fútbol argentino, en enero de este año.
El mendocino Gonzalo Martínez inició el derrotero de graves lesiones en el fútbol argentino, en enero de este año.

“La ciencia dice que los deportistas vienen preparados o no para lastimarse el ligamento cruzado anterior, y podemos saberlo a través de estudios genéticos. Una serie de deportistas viene genéticamente desde la cuna con un halo de protección ante esta lesión y otros no, vienen más predispuestos a lastimarse. Sobre todo cuando eso se asocia con factores medioambientales, como pueden ser el estado del campo de juego, la frecuencia o intensidad del juego”, confió Pablo Corinaldesi (M.N. 98027), médico especializado en el deporte, en una entrevista con TyC Sports.

Lo curioso del caso es que el contraste con las grandes ligas europeas es enorme: en Alemania tan solo ocho jugadores sufrieron la rotura de ligamentos cruzados; tres en España y dos en Francia, al igual que Italia e Inglaterra. El análisis tal vez deba realizarse de acuerdo al porcentaje de equipos (la Copa de la Liga tiene 28 equipos y la Premier League, por caso, solo 20).

Los múltiples factores

Hace tan solo unas semanas, Jorge Batista, cirujano artroscopista y especialista en Medicina Deportiva, desató el debate con las posibles causas. “Calendario muy apretado, terrenos de juego en mal estado, modas en el uso de tapones semicirculares en lugar de tapones redondos, estrés psíquico y fatiga física”, confió.

Al tiempo que el médico del plantel de Boca Juniors realizaba este análisis, el goleador de Belgrano de Córdoba, Lucas Passerini, se sumaba a esta lista. Tan increíble cómo real.

El delantero de Belgrano, Lucas Passerini, fue el último que sufrió la grave rotura.
El delantero de Belgrano, Lucas Passerini, fue el último que sufrió la grave rotura.

Mientras, consultado por este diario, Carlos Bertona, médico deportólogo y al frente del plantel de Gimnasia y Esgrima, también señala múltiples causas y reconoce que “el fútbol de hoy no es igual que hace unos años; la velocidad a la que se juega genera mayor fricción”.

“Hay varias causas que generan la ruptura; la más común suele ser el traumatismo, que provoca una tensión y la posterior lesión. Sin embargo, otras causas pueden ser congénitas, por el calzado que se utiliza en la actualidad o el piso sintético que provoca mayor adherencia”, dijo.

Además, señala que la educación se impone como factor fundamental en la prevención de este tipo de lesiones. “Hoy en día se trabaja en el fortalecimiento muscular: los isquiotibiales, el posterior y el cuádriceps generan estabilidad al ligamento cruzado. También la activación y el gimnasio para mejorar la masa muscular son claves cuando llega el momento de trasladarse al campo de juego”, amplió.

Desde la pandemia de Coronavirus en adelante, los números no paran de crecer y alarman. A partir de octubre del 2020, los equipos de Primera División sufrieron 73 lesiones de estas características. Desde ese mes hasta fin de aquel año, hubo seis roturas de ligamentos cruzados. Luego, en el 2021, se sumaron trece. Para 2022, el número había crecido y empezaba a llamar la atención: fueron 17 casos. Misma cifra que al año siguiente. Y en los primeros cuatro meses de este año, la cifra de lesionados ya es récord. Y aunque muchos especialistas señalan la posibilidad de realizar trabajos de percepción, Batista no es tan optimista en cuanto a la situación: “No hay programas de prevención que se puedan instaurar porque las variables a corregir son muchísimas y tocan intereses económicos en muchos casos”. Durísimo.

La recuperación y el duelo

Curiosamente, y contrario a lo que uno piensa por el avance de la ciencia, la recuperación suele ser más larga que en el pasado. Hoy la vuelta a los campos de juegos demanda cerca de ocho meses.

“El tiempo de recuperación son entre seis y ocho meses. La diferencia la hacen dos cosas, una es la técnica que se usa en las cirugías. Hoy se usa bastante una que es sacar un tendón de la parte anterior del muslo y colocarlo como cruzado anterior. Pero el gran tema ahí pasa de hacer la rehabilitación con cargas de rehabilitación a hacerlo con cargas de entrenamiento. En esa transición es donde oscila que puedan ser de seis a ocho meses”, confió Corinaldesi.

La recuperación suele exigir trabajos de gimnasio, fisioterapia y mucho tiempo alejado del resto del plantel. Algunos jugadores, tal como lo expresó “Toto” Pozzo, volante de Godoy Cruz, quien se rompió los ligamentos frente a Unión de Santa Fe, en la quinta fecha del torneo doméstico, viven la situación “como un duelo”.

“Las lesiones graves afectan al jugador por el cambio que significa quedar inhabilitado para jugar. La bronca y la angustia aparecen con mucha claridad. El jugador debe realizar reposo, rehabilitación y deja de concurrir a los entrenamientos. La incertidumbre ante la recuperación genera más angustia. Uno debe ser consciente de que son situaciones que uno no puede controlar y que sucedieron. Lo importante es no lo que me pasó, sino como actuamos; la famosa resiliencia. El acompañamiento psicológico ayuda y es importante”, expresó Joaquín Morello, Licenciado en Psicología.

Una vez más, tal como situaciones de depresión y estrés, el fútbol que no vemos se cuela en el debate. Bienvenido sea, entonces.

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