Diego Tonetto, el flamante Señor de los Ascensos: “Todavía estoy en carrera para seguir sumando títulos”

Símbolo de la apoteótica consagración de Independiente Rivadavia, que en 2024 jugará en la élite del fútbol argentino, Diego Tonetto se convirtió en un talismán: en 5 años, sumó tres saltos de categorías: Platense, Maipú y la Lepra. Y aunque aún no renovó su vínculo, redobla la apuesta y se anima a decir que si el club se sostiene en Primera “puede generar el doble de repercusión que Godoy Cruz” en mucho menos tiempo.

Diego Tonetto, el flamante Señor de los Ascensos: “Todavía estoy en carrera para seguir sumando títulos”
Poco más de cien partidos, divididos en dos etapas en el club del Parque General San Martín, le bastaron al zurdo mendocino para meterse en el corazón de los hinchas de Independiente. Tonetto es un leproso más.

Para ese pibe que se fue de Mendoza a los 14 años, con edad de séptima división, y la valija llena de sueños e ilusiones, anhelando triunfar en Ferro para luego pegar el salto al fútbol europeo, veinte años lo fueron todo. En un abrir y cerrar de ojos, hoy disfruta de las mieles de sentirse profeta en su tierra. Todo un guiño cómplice del señor destino. Justo esa ciudad a la que solía venir con la camiseta del Verde de Caballito en calidad de desconocido, es hoy su lugar en el universo. Ese que a los 34 años lo encuentra viviendo su mejor momento. No sólo porque hace un par de semanas sumó su tercer anillo personal y se convirtió en una especie de varita mágica de equipos (dos de ellos mendocinos) que buscaban recuperar la gloria del pasado, sino porque además disfruta de su familia y el trabajo que supo conseguir mucho más allá de un rectángulo de césped.

Porque además de ser un profesional del deporte que más nos gusta y mejor jugamos los argentinos, Diego Tonetto es martillero público y corredor inmobiliario, un oficio que estudió y, ya con el título, surgió como emprendimiento familiar junto a su esposa Jimena durante la pandemia y llegó para quedarse. Este zurdo que tejió sueños hasta convertirse en bastión de una gesta descomunal de la Lepra, es dueño de una historia de amor puro y verdadero, alimentado de la sangre azul que corre por sus venas.

Diego Rubén Tonetto es el flamante “Señor de los Ascensos” de los clubes mendocinos. Al Deportivo Maipú llegó en 2021 para jugar un minitorneo para ascender a la segunda división del fútbol argentino y el resultado es ultra conocido: el Cruzado retornó a la Primera Nacional (ex Nacional B) después de 29 años. Un puñado de meses después, Independiente Rivadavia lo sedujo para desarrollar su segunda etapa en la Lepra mendocina, que tenía entre ceja y ceja el objetivo que finalmente cumplió en este inolvidable 2023: volver a ser de Primera División tras 41 largos años de espera, ya que la última vez había sido en el Nacional 1982. El talismán funcionó y el Azul está empezando a vivir el mejor momento de sus 110 años de historia. En ese contexto está la historia de un héroe que, gracias al amor de su familia, supo ver la luz en medio de la oscuridad.

-Diego, ¿cómo es un día en tu vida? Muchos se quedan con la imagen del futbolista, pero pocos saben que sos multifacético...

-Sí, la verdad que sí. En esta profesión, todos miran el lado del jugador, pero uno por encima de la profesión, es una persona. Y como se vive hoy en día en este país, que no es nada agradable, hay que buscar opciones. La vida diaria es demandante porque cuando tenés hijos chicos los tiempos parecen que no alcanzan dentro de un día. Dentro de esa situación, mi mujer también trabaja, Tiene dos profesiones, es martillera pública y corredora inmobiliaria y también productora de seguros. La carrera de martillero y corredor la hicimos juntos.

-¿Hace mucho?

-Van a ser dos años de que nos recibimos, lo encaramos hace cinco o seis años atrás. Al principio era medio reacio porque te quedas solamente con el fútbol, pero bueno, gracias también un poco al empujoncito de ella, la verdad que cuando me recibí y caí sobre lo que había conseguido, fue algo muy lindo porque por iniciativa propia quizá no lo hubiese hecho.

Otro día en la oficina. Diego Tonetto trabaja codo a codo con su esposa Jimena en un emprendimiento comercial. Gentileza.
Otro día en la oficina. Diego Tonetto trabaja codo a codo con su esposa Jimena en un emprendimiento comercial. Gentileza.

-¿De ahí surgió la idea de poner el negocio de propiedades inmobiliarias y producción de seguros?

-Claro. A pesar de que fue durante la pandemia, después de que yo me fui de Deportivo Morón y me vine a vivir otra vez a Mendoza, como yo no tenía la certeza de ejercer la profesión, decidimos que se matriculara sólo Jimena. Entre una especie de necesidad y también de salir un poco de esa incertidumbre de qué iba a pasar con el fútbol y todo eso en mi profesión en particular, fue como una ruta de escape para sacar un poco la cabeza de todo este bolonqui y me metí de lleno acá en la oficina. Y bueno, si bien ella es la productora, manejar las pólizas y todas esas cuestiones, lo hicimos casi juntos. Siempre digo que terminé aprendiendo más casi en el día a día que en el cursado, en la teoría.

-¿Antes de eso habías empezado alguna carrera?

-No, con decirte que había terminado el secundario mientras jugaba en Buenos Aires y por insistencia de mis padres. A los 17 años ya estaba jugando en Ferro y me olvidé del estudio porque me metí en el sueño que estaba cumpliendo. Pero sempre me quedaba eso de mi vieja, porque yo me había ido a los 14 años de Mendoza y ella sufrió mucho, y dentro de ese sufrimiento estaba que yo terminara el colegio. En la medida que pude, tuve siempre eso presente y si bien no lo terminé a los 18, a los 21 o 22 completé los estudios secundarios.

Diego Tonetto no sólo tiene la llave de los ascensos. Gentileza.
Diego Tonetto no sólo tiene la llave de los ascensos. Gentileza.

-¿Cuando empezaron con este negocio, se te cruzó por la cabeza largar el fútbol?

-No. Aunque sí determinamos con Jime y la familia volvernos a Mendoza y quedarnos acá para continuar mi carrera en algún club de acá, asumiendo y conociendo que el mercado era acotado. Godoy Cruz estaba en primera, Independiente y Gimnasia en la B Nacional, y Maipú y Huracán Las Heras en el Federal A. Eran tres o cuatro equipos entre primera y Federal A, pero yo sabía que me exponía a eso, pero siempre con la tranquilidad de saber que ya había tenido la posibilidad de tener un título, una carrera.

Y cuando toda la gente estaba muy bajoneada y mal en general, en lo único que pensábamos era en armarnos de herramientas para cuando volviera toda la normalidad, encarar otra vez la vida y, a fin de cuentas, ganarnos la vida trabajando como nos enseñaron desde chiquitos. Yo me acoplaba a eso, sin dejar de lado mi deseo de seguir mi carrera como jugador de fútbol. Y si tenía que arrancar de la Liga Mendocina, lo iba a hacer.

-El gol fue de Brian Sánchez, pero el rebote que deja el arquero de Almirante en el 1-0 se da por un cabezazo tuyo. ¿Fue la acción ofensiva más importante de tu vida?

-Sí, sí porque yo siempre le digo que puntualmente jugar con esta camiseta y defender este escudo para mí es especial, son los logros deportivos los que te dejan los recuerdos más lindos. Por ejemplo, en Platense tuve la posibilidad de ser parte del ascenso al Nacional B en el 2018 y la pasé muy bien porque jugué, hice goles importantes y me sentí muy bien dentro de la cancha. Hasta el día de hoy son esas cosas que están por encima de lo económico y te marcan para toda la vida. De hecho, durante todo el año muchísima gente de Platense hinchó por Independiente sólo por el hecho de que yo estaba acá. Y hasta el día de la final, incluso post festejos, muchísima gente de Platense me hizo llegar sus saludos y se puso contenta por mí. Esa son las cuestiones que te llevan a ver la magnitud de lo que se consiguió en Independiente. Te puedo decir que fue cumplir uno de los sueños que tenía desde que pisé el club por primera vez. Intervenir y ser parte de la victoria, creo que con el correr del tiempo voy a ir cayendo cada vez más.

Momento clave. Minuto 9 del segundo tiempo suplementario: centro de Abecasis, Tonetto apareció solo por el punto del penal y metió un cabezazo con destino de gol, Martínez dio rebote y Brian Sánchez infló la red del arco. Fue el 1-0 y la Lepra ya comenzaba a sentirse de Primera. Gentileza.
Momento clave. Minuto 9 del segundo tiempo suplementario: centro de Abecasis, Tonetto apareció solo por el punto del penal y metió un cabezazo con destino de gol, Martínez dio rebote y Brian Sánchez infló la red del arco. Fue el 1-0 y la Lepra ya comenzaba a sentirse de Primera. Gentileza.

-¿Hiciste alguna promesa?

-En la previa del partido con Maipú, que era determinante para nosotros para definir el primer puesto y poder jugar la final, el dirigente José Pinelli hizo esa famosa caminata hasta la Virgen de Luján y nos trajeron una réplica de la virgencita y agua bendita. Obviamente, pidieron por el sueño de todos: la llevamos al partido con Maipú y dio resultados. Antes de la final con Almirante prometí que si metíamos el batacazo iba a ir a visitar la Iglesia de Luján, en Buenos Aires. Es algo que tengo tiempo de hacer hasta antes de fin de año.

-¿Sos creyente? ¿Le rezás a Dios o a algún santo en particular?

-No, no soy de rezarle a nadie. Si bien me crié en una familia católica y asistí a un colegio católico, respeto a todas las religiones. En el último tiempo me aferré mucho al trabajo y a mi familia. Ellos son mi motor, mi Dios y lo adopté así.

-Sin el cassette, porque todos siempre hablan del grupo humano, ¿dónde estuvo el secreto o el punto de inflexión de este éxito?

-No, yo le doy un gran porcentaje al futbolístico.

En familia. Diego junto a su mujer Jimena y sus pequeños hijos Luca y Sofía. Gentileza.
En familia. Diego junto a su mujer Jimena y sus pequeños hijos Luca y Sofía. Gentileza.

-Demaldé tuvo su mérito también...

-Sin dudas. Creo que lo de Ever con su cuerpo técnico fue bastante importante y se los trasladé a ellos porque considero que en un año futbolístico, las pretemporadas y los inicios del año son determinantes.

-Aparte, armaron un grupo con más de 20 jugadores nuevos. Salvo el Gringo Maidana y vos, que estaban del año anterior, el resto se fueron todos. ¿El mérito es doble?

-Si, porque en un principio Endrizzi y el Flaco Quiroga se iban a quedar, pero se fueron. Desde la elección de jugadores, la conformación de un plantel, desde la planificación y la puesta a punto en la parte de la pretemporada, que es fundamental en un torneo tan largo como este, tiene su valor y se los hice saber. En mayor o menor medida es una cuestión de ellos, de sentirse o no parte responsable de este logro, pero desde mi lugar sentía que se los tenía que decir. Después, obviamente lo de Alfredo (Berti) fue determinante, en cuanto a lo que dijo cuando llegó, que fue muy simple: “vengo a corregir algunas cositas, pero ustedes tienen lo que tienen que tener para salir campeones”.

Alfredo Berti y su gran momento en Independiente Rivadavia de Mendoza (Prensa IR)
Alfredo Berti y su gran momento en Independiente Rivadavia de Mendoza (Prensa IR)

-¿El primer día les dijo que podían ser campeones? ¿En serio habló del ascenso el día que llegó?

-Dijo que hacíamos lo más difícil que hay en el fútbol, que es llegar al arco rival bien, prolijo y con argumentos, y que nos faltaba un poco lo más fácil, que era defender el arco propio. En base a eso fue construyendo un equipo con mayor quilibrio entre lo que proponíamos y lo que defendíamos. Creo que desde su impronta, su simpleza y desde lo sencillo, encontró eso que le faltaba al equipo. Por eso sí digo que fue determinante su mano, pero después le doy un gran porcentaje a lo futbolístico a la calidad y cantidad de jugadores que teníamos. Y desde lo externo, fuera de la cancha, considero que fue el cambio de aire que entró en el club desde la llegada de Daniel (Vila) con su dirigencia porque de repente pasamos de ser un club que de lunes a viernes tenía problemas a tener un orden institucional que repercutió para bien en todos los ámbitos. Y si bien eso no garantiza el éxito, como jugador te tenés que preocupar sólo por rendir adentro de la cancha. Y eso en el ascenso fue determinante.

-¿Lo tenías visto al paraguayo Arce cuando llegó?

-Sinceramente no. Pero de la misma forma que en la previa la previa no sabía, en el primer entrenamiento que hicimos, hizo dos movimientos en los que me dí cuenta de que era distinto. Uno se va haciendo grande y, en mi caso, trato de analizar y de aprender sobre todo. Agarro toda la información, ya sea de un jugador en particular, al entrenador, al dirigente o al profe rival. Entonces, desde la parte de ojeador o scouting, trato de mirar y analizar. Y lo que me pasó con Alex, también me pasó con otros jugadores que llegaron este año.

-¿A Reali lo conocías?

-Si, a Reali lo conocía, de hecho en el verano con Jorge Scolari (NdR: jugó en Independiente en 2022, hoy en Racing de Córdoba) nos peleamos por ver quién lo traía. Era un jugador para traer a cualquier equipo de la B Nacional en este inicio de año porque lo habíamos visto en el año anterior en Jujuy y nos parecía un jugador determinante de tres cuartos para arriba.

-Ganaron la final, el partido más importante de la temporada sin ellos dos. Porque Arce estaba desgarrado y prácticamente no la jugó. ¿Qué análisis hacés de eso?

-Me dice que éramos un equipazo, pero no sólo 11 o 12 jugadores. De hecho, en el último partido contra Maipú, donde un empate no nos servía, las variantes fueron determinantes como pasó en la final. Entonces yo creo que sin estar Alex al 100% y sin Matías (Reali) lo que me marca es que ganamos con argumentos, sobre todo de la segunda parte en adelante. Y ahí considero que fue importante la mano del entrenador porque los que están jugando siempre, es lógico que van a estar bien. Alfredo (Berti)nos tuvo a todos en el alto nivel en cuanto al entrenamiento porque siempre dijo que nos iba a necesitar a todos y fue lo que pasó. Gracias a Dios estuvimos a la altura.

Diego Tonetto festejando con la copa de campeones de la Primera Nacional 2023 en el mítico estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba. Inolvidable. Gentileza.
Diego Tonetto festejando con la copa de campeones de la Primera Nacional 2023 en el mítico estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba. Inolvidable. Gentileza.

-¿Hiciste el curso de técnico?

-Sí, sí, lo empecé en Buenos Aires antes de la pandemia y lo terminé acá en Mendoza de manera virtual.

-¿Tu idea es ejercer algún día?

-Creería que sí. Me di cuenta con el correr de los años que desde las ganas y desde el deseo, sí. Después, se tiene que dar y se conjugan un montón de situaciones.

-¿De quién estás más cerca en lo conceptual?

-No tengo una referencia fija. De hecho, desde hace un tiempo comencé a anotar en libretitas un montón de cosas, desde trabajos tácticos, trabajos técnicos, hasta ideas, palabras, frases de entrenadores. Y de la misma forma que anoté las buenas, anoté las que no haría o diría nunca.

-¿Desde cuándo hacés eso?

-Y desde el curso de entrenador traté de trasladarlo a lo práctico. Por eso estuve trabajando en las infantiles de Maipú, en el 2021, con la categoría 2010. Te miento si te digo desde cuando vi esa idea de poner lo que me gusta y lo que no me gusta. Pero me encantó, y la verdad que hasta el día de hoy lo reconfirmo.

-Cuando empezaste jugabas del medio para arriba, no tenías tanta marca como ahora. ¿Quién te cambió la forma de jugar?

-Siempre tuve sacrificio, de jugar por el costado, pero no en cuanto a la fricción, a la lucha. No, eso puntualmente fue después de la pandemia, en Maipú con Luciano Theiler.

-¿Te acomodó en la cancha?

-Puede ser. Luciano me puso en una posición más de doble 5 y si bien lo había hecho un montón de veces, pero no por ahí con convencimiento, con ganas. Terminé jugando la final con Deportivo Madryn de doble 5, con Illanes. Me encantó y dije, este es mi lugar de lo que me queda como jugador. Y sí, desde ahí, te puedo decir que sí. El año de la B Nacional. Después en Maipú arrancó Luciano, después bueno, lo despidieron. Tuvimos otro entrenador, pero hasta llegué a jugar con otro esquema diferente, un 4-3-3 de contención de 5, que me encantó también. Y bueno, ya tuve la posibilidad de volver Independiente al otro año. Gabriel Gómez, que era conocido de Luciano, habían trabajado juntos, le pidió referencias.

-En Defensa y Justicia jugaste en Primera. ¿Es cierto o es un mito eso de que se juega a otro ritmo?

-En el momento en que yo jugué en Primera, que fue en el 2015, no era por ahí lo que hoy es Primera División. Hoy te puedo decir que se juega a otra cosa. Sobre todo, los equipos que intentan jugar a otra cosa. El ejemplo más claro es River. Entonces hoy sin tener la certeza de vivirlo, te puedo decir que, o si vos me preguntabas sí o no, te diría que sí. Que River juega a otra cosa, y que muchos equipos, en base a la calidad de jugadores, y hasta la cancha que tienen, te obliga a jugar de esa forma, sino te quedás fuera.

-El Gringo Maidana dijo que se están entrenando para no hacer papelones contra River. ¿Creés que es tan así?

-Puede llegar a no notarse tanto porque imagino que River no va a venir con el enfoque de un partido de Libertadores o de torneo local. Más allá de que River maneja una línea de un equipazo aunque sea una exhibición y jueguen los suplentes de los suplentes. Va a ser un reconocimiento a nosotros por lo que conseguimos en nuestra provincia. Con la mitad del estadio de nuestra gente. Y en ese contexto, no creo que sea un papelón. Pero hay que estar a la altura.

-Te pusiste a pensar que van a jugar contra Boca, River, Racing, Independiente, San Lorenzo. ¿Imaginás lo que puede llegar a ser la Lepra en Primera división?

-Este ascenso que hemos conseguido tiene que perdurar para que el club empiece a crecer y a generar lo que pasó con Godoy Cruz. Y desde ese lugar, pienso si Godoy Cruz generó lo que generó, Independiente puede generar el doble de lo que generó Godoy Cruz incluso en la mitad de años de acuerdo a la popularidad.

Independiente Rivadavia venció a Almirante Brown en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba y ascendió a Primera de Fútbol. La Lepra ganó la finalísima de la Primera Nacional, se consagró campeón y jugará en la Liga Profesional 2024
Foto: Orlando Pelichotti
Independiente Rivadavia venció a Almirante Brown en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba y ascendió a Primera de Fútbol. La Lepra ganó la finalísima de la Primera Nacional, se consagró campeón y jugará en la Liga Profesional 2024 Foto: Orlando Pelichotti

-¿Qué fue lo más loco que te dijeron en la calle en este tiempo?

-No, sí, un montón de cosas. Desde lo gratificante que son todos los daludos, es que de los 20 o 25 chicos de la categoría 2010 que dirigí en Maipú, me escribieron 20. Impresionante. Felicitaciones, profe, el señor de los ascensos, profe, gracias. Uno que jugaba en Maipú, pero era hincha Independiente me dijo: “Profe, no decíamos nada en ese momento, pero ahora te puedo decir que soy de la Lepra y fui con mi papá a la cancha. Gracias”, me puso. Y a eso le doy mucho valor, porque como te digo, yo en esos detalles. Y después, me escribió un hincha por una red social y me dijo, “Diego, necesito que me mandes una foto en donde salgas con la copa”. Sí, sí, te mando loco, no tengo problema. Me dice, “dale, por favor, que es para tatuarme, porque es lo que prometí”. Y bueno, yo desde mi inocencia, no, pero estás loco. No es necesario. Y ahí como que me cortó: “es una promesa y hay que cumplirla”. Y después otros que me han dicho, “Diego, cuando tengamos la posibilidad, necesito que me hagas la firma”.

-Platense, Maipú e Independiente. Si tuvieras un ascenso más con un equipo mendocino, igualarías a Gastón Martínez con la diferencia que él no es mendocino.

-Estoy en carrera para seguir sumando títulos, así que...

¿Lo llamaste al Taca Bieler para decirle gracias, por lo menos?

-No, no, pero en un momento dije, algo vamos a tener que hacer. Igual, bueno, creo que habrá sido reconocido en algún momento desde algún lugar por los servicios. Y ahora tenemos cerquita a otro que fue clave también para ir a agradecerle.

-¿A quién?

-A un jugador que vino con su hermano a Gutiérrez y que fue nuestro héroe en el partido de Estudiantes de Buenos Aires contra Chacarita. Y en ese partido, si Chaca ganaba, no había posibilidad de que nosotros llegáramos con chances a la última fecha.

-Ah, claro, el día del penal…

-El Torito Parisi hizo el gol de penal y ahora vino de refuerzo a Gutiérrez.

-Pero no es el Toro el que jugó con vos…

-Vino con el Toro, el Toro grande… Es el hermano, por eso dije Torito. Gonzalo es el Toro original, que nos conocemos acá de Maipú.

-Imagino cómo deben haber gritado ese gol…

-Nosotros estábamos en “La Posada Azul” mirando el partido y un minuto antes del penal, Chacarita con 10 jugadores ganando 1 a 0, estábamos absolutamente vencidos. Tirados en el sillón de la Posada diciendo, bueno, otra vez será. Hasta que llegó la jugada del penal que Lautaro (Parisi) que nos llenó de vida.

-Encima le amonestaron dos jugadores clave que se perdieron el últimpo partido: Perdomo y Cuello. Bajas clave…

-Bueno, y de hecho nos daba la posibilidad de por lo menos llegar a la última con chances. Entonces, mirá, te puedo decir que hasta hay jugadores del plantel que se tatuaron el dibujo de un torito, o sea, por Parisi, así que imagínate…

-¿En serio, quiénes?

-Creo que el Elordi y Dionisio, porque tenían una especie de promesa y entre otras cosas, tienen un torito por ahí tatuados. Y bueno, como tiene que ser, ahora que lo tenemos cerquita hay que ir a saludarlo, je.

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