Boca, por el peso de sus individualidades, en las semifinales de la Copa Argentina

Fútbol. El Xeneize pudo haber goleado, pero falló en la definición. Por ello y su impericia para cuidar ventajas con la tenencia del balón, sufrió más de la cuenta ante un Quilmes voluntarioso y que no le dio paz hasta el segundo final. El equipo de Ibarra, en carrera en todos los frentes, y a semis ante Patronato.

Boca, por el peso de sus individualidades, en las semifinales de la Copa Argentina
Boca superó a Quilmes en Mendoza y se clasificó a las semifinales de la Copa Argentina. El Xeneize, defensor del título, se medirá con Patronato. (Fotobaires)

Sufriendo, con los dientes apretados y sin disfrutar del todo, Boca Juniors venció a Quilmes 3-2 y se aseguró su presencia en la semifinal de la actual edición de la Copa Argentina.

El gol tempranero del Cervecero fue un cachetazo a las buenas sensaciones que el Xeneize tenía en la previa. La eliminación de River a manos de Patronato le allanaba el camino a la definición, aunque claro, primero había otro partido. Y por eso fue que Quilmes no logró siquiera la chance de especular. Romero en posición de enlace y Boca recuperó la calma de la mano de Benedetto. Otra vez el alma en el cuerpo y el grito en el cielo. Su rival fue voluntarioso para disputarle el juego a los de Ibarra y casi amplia en una pelota parada sobre la decena de minutos. El juego era abierto y la presencia de Pol Fernández en el medio xeneize llamaba a tener más posesión de balón, aún cuando la teoría muchas veces se esconde de la práctica. Pero de a poco Boca tuvo circulación y desde la explosión de sus laterales encontró la vía rápida.

Mientras, el conjunto de Coyette le cortaba la respiración a las tres cuartas partes del estadio con un nuevo mano a mano que se fue apenas ancho. De un lado y del otro fallaba la zona medular y quién aceleraba en el tramo final auguraba marea alta en la valla contraria. Y Boca volvía a desperdiciar otra oportunidad tras un corte de Rolón. Romero apuraba desde un remate de media distancia y Quilmes empezaba a retroceder en su campo. Pese a ello, un flojo rechazo defensivo d volvió a provocar zozobra con un remate apenas desviado. Ya no había tanto vértigo, pero el camino a los arcos parecía el más corto. ¿Cuánto se había jugado? ¡Apenas 25 minutos! Y antes de la media hora, García salvaba a Boca una vez más. La función seguía con otro remate alto de los quilmeños y el gol de Morales para cumplir el sueño de niño. Boca arriba por jerarquía individual. ¿Cómo terminó el primer tiempo? Con Quilmes poniendo puntos suspensivos a la noche mendocina.

lamentables incidentes en la Popular Sur, donde se alojaron los hinchas de Quilmes. Por ello, el partido estuvo demorado 17 minutos.
lamentables incidentes en la Popular Sur, donde se alojaron los hinchas de Quilmes. Por ello, el partido estuvo demorado 17 minutos.

Y para refrendar lo establecido en el primer capítulo (dientes apretados y velocidad en la salida), Quilmes volvió a disputar terreno y balón, ante un rival que sufría el juego. Si el duelo mantenía su expectativa era por la indecisión xeneize para hacerse del balón y terminar de confirmar las buenas sensaciones del inicio. Hacia falta un golpe anímico. Y Boca lo consiguió a través del gol de Langoni, llegando desde el banco. ¿Partido liquidado? Para nada. Quilmes mostró guapeza e inteligencia para desnudar la tibia defensa boquense y el juego se puso 3-2. Y aunque el juego estuvo detenido por incidentes, el retorno de las acciones expuso aún más la floja noche xeneize. Sin agresividad, con poca conexión en sus líneas y solo chispazos individuales. Ahora, con Patronato a la vista y sin River en competencia, otro parece ser el cantar. El bicampeonato parece posible.

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