Marina Mesa: el objetivo de tentar al futuro con el corazón

Está superando un tratamiento oncológico, escribió un capítulo de oro y el conjunto Granate gritó campeón por primera vez en su historia.

Marina Mesa: el objetivo de tentar al futuro con el corazón
Marina Mesa: el objetivo de tentar al futuro con el corazón

"Convierte siempre una situación negativa en una positiva". Estas palabras hacían referencia a Michael Jordan, el mejor jugador de básquetbol de la historia. Estrella máxima de la NBA y del mundo.

Y si hablamos de básquetbol en la provincia de Mendoza y de situaciones negativas que se convirtieron en positivas, existe un nombre y apellido que calza a la perfección: Marina Mesa.

Esta jugadora supo brillar en cada equipo que integró y en paralelo se convirtió en una verdadera maestra, profesión que la llevó a formar a cientos de niñas en basquetbolistas. Marina tiene una magia única. Y es que todo lo que toca se convierte en oro. Lo demostró una vez más en la Municipalidad de Luján de Cuyo. 

Corría el año 2014 y recibió un llamado telefónico. Era la persona indicada para arrancar con el básquet femenino en el Poli. Aceptó el desafío y comenzó los entrenamientos con cinco chicas, que ya jugaban en el club pero con los varones.

Folletos, afiches y a recorrer las escuelas de la Tierra del Malbec. A los 20 días ya había 20 niñas divirtiéndose bajo las órdenes de Marina. "Fue como un imán, llegó y el club comenzó desbordar de niñas que querían jugar al básquet. Realmente, fue algo mágico", confesó un papá que prefirió no revelar su nombre, pero su hija juega desde que Marina pisó Luján de Cuyo.  

Hoy, el básquet femenino Granate cuenta con más de 100 jugadoras federadas y tiene el orgullo de presentar todas las categorías formativas, inclusive primera división. Sin dudas, un hecho histórico: Mosquitos; Premini A y B; Mini A y B; U13; U15; U17 y Primera División.

Y como si esto fuera poco, hace sólo unos días, el básquet de Luján de Cuyo gritó campeón por primera vez en su historia. La categoría U13 se consagró campeón del Torneo Apertura. Disputó 10 encuentros y perdió uno solo. Una campaña formidable que aún retumba en cada rincón del departamento.

Pero como todo cuento de hadas, siempre hay obstáculos que vencer. Piedras en el camino. Lamentablemente, a Marina Mesa, tras unos chequeos médicos de rutina, se le detectó que padecía cáncer de mama. Fue un puñal que se sintió en todo el básquet de Mendoza. Sin embargo, lejos de tirar la toalla, Marina se preparó como si fuera una final más de las tantas que disputó en Petroleros YPF o Banco Mendoza, entre otras camisetas.

Preparó el bolso, botitas, medias, calza, primera piel, camiseta, salto inicial y a jugar. "Me costó mucho aceptar lo que estaba pasando, más porque hacía poco que había perdido a mi mamá por la misma enfermedad. Sin embargo, lo tomé como un desafío personal y un proceso de aprendizaje. Fui a la primera quimioterapia y al otro día ya estaba entrenando. Esa es la actitud que tengo desde el primer día del tratamiento. Es imposible bajar los brazos", con estas palabras comenzó el diálogo de Marina Mesa con Más Deportes. 

Sobre cómo fue enfrentar a sus alumnas y explicarles la situación por la que atravesaba, Marina, describió: "Tuvimos que explicarles a cada una de las chicas lo que estaba pasando. En ningún momento se les ocultó algo. Se me cayó el pelo y ellas sabían el motivo. Fue duro, pero ellas fueron mi principal sostén. Por mis jugadoras, me tenía que levantar e ir a entrenar, no les podía fallar".  

Con respecto a las secuelas del tratamiento, la futura escolta o alera de la primera división de básquet de Luján de Cuyo, afirmó: "Mareos, náuseas, vómitos. Pero, en el club nunca me descompuse. Nunca falté a un entrenamiento y cuando me sentía mal, salía del estadio. Fueron momentos muy duros, pero ya estamos en la parte final. Sólo me quedan unas sesiones de rayos, algo más de protocolo. Esta final, la estoy ganando y voy a cortar las redes".

Sobre si es consciente del mensaje que le está dejando a sus jugadoras y a todo el ambiente del básquet y del deporte en general, por sus valores, fuerza y determinación, la entrenadora campeón U13, manifestó: "Es un desafío. Me propuse un objetivo y lo voy a cumplir. Quiero volver a jugar al básquet. Es más, me colocaron una prótesis y estoy en el período de recuperación, de lo contrario, ya estaría jugando. Amo el básquet y voy a volver a jugar".

Tras su vuelta olímpica, Marina Mesa expresó cuáles fueron las virtudes de su Luján de Cuyo campeón Apertura U13: "La particularidad de este plantel de Luján es que todas las jugadoras, excepto Franka Griffa (hija de Rodrigo, jugador de Atenas Sport Club), todas las niñas arrancaron a jugar en Luján. Tienen un sentido de pertenencia único. Es más, disfrutan y tiene una pasión por el básquet única. Ese plus luego se ve en la cancha.

Además, cada jugadora cuenta con el respaldo absoluto de los padres. Me sorprende cómo los papás y las mamás del básquet femenino de Luján se engancharon con este proyecto. El día de la final había papás colaborando y sus hijas no habían sido citadas para el juego definitorio. Sin embargo, entendieron que esto es un equipo, que cada uno cumple un rol, que todos aportamos un granito de arena y que así se conquistan grandes objetivos. Y lo logramos".

Por último, Marina Mesa sólo tuvo palabras de agradecimiento para la gente que estuvo en todo momento a su lado desde el momento que se conoció su problema de salud, o la que estuvo con ella cortando las redes en la gran final del U13: "Es una realidad, pero sólo tengo palabras de agradecimiento para Omar De Marchi, el director y el subdirector de Deportes de Luján de Cuyo, a los padres, a los profes que trabajan conmigo y en otros clubes, a mi familia y a mis jugadoras. Sin ellas, yo no podría estar de pie. Ellos también son campeones".

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