Los Bermejo cumplen 20 años al frente de Maipú

Adolfo asumió interinamente en diciembre de 1997 y se quedó doce años. Lo sucedió su hermano, Alejandro. Son imbatibles en las ejecutivas, p

Los Bermejo cumplen 20 años al frente de Maipú
Los Bermejo cumplen 20 años al frente de Maipú

El 2 de diciembre de 1997 se hacía un acto en el Cine-Teatro Imperial. Ahí juraba como intendente interino de Maipú el entonces presidente del Concejo Deliberante, Adolfo Bermejo. Con ese acto se iniciaba una dinastía que 20 años después sigue gobernando ese municipio.

“Tenía 37 años”, recuerda el primer Bermejo que fue intendente. Asumía el cargo porque Francisco “Chiqui” García dejó la jefatura comunal para ser diputado nacional. Doce años después, Adolfo se fue al Senado nacional y quien asumió interinamente al frente del municipio fue Alejandro Bermejo, quien aún conduce Maipú.

Los hermanos siempre fueron socios políticos, aunque en los últimos tiempos tuvieron algunas diferencias siempre disimuladas públicamente.

Hace 20 años, Adolfo era presidente del Concejo. Había sido electo en el ‘93 y en octubre del ‘97, reelecto. García tenía que jurar en la cámara baja nacional unos días antes de su asunción oficial, entonces Adolfo empezaba a escribir una historia que arrancaba en primera persona del singular.

En el ‘99, Bermejo ganaba la elección que lo transformaba en cacique comunal electo. Con el tiempo se transformó en plural, porque en los 12 años que Adolfo fue intendente, el secretario de Gobierno de la comuna fue Alejandro y lentamente Maipú se fue transformando en tierra de los hermanos Bermejo.

“Lo que tengo más grabado es el proceso de 2001. En esa época renunciaron 100 intendentes en todo el país. El municipio cobra por servicios que no corta y la gente siempre deja para el final las tasas municipales. Se nos cayó la recaudación del 70 al 15 por ciento y tuvimos que reorganizar los servicios para gastar menos combustible, también bajamos el sueldo a los funcionarios y algunos adicionales a los empleados”, relata Adolfo.

-Cuando asumió en el '97, ¿se imaginó que llegaría a 20 años de poder territorial?

-Lo único que quería cuando asumí era que pasara el primer año, para ver si iba a estar a la altura de Hugo (Bordín) y el Chiqui.

Hablando de “Chiqui” García, en 2007 se dio una particularidad: el antecesor de Adolfo quiso volver a la intendencia como candidato de la Concertación, que habían armado un sector del radicalismo liderado por Julio Cobos y el kirchnerismo en Mendoza y el país. En los papeles parecía una disputa dura, pero Adolfo ganó su segunda reelección sin despeinarse.

-¿Cómo están hoy las relaciones con García?

-Ale es el que fue recuperando la relación. Ahora los dos somos abuelos y nos encontramos en la escuela del barrio llevando a los nietos.

Entonces empezó a pergeñarse la continuidad de los Bermejo en la cabeza de Alejandro. Cuando fue electo concejal en 2009 era la primera vez que se sometía al escrutinio popular. Hasta entonces, había sido el operador político.

En esos comicios, el peronismo fue derrotado por poco más de tres mil votos en Maipú, pero Alejandro ingresó al Concejo junto a un histórico colaborador de los Bermejo, el ahora titular del EPRE Elián Japaz.

Alejandro asumió en mayo de 2010, por lo que desde diciembre hasta que el menor de los hermanos fue ungido presidente del Concejo, la que quedó a cargo de la comuna es otro figura ligada a la dinastía: la actual senadora provincial Olga Bianchinelli.

Fue poco más de un año y medio de interinato, hasta que en octubre de 2011 el menor de los Bermejo, el “Pulga”, era electo intendente por más del 60% de los votos. En 2015, obtuvo su reelección con el 57%.

Hoy el menor de los Bermejo se muestra optimista con los resultados de su gestión: “Tenemos superávit financiero hasta 2019”.

Malditas legislativas

Recordar cuando Alejandro Bermejo fue electo concejal abre el interrogante sobre la solidez de la hegemonía de los hermanos Bermejo. La realidad es que desde 2005 vienen perdiendo las elecciones de medio término, en las que se eligen concejales y legisladores. Ese año, bajo la conducción de

Cobos, la UCR sacaba 26% de los votos y ganaba por un punto a la lista del PJ.

Distinto sucede cuando lo que se elige es el intendente, ganan incluso cuando a nivel provincial gana el radicalismo. “En 2007 le gané al Chiqui que era candidato a intendente por la Concertación y metimos los seis concejales. En 2009, como candidato a senador nacional perdí por 30 votos con Ernesto Sanz”, recuerda Adolfo para graficar lo que sucede: en las ejecutivas el PJ gana bien, pero en las legislativas pierde.

En 2013, el peronismo de Maipú sufrió la peor derrota de medio término: el radicalismo le sacó 20 puntos de diferencia de la mano de Cobos.
Este año la elección legislativa volvió darles a los hermanos un recuerdo amargo porque el frente Cambia Mendoza sacó el 35% contra el 28% de

Somos Mendoza.

Adolfo dice que antes de la elección de octubre, midieron la imagen de la gestión municipal y “nos daba 73% de aprobación, sin embargo perdimos”.

El otro Bermejo ensaya su explicación: “Después de la derrota de 2015, este año no era el mejor momento.La gente votó en función de las expectativas. Habrá que ver si la expectativa cambia con las reformas laboral, la previsional”.

Una costumbre: irse a mitad de mandato

Los hermanos Adolfo y Alejandro Bermejo se desempeñaron en la comuna desde la década del ‘80, el mayor desde el retorno de la democracia.

Ambos son parte del tradicional sector Azul del peronismo, espacio que conducía por el histórico operador Juan Carlos Mazzón, que también compartían con el intendente electo en el ‘83, Hugo Bordín.

Ese mismo año, Adolfo llegó al Concejo Deliberante y un par de años después, Alejandro se convirtió en el secretario privado del intendente. En el segundo mandato de Bordín, Adolfo fue secretario de Deportes y Promoción Social.

Las sucesiones en Maipú, desde el ‘83 siempre son a contraturno. Bordín inauguró la estrategia de irse a mitad de mandato al Congreso Nacional y dejar al presidente del Concejo Deliberante como interino.

La estrategia, seguramente alumbrada por Mazzón, era hacer competir en una elección provincial a un intendente para posicionarlo para la próxima elección como aspirante a gobernador.

No fue la suerte de Bordín, que en el ‘89 fue electo diputado nacional y en el ‘91 fue candidato a vicegobernador, secundando a Carlos Abihaggle.

Fue una apuesta de Mazzón para enfrentar a los candidatos de la poderosa Naranja, Rodolfo Gabrielli y Carlos de la Rosa.

Pero en Maipú la ausencia de Bordín ya escribía otra historia. En el ‘91 el entonces presidente del Concejo "Chiqui" García se hacía cargo de la comuna y los hermanos Bermejo construían su destino seguramente sin saber adónde llegarían.

Adolfo continuó en Deportes y Promoción Social hasta el ‘93, cuando volvió al Concejo. Fue reelecto en el ‘97 y puesto en la presidencia del cuerpo para poder reemplazar a García en la intendencia hasta el ‘99.

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