La tierra que el tiempo olvidó

No es un archipiélago más. En sus más de 60, las Islas Vírgenes Británicas emanan una atracción silenciosa con sus playas prístinas.

Entre las aguas profundas del mar Atlántico y las cálidas del mar Caribe, justo al este de Puerto Rico hay un tesoro turístico. Alrededor del Sir Frances Drake Channel y conocidas como la “tierra que el tiempo olvidó,” las islas Vírgenes Británicas siguen siendo lo más parecido a un paraíso virgen. Resulta que lo que no tienen es lo que las hace más atractivas: no hay mega hoteles, no hay casinos y no hay cientos de turistas por todos lados. Místico, exuberante e inspirador con 60 islas y cayos, el archipiélago atrae a aventureros y románticos que buscan cobijo en una zona de montañas verdosas cubiertas con árboles de caoba y tamarindo. Pero atención, que las beldades no concluyen allí: también hay playas prístinas mojadas por olas multicolores, extensos arrecifes de corales y amplios santuarios de flora y fauna.

Cada una con sus cosas

Si de armar la rutina de vacaciones se trata, pues habrá que tener en cuenta las especificidades de cada isla. Así, en Tortola una de las obligaciones es hacer surf en Apple y Josiah’s Bay al norte; realizar una salida en yate desde Nanny Cay hasta Road Harbour al sur y hacerse tiempo para pasar algunas jornadas en Soper’s Hole, el centro de actividades turísticas.

En tanto en la isla Virgin Gorda enloquecen Savannah Bay, Mountain Point y Long Bay, extensas áreas de playas solitarias. La playa The Baths, con formaciones geológicas únicas y Trunk Bay escondida y rodeada por una propiedad privada y un palmeral son también imperdibles.

En Jost Van Dyke, la sensación es la de estar perdido en el tiempo, sin lujos ni demasiadas comodidades y con la playa como su carretera principal, es uno de los puntos más populares para pasar el día.

En la lista no puede faltar Anegada, la isla que se pierde entre las aguas y la que no tiene ninguna construcción que supere en altura a una palma. Además de aprovechar sus 37 km de playas tranquilas, allí es recomendable degustar langostas, que se sirven en suculentos festines y navegar a vela fuera del área protegida del Sir Francis Drake Channel, un reto sólo para avezados.

De colección, natural

Con más agua que tierra definiendo el territorio, algunos de los tesoros naturales que deben conocerse son los jardines botánicos de J.R. O Neal, en el centro de Road Town en Tortola, que ofrecen un colorido grupo de flora nativa que incluye: jengibre, heliconias y anturios, como también una colección de cactus y una extensa variedad de palmas. Mientras que en Virgin Gorda las 107 hectáreas del pico del Parque Nacional Gorda poseen algunos de los mejores bosques secos que quedan en el Caribe, con plantas de hojas de cera y otras sin hoja gracias a su hábitat árido.

Localizado en la punta sudoeste de Virgin Gorda se encuentra el parque más famoso de la isla, The Baths, una maravilla de la naturaleza que se formó durante siglos de erosión. Las grandes rocas de granito una al lado de la otra a lo largo de las playas arenosas forman cavernas y grietas con piscinas naturales de agua cristalina poco profundas. El laberinto de roca con piedras tan altas como casas de tres pisos, invitan a los que practican el esnórquel a descubrir corales, esponjas y vida marina incrustada en la parte inferior de estas rocas.

Sobre el agua, los espacios de las cavernas están iluminados por rayos de luz que penetran a través de las estrechas fisuras de los techos estilo catedral. En la superficie, algunas rocas que parecen rostros, quieren contar los secretos del pasado (quizá el lugar de escondite de los piratas); son ásperas en algunas partes y suaves en otras como si hubieran sido pulidas por la mano de la madre naturaleza.

Hay que decir que en materia de encantos naturales hay muchísimo más y que este listado peca de sucinto e incompleto.

De almohadas y tenedores

Elegir un alojamiento lleva su tiempo. Así, hay que contemplar todas las posibilidades. Habitaciones flotantes, modestos paradores y hasta hoteles de lujo que comprenden una isla completa, son alternativas. Una intima colección de hostales y paradores escondidos en las laderas de las montañas y entre las playas solitarias, por ejemplo, permite que los huéspedes encontrarse con la naturaleza sin distracciones de ninguna clase. Una mención especial merecen las islas Scrub, Peter, Guana y  Necker donde el hotel es lo único que hay, privacidad y elegancia con tratamientos de spa, habitaciones bien preparadas y un sentido de exclusividad con un máximo de solo 60 huéspedes.

La mezcla del estilo Caribeño e influencias de las Indias Occidentales se refleja en la comida auténtica. Entre los platos que más seducen a los turistas hay que mencionar el Roti, un sabroso pan de las indias occidentales, hecho con harina de trigo, sal y agua; y relleno con carne o vegetales y el Fungi, un manjar esta hecho  con harina de maíz y okra, y se sirve con los platos de mariscos. Por supuesto, la  Langosta de Anegada, que tiene fama de ser el mejor en el Caribe.

¿Qué hay que saber?

Natural. Desde el bosque tropical en Tortola y la mayor creación de la Madre Naturaleza-Virgin Gorda, hasta los cientos de animales que corren libremente en Jost Van Dyke y los frondosos arrecifes que rodean a Anegada, las Islas Vírgenes Británicas están comprometidas con la protección de sus recursos naturales.
 
El viento lleva. Con un clima cálido y vientos favorables, se puede llegar a la mayoría de las islas navegando a ojo ya que se concentran dentro de un radio de 80 kilómetros náuticos. Se pueden alquilar yates, veleros y catamaranes con o sin tripulación.  
                                                                                                        
Bajo el mar. Las muchas calas, bahías, arrecifes e islotes ofrecen a los buceadores, áreas para anclar/amarre y paisajes nunca antes vistos. 
 
Parques nacionales.
Existen en el archipiélago 20 parques nacionales enmarcados en más de 736 hectáreas de mar y tierra.
 
Entre islas.
Están disponibles servicios de ferry públicos y privados que ofrecen transportación frecuente de isla en isla facilitando así una vacación tipo island hopping. Por ejemplo, es viable hospedarse una semana en la isla de Tortola y visitar la isla de Virgen Gorda un día, otro día la isla de Jost Van Dyke y otro Anegada.

Para saber

Información: www.bvitourism.esfacebook.com/IslasVirgenesBritanicas

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